Untalented

4. Los Robinson

Carly dormía plácidamente, hasta despertó al escuchar mucho ruido proveniente de la cocina.


El sonido de un vidrio rompiéndose hizo que se alarmara.

— ¡Ten más cuidado! —se oyó la voz de una mujer.

—No creo que nos haya escuchado —le contestó alguien, seguramente la misma persona que rompió el vaso.

Nuevamente se oyó algo caer.

Carly pudo pensar que se trataba de ladrones, pues se suponía que sus padres regresarían de su viaje hasta dentro de una semana. Pero ningún ladrón sería tan ruidoso, y sus padres no eran conocidos por ser predecibles.

— ¡Tienes que seguir la receta! —regañó la mujer.

— ¡Pero eso es una locura! —contradijo su acompañante.

— ¡No es una locura, está en el libro!

— ¡Pues el libro se equivoca, nadie en su sano juicio usa tanta canela!

— ¡No grites, despertarás a Carly!

En efecto. Stephen y Amanda Robinson estaban en la cocina, intentando prepararle un desayuno sorpresa a su hija.

— ¡Entonces deja de regañarme y pásame el artefacto de gran velocidad para amasar y mezclar alimentos! —Pidió su padre como si se encontrase en un quirófano pidiendo sus instrumentos.

— ¿Es tan complicado para ti decir Batidora? —se burló su mamá.

Ambos tenían una peculiar dinámica, a veces parecían un par de niños. Él era el dueño de una compañía de software y su madre era la relacionista pública de ésta. Juntos hacían una gran mancuerna. La creatividad y las innovadoras ideasde Stephen en conjunto con las habilidades de persuasión y el don con las personas que tenía Amanda, los convertían en un equipo imparable. Aunque no el más armonioso.

Carly siempre había admirado eso de ellos, pues ella era mucho más tímida y no le era fácil relacionarse con otras personas.

Amaba a sus padres, pero en el fondo temía que si no encontraba su talento, tendría que vivir a la sombra de ellos para siempre.

De un momento a otro, las luces se apagaron y volvieron a encender.

Fue entonces cuando Carly decidió que era mejor bajar a ver qué desastre habían hecho sus progenitores.

Al entrar a la cocina vio muchos huevos rotos en el piso, el libro de recetas estaba en llamas, su padre intentaba utilizar el extintor. Luego su madre se lo arrebató y apago el pequeño incendió que acababan de comenzar.

—Creí que habíamos quedado en que solo la abuela y la tía Nora, podían usar la cocina —comentó Carly, y los dos voltearon a verla.

— ¡Sorpresa! —habló su madre, abriendo los brazos para enfatizar—. Volvimos antes, cariño. —Tenía una enorme sonrisa y corrió a abrazarla. Carly le devolvió el abrazo.

Su padre limpió el intento de masa para panqueques de sus gafas y se unió al abrazo.

—Si hubiese sido por mí, ni siquiera nos habríamos ido. Pero tu madre insistió en que «teníamos que demostrarte que confiamos en ti» —explicó el padre de Carly, ganándose un pequeño empujón por parte de su esposa.

— ¿Y qué tal Jamaica? —Preguntó Carly para cambiar de tema.

—Es un lugar muy bonito, las palayas, el reggae y la comida son fantásticos — respondió supadre

—Fue muy divertido. Aunque te echamos mucho de menos —agregó su madre.

—Te trajimos muchos suvenires, pero primero vamos a comer —Stephen tomó las llaves de su auto y se dirigió a la cochera, seguido de la madre de Carly—. ¡Comeremos fuera! —exclamó, ya que su intento de desayuno no había resultado.

—Porque alguien no pudo usar el «artefacto de gran velocidad para amasar y mezclar alimentos» —lo picó su esposa.

— ¡Esa cosa tiene demasiados botones! —se defendió.

—No puedo creer que puedas armar una computadora con los ojos vendados, pero una pequeña batidora sea demasiado para ti. —La madre de Carly estalló en carcajadas,

—Bien, admito que esto de cocinar no es lo mío. Ahora ¿Qué dicen si nos vamos ya, mis bellas damas? —dijo como si fuese un caballero medieval.

—Denme un segundo, iré a cambiarme. —Carly se dispuso a subir las escaleras.

—No es necesario, te queda bien ese nuevo estilo —comentó su padre.

—Papá, estoy en pijama —respondió Carly con obviedad

—Oh, te esperamos en el auto.

Luego de eso, los tres se fueron a una de sus cafeterías favoritas. Eran muy pocas la ocasiones en que podían pasar tiempo en familia, debido al trabajo de su padre. Pero siempre procuraban aprovechar el tiempo de calidad que tenían.

—El día de hoy lo pasaremos juntos. Iremos al cine, comeremos helado, también hay una exposición en el museo, sé que te encantará, almorzaremos en ese restaurant que está junto a la playa, luego jugaremos gotcha —el padre de Carly hablaba muy emocionado.

—Cariño, tenemos la reunión con los inversores a las tres —Le susurro Amanda.

—Cambio de planes, Comeremos helado, iremos al parque, veremos una película en casa y almorzaremos pizza —dijo, haciendo que Carly sonriera.

—Ahora, cuéntanos ¿Cómo te va con la búsqueda de amigos? —Inquirió sumadre. Ya que esa había la excusa que Carly les había dado para no ir con ellos a su viaje.

— ¿Hay por ahí algún amigo especial? —Cuestionó su padre con una sonrisa cómplice.

—Bueno... no he tenido mucha suerte— Carly bajó la mirada.

Había pasado la última semana con Andrew pero no les hablaría a sus padres de él, pues no eran verdaderamente amigos eran más como... socios. De seguro su padre se decepcionaría por el intento de chantaje. Y ni hablar de que seconsiderara la oveja «destalentada». No les diría a las personas que se habían esforzado tanto para que ella se sintiera única y tuviera confianza en ella misma que se sentía como un crayón blanco intentando escribir en páginas del mismo color.

—No te preocupes, princesa. Sabemos que ha sido difícil desde que Madi se fue, pero no tardarás en hacer nuevos amigos. —La tranquilizó su madre.

Desde niña, la única amiga que Carly había tenido era Madison. Se hicieronamigas en Jardín de infantes, cuando las otras niñas decían que Carly era un extraterrestre, pues el color de su cabello no les parecía algo normal.



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En el texto hay: amistad chica y chico, talento, romance amistad

Editado: 31.10.2022

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