No entiendo porque me haces tanta falta
Te extraño desde la entrada
Miro a través de la ventana
Que tragedia no compartir contigo la cama
Mi cabeza sobre la almohada
Es como tenerla sobre lija gastada
Me acostumbre a de tu regazo ser el guarda
Me acostumbre a verte cada mañana
Desde aquel sofá que se prestaba
Para mil besos de pasión avivada
Desde aquel viejo sofá pierdo la calma
Ya no se escucha tu voz encantada
Me queda el eco de las memorias
Me queda esta habitación para la historia
Aquí te amé, con calma y sin demora
Y aquí te perdí, fin de la estrofa