Untalented

6. Jerry

— ¡Te lo dije! Bailar no es lo mío. —Carly calló rendida después de probarle a Andrew que su talento no estaba en sus pies... ni en sus caderas.

—Te creo, solo promete que jamás volverás a intentar hacer el twerk. —Se cubrió los ojos, intentando borrar esa imagen de su mente.

— ¿Qué dices si fingimos que las últimas dos horas de nuestra vida jamás ocurrieron? —sugirió ella aún tumbada sobre el sofá.

—Es un trato —concordó—. Iré a traerte un vaso con agua.

Andrew se dirigió a la cocina mientras Carly se quedaba en la sala. Pudo observar que había muchas fotografías, en la mayoría estaban Andrew y una mujer que de seguro era su madre, era bonita, con el cabello negro y lacio. Pensó que había mucho que no sabía acerca de Andrew, iban a la misma escuela desde hacía años, pero nunca fueron ni remotamente cercano. Entonces recordó que él había mencionado algo sobre tener un hermano menor, pero él no aparecía en ninguna de las fotografías y eso le pareció muy extraño.

—Toma, chica «destalentada» —le entregó el agua y ella la tomó de inmediato.

Se quedaron un rato en silencio hasta que ella dijo: —Bonita foto. —Señaló una en la que Andrew y su madre estaban sentados en una banca sonriendo, era algo raro verlo sonreír, a pesar de tener una sonrisa linda. No era como la de Blake, era más bien cálida, rara pero genuinamente bella.

—Es de las favoritas de mamá, ella ama las fotografías —comentó mientras observaba la foto de la que Carly hablaba.

—Y a ti no te gustan —Afirmó ella mientras colocaba el vaso en la mesa que tenía a un lado.

—Las fotos suelen ser siempre para alguien más, la gente se empeña en que todo el mundo las vea, como si el solo recuerdo de esos momentos no fuese suficiente, como si necesitaras un trozo de papel para decir «miren lo felices que estamos ahí»

Después de eso hubo un gran silencio, Carly no estaba de acuerdo con lo que él acababa de decir, pero sabía que no importaba si ella le decía su opinión, él no la tomaría en cuenta, entonces prefirió callar.

El silencio fue roto por el sonido de un celular, Carly lo sacó de su bolso y respondió.

—Hola.

—Hola, Carly ¿Cómo va todo por allá?, estás extrañándome, ¿cierto? —Reconoció la voz de Madi, que hablaba muy rápido.

—Madi... por supuesto que sí. —Volteó a ver a Andrew, que se acababa de poner blanco cual papel.

—Lo sé, será complicado estar tanto tiempo sin mí, que soy tu única amiga en el mundo, pero no será mucho tiempo. —Carly recordó que si había algo que no extrañaba de Maddi, era su afán por fingir que era el centro de su universo.

—Sí, te extraño. Pero he hecho un amigo nuevo —Carly intenta colar a Andrew en la conversación—. ¿Recuerdas a Andrew Collins, el de la clase de ciencias?

El pulso de Andrew comenzaba a acelerarse, mientras escuchaba a Carly hablar. No era nada disimulada y eso le preocupaba. No quería lucir como un chico desesperado frente a Madi. Estaba molesto consigo mismo por estar actuando de ese modo. Con su corazón bombeando como si acabara de correr una maratón, su boca se había secado y las manos le comenzaban a sudar. Se sentía como un niño con su primer enamoramiento. Aunque en teoría, Madi era su primer enamoramiento. Había tenido un par de novias, como cualquier chico de su edad. Pero ninguna se parecía siquiera a Madi, gracias a ella había experimentado esas cosquillas en la boca del estómago de las que su amiga Kristen siempre hablaba.

—Ayer fui a ver mi nuevo colegio y es increíble —Madison pasó descaradamente del comentario de Carly—. Me inscribieron y ya soy el promedio más alto ¿Puedes creerlo?

—Eso es genial Mads... —Carly fue interrumpida antes de poder terminar la frase.

—¡Por supuesto que lo es! Es decir, no sé quién estaba antes en el primer puesto, pero estoy segura que ha de haber enloquecido cuando vio que de un momento a otro pasó al segundo puesto —soltó una fuerte carcajada que atemorizó un poco a Carly—. Tengo que irme Carly, luego te llamo —Y sin esperar a que Carly se despidiera colgó el teléfono.

—Ella... está algo ocupada —dice Carly en un intento de excusar el desaire de Madison.

Andrew asiente con la cabeza y se queda sentado, viendo hacia la nada, intentando normalizar su ritmo cardiaco.

Un incómodo silencio se formó entre ellos. Carly no sabe que decir hasta que recordó lo que estaba a punto de preguntarle antes de que Madi llamase.

—¿Por qué no hay fotos de tu hermano? —cuestionó mientras señalaba las fotografías. Pues se le hacía raro que a la madre de Andrew le gustasen tanto las fotos y no hubiese ninguna del pequeño que Andrew mencionó en un par de ocasiones.

—Él es mi medio hermano, hijo de mi padre —explicó.

—Oh, entiendo —dijo—. Debe ser muy bonito tener un hermano menor. Yo soy hija única y siempre quise uno, pero con las ocupaciones de mis padres es difícil que tengan tiempo para cuidar a un niño pequeño. De seguro que te diviertes mucho con él. Lo conoces desde bebé y puedes enseñarle cosas que ya sabes, aconsejarle y eso. Es como tener un hijo que sí puedes devolver cuando te cansas. —Carly hablaba muy rápido pues trataba a toda costa de regresar al silencio incómodo. Sin percatarse de que no estaba dejando que Andrew dijese ni una sola palabra y eso exasperaba al muchacho.

—Mi hermano Jerry tiene ocho años, nos enteramos de su existencia hace tres y mis padres llevan divorciados dos. Haz tus cuentas —soltó con un tono frio.

Las palabras de Andrew dejaron a Carly sin habla. Se sentía como una completa tonta. Se arrepentía de haber hecho esa pregunta, era obvio que se trataba de un tema delicado para Andrew y él no era precisamente una persona que hablase mucho de su vida personal. Ella quería arreglar las cosas y una idea paso por su cabeza. Se giró en dirección al chico y dijo: —Pregúntame lo que quieras y yo responderé.

—No es necesario —respondió.



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En el texto hay: amistad chica y chico, talento, romance amistad

Editado: 31.10.2022

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