Unus Mundus "Conectados A Través De La Mente"

La segundaría 6

Ninguno de los dos teníamos remedio, ser capaz de sobrevivir sin el otro no era opción para ninguno de los dos, estábamos de acuerdo en eso, era algo irrevocable. Al salir al pasillo, me encontré con el tumulto de los estudiantes en el pasillo, eran demasiados y todos al mismo lugar que era la cafetería. Al llegar a ella ya los grupos de personas se encontraban en sus respectivas mesas, porque digo “respectivas mesas”, porque los populares tenían su lugar, los jugadores de futbol también y así con el resto de la población estudiantil, menos los que estábamos en mi categoría, ya que no existía una categoría para personas normales que nos dedicábamos a los estudios.

Por mi parte, me limitaba a comprar el almuerzo en la cafetería y salir al patio trasero de la segundaria, como hacían algunas personas más, era mejor porque el ambiente era menos pesado y te recibía el fresco viento en el cuerpo, mucho mejor para despejarse de las clases. Pero ese día sentía algo en particular, sentía más miradas de las que debería sobre mi pequeño cuerpo, todo el tiempo me miraban con respectividad, pero hoy era de una manera distinta y era de parte del grupo de equipo de futbol. Algo feo se traían ese grupo de ratas sobre musculadas.

Ya había comprado mi almuerzo, lista para salir por la puerta de la cafetería que daba con el patio trasero, cuando sentí que me tomaban de mi brazo izquierdo.

–No, tú no te vas de aquí todavía– me gire sobre mi cuerpo para encontrarme con las ratas del equipo de futbol, sabía que algo se traían entre manos.

–¿Qué quieren?

–Así que la “Desquiciada Jones” habla – esta vez me dirigía la palabra Cristian el segundo al mando del equipo.

–Claro que hablo – vi como una sonrisa sobre salía del rostro del resto.

–Entones me dirás el porqué de ir de bocona a decirle al director Martínez que Brandon, James y André fueron los que te encerraron.

–Tú mismo lo has dicho – vi como su rostro tomaba la duda en él, ¿De verdad eran tan idiotas? – Tu querido capitán conjunto a sus secuaces me encerraron en el almacén, por esa razón hable con el director y lo que les toca asumir lo tienen bien merecido.

–Por tu culpa no podrán asistir a los últimos dos partidos de la eliminatoria – estaban furioso y pensaba cabrearlos todavía más.

–Lo siento por ustedes, no pensé que fueran tan malos como para necesitar a los otras tres idiotas – el rostro de Cristian se enfureció todavía más, así como el del resto del equipo.

¿He dicho que son unos inmaduros? Creo que no, porque lo que estaban haciendo, en vez de enojarme me descolocaba de la risa, si, de la risa. Estos idiotas tenían cada uno una lata de soda en su mano y en fila fueron vaciándolas en mí, ¿Pueden visualizar esa imagen? ¿Una pequeña chica en medio de un tumulto de músculos empapada de soda? Para mí era algo graciosos, tal vez para otros seria algún tipo de abuso, se sentiría mal o incluso intimidados, pero ese no era mi caso. Yo tuve experiencias de me destrozaron físicamente y emocionalmente, ¿Por qué me pondría furiosa por lo que hacían, si no estaba creando ningún daño en mí? Veía la vida con otros ojos gracias a las cosas que había experimentado y también de que Elian era el causante de ver que no todo en la vida era malo, como en este caso, la situación no era mal, al contrario, era dulce porque las sodas tenían un buen sabor.




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