Unncany

Capitulo 3

En aquel tiempo había creído que Irwin Wright estaba completamente loco, lo que nunca hubiera previsto que iba a terminar de la misma manera.  

Todavía no sabía ni la mitad de cosas que me faltaba conocer , pero dentro mío reconocía que algo en él me incentivaba a descubrirlo. 

Es una de esas cosas que no sabes explicar, pero ahí esta y por más que quiera darle una explicación no puedes ... Al menos no una objetiva o lógica. 

 Cuando lo veía ... Esa mirada, maldita mirada que demostraba neutralidad, pero a la vez todo se concentraba en sus ojos; Algo emanaba, suena algo ridículo, pero es como una conexión que reconoces que no tienes con nadie más.Pero ¿Por qué?. 

— ¿Lo vas a invitar a comer... a ... Tu departamento? — era la tercera vez que Barbara preguntaba lo mismo. 

—Si — afirme y doble las prendas que yacían en la cama. 

— A mí parece una idea genial — intervino Paula.  

— ¿Enserió? No conoces nada de él — siguió la morena llevándose la mano en el rostro.  

Aquella videollamada se estaba tornando en un debate ejecutivo de cuál iba a ser la mejor decisión que podría llegar a tomar. Aunque esa decisión ya había sido tomada cuando le escribí el mensaje de texto. 

— Sé lo importante — me encogí de hombros. 

— A ver , que sabes — 

— ¡Si! Cuenta, cuenta —  

— Es de signo Leo, le gustan los gatos y las películas de Marvel ... — guarde la ropa en el placar —Su color favorito es el amarillo, y le encanta la pasta como a mí — 

Y es ahí cuando te das cuenta de que existen dos clases de persona. 

— ¿Leo? Ay es un ascoo, definitivamente ahí no es — 

— Wow, sí que sabes muchoo — dijo con cierta ironía.

Rodee los ojos y solte una pequeña risa por tal cosa.

— ¿Pueden confiar en mí? — dije tomando el celular entre mis manos. 

— No — respondieron al unísono. 

— ¡Ay! ¿Qué haría yo sin ustedes? —solté un suspiro.  

— Tomar malas decisiones ...  — respondió Barb. 

Negué levemente divertida al ver un sobre de condón en el foco de la cámara de Paula, quien luego me guiño un ojo. 

¡idiota!  

— Claro, como la vez que fuiste a una juntada sin nosotras y te chapaste al amigo del chico que te gustaba frente al chico ...—me apunto la pelinegra.

 —¡Oye! En mi defensa lo estaba conociendo a él, y no podía no hacerlo y el que me gustaba era el mejor amigo — hice un ligero puchero.

— Claro que si, si no estaban saliendo y podías haber tomado otra decisión —

— O la vez que te metiste con Gonza para darle celos a Alex y terminaste de novia con él — siguió Barb.  

— Esa es mi favorita, te pasaste — 

—Bueno yaaa, basta , no hablen de los muertos  — 

Fue entonces, que luego de esa ardua conversación con las chicas donde me trataban de convencer en cambiar de opinión, atendí a mi invitado quien entraba junto a una botella de vino.  

Tal vez suelo tomar decisiones impulsivas, pero la que había elegido no era una de ellas.O eso esperaba.

— Espero no haberte hecho esperar — sonrió y se acercó dejando a un lado la botella. 

Mentiría, si les dijera que no me había puesto nerviosa, ansiosa y una mezcla de emociones que lograban entrar en explosión en mi buen juicio.  

— No, estaba viendo que íbamos a cocinar ... — coloque las copas encima de la mesada — No soy buena en la cocina, en realidad apenas sé hacer un huevo frito ... Aunque aún no me sale muy bien — 

Él soltó una pequeña risa y se quitó la campera deportiva que traía ; quedando con una camiseta blanca.

— Bueno, debemos intentarlo — asentó un brazo en la mesa y se inclinó en dirección a mí provocando con ese simple movimiento que la prenda se ciña en la parte de su abdomen.  

¡Oh Jazmín, piensa en la biblia! 

— ¿Qué podría salir mal? — prosiguió.

Fue entonces , que ahi comenzo nuestra pequeña travesia por la cocina intentando hacer la comida mas simple que pueda existir ... Si , simple.

 — ¡Qué mierda! ¡Te dije que lo pongas en mínimo! — dije alejándome del sartén quien empezaba a salpicar el aceite hirviendo.

Me llevé una mano en el dedo, me ardía demasiado.  

¿Quién me manda a querer pelar papas? 

—¡No me dijiste nada! —dijo este mientras colocaba otro puñado de estas y retrocedía rápidamente con la bandeja cubriéndose — ¡Me niego a sacarlas! — me miro y volvió su vista al sartén. 

— ¡Marica! — agarre una espatula con una plato.

Cuando me estaba acercando este me tomo de la cadera evitando que siguiera.

— ¡No! ¡Estás loca! — 

— ¡No me digas loca! — le di un espatulaso en la cabeza. 

— ¡Auch! — 

Solo puedo decir que no lo intenten en casa ,  mejor dicho no dejen que el aceite se sobrecaliente de mas o ...

— ¿Huele a quemado? — me giré y pude apreciar el fuego ascender del sartén — ¡Nooo, no, nooo! —

 — ¡Espera! — agarro un trapo y empezó a intentar apagar el fuego, pero lo avivaba más.

Probablemente te puedas quedar sin casa.

— ¡Llamaré a urgencias, a los bomberos... — escuche el grito de Irwin que venía de la cocina — ¡O a un médico! — 




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