Capitulo XL (40): Una predicción de la muerte, Thorfinn

Capitulo XL (40)

Una predicción de la muerte

Thenglir ya hacía en su recamara meditando, estaba pensando en la estrategia que había planeado para frenar el avance de la Garra Invernal. Se pregunta si el haber enviado a su padre al Noreste para detener a las fuerzas de la matriarca Sejuani era buena idea. Al final concreto que sí, retrasar los refuerzos y aprovisionamientos de la Garra Invernal era la mejor opción que tenía, pero de nada servirá su plan si no obtenían apoyo. De improviso le asalto otro presentimiento, la sensación de la muerte en su interior. Respiro hondo y se levantó de golpe. Aquella noche pudo dormir. Aquella sensación de muerte, de extrañeza, la había empezado a sentir desde que aquella guerra había iniciado. Había tenido visiones de ella luchando en el campo de batalla, de una traición, de.... Se volteo de inmediato cuando de repente sintió un escalofrió en la espalda, su espada Elfednar estaba cerca, a unos pocos centímetros de su posición, la agarro con el brazo derecho como debía hacerlo una valkiria y, tensando los músculos se levantó con una rapidez poco natural; apunto su espada hacia la dirección donde había creído escuchar unos extraños sonidos que se hacían presentes en la estancia.
Entonces ante la sorpresa ve a una mujer, con túnica oscura y con unos ojos negros que la podrían condenar por el resto de su vida, la mujer levanta la mano en son de paz y Thenglir intenta escudriñar el rostro de aquella anciana. La vieja bruja lo mira y Thenglir siente un extraño escalofrió, seguido por una punzada en la espalda.

---- Tranquila, Matriarca Thenglir. Solo soy una vieja conocida.

Thenglir frunce el ceño, reconoce a la anciana.

---- ¿Tú?

La bruja asiente.

--- Si yo.

--- ¿Qué es lo que quieres? La ultima ves que hablamos te desvaneciste diciéndome cosas y profecías que no entendí.

La vieja bruja sonrió.

---- Pero al final dejaste vivo al joven lobo, y veo que con el tiempo empieza a tenerte aprecio. Los lobos son así, odian al principio, pero con el tiempo empiezan a curtirse. A hacerse leales.

Thenglir bajo la espada y la dejo encima de su cama. Elfednar brillaba con una intensidad azulina. Theglir se relajó.

---- ¿Te sentaras conmigo o estarás ahí en las sombras?--- Inquiere la matriarca señalándole un asiento.

La vieja bruja niega con la cabeza.

---- No me quedare por mucho tiempo, matriarca Thenglir. Solo estoy aquí para dejarte una misión y un mensaje.

Thenglir siente un estremecimiento en su estómago, producto de un miedo extraño en su interior, retrocede unos pasos.

---- ¿Moriré?

La vieja bruja niega con la cabeza.

--- No ahora---. Dice la bruja.--- Tu destino estará sentenciado bajo una muerte hermosa. Un joven llamado Thorfinn, lanza Umbría dará fin con tu vida. Ese final y esa muerte darán inicio a un montón de acontecimientos: Pues aquel que porta la lanza umbría y que ya hace bajo las Garra de Sejuani buscara la redención. Aquel que porta la furia del lobo pacificara el este y el oeste y viajara a la montaña de Ulfhednar y aquel que porta el martillo dorado de guerra se eregira en las profundidades del este Freljordiano. El retorno de los tres está cerca, pero por ahora no es importante, lo importante vendrá tras tu caída, Thenglir. Tu muerte dará inicio a un acontecimiento importante que resonara en todo el Freljord, cambios importantes vendrán en el futuro, de aquí a siete años. Él reloj se mueve y también los Norses. Los Seguidores del aniquilador primordial

Thenglir retrocedió un poco más, dispuesta a no escuchar las extrañas divagaciones de aquella anciana, pero por algún motivo que desconocía se sintió compelida a escuchar. Entonces, ante la tesitura de aquellas divagaciones escucho un solo nombre; un nombre que resonó en su cabeza, un nombre que había escuchado de niña: los norses. Guerreros sanguinarios, hijos de una entidad que había nacido en el primer estallido primordial de la Galaxia, seguidores del aniquilador primordial que habían emergido en la primera era, cuando el Freljord no era Freljord y cuando el Vorrijard no era Vorrijard. Se extrañó, se empapo de aquellos recuerdosde la infancia.

---- ¿Los Norses?

La bruja asiente.

--- ¿Que no son solo un cuento de niños?

La bruja niega con la cabeza y de improviso se hecha a reír.

---- Si crees que los ursinos son ya temibles, pues no sabes nada. Los Norses, ellos sí que son temibles. Imagina guerreros con la capacidad de matar osunos con las manos desnudas, chamanes capaces de volver el cielo de un color carmesí y sumir la tierra en agonía. ¿Tú debes saberlo? ¿Los cuentos de la infancia? ¿La historia de Vianna? Aquella que se enfrentó a los noses en Formenost.

Thenglir trago saliva, siempre había creído que esas historias de Nortia eran una falacia, pero saber que aquellos reinos habían existido alguna vez, y saber que los Norses existían, le helo la sangre. Le temblaron las manos, se las miro de reojo. Inspiro fuerte y se reafirmó en sus convicciones.

---- ¿Estos Norses? ¿Cuándo atacaran?

---- De aquí a siete años, los norses son muy ritualistas. En este momento ya se han instalado en la zona septentrional y están combatiendo contra Volibear, lo desterraran al reyno espiritual. Volibear tardara siete años en regresar al reino material. Los Norses están siendo liderados por un hombre llamado Skarbrant. Ya sabes saber quien es el.
Thenglir sintió una punzada en el pecho.

---- ¿Skarbra.....brant?

Skarbrant, era el nombre del rey Norse que había invadido Nortia, el nombre de un individuo sanguinario que montaba en un terrible dragón llamado Glaurum. De improviso empezó a pensar que esas historias de la infancia era más reales, la historia de los tres reyes guerreros. La historia del árbol dorado de Ur. La historia de Viana Roca Gris. La historia del reino Fata, seres que eran más poderosos que los vastayas. Cerró los ojos, apretó fuerte, fuerte. Echo un resoplido.