Unus Mundus "Conectados A Través De La Mente"

La universidad 2

–¿Bellas artes?

–Si, quiero estudiar arte.

Como siempre la duda en el rostro de mi padre se dejo ver. Estaba en el despacho de la casa cuando decidí contarle sobre mi elección de carrera, lo tenia que saber, en unos días haría los exámenes para las universidades y necesitaba poder ganar una beca.

–Pero para poder estudiar esa carrera tendrás que irte a otra ciudad – mi padre dejo de hacer lo que estaba haciendo para dirigir su completa atención en mí.

–Lo sé

–¿Por qué quieres eso? No sería mejor estudiar una carrera local, como administración o contabilidad.

–Sabes muy bien que soy pésima con los números, además de que no aguantaría el estar atrás de un escritorio.

De nuevo la duda asomo en el rostro de mi padre. Sabía que no quería dejar ir a su única hija, lo que le estaba diciendo hacia sangrar su corazón, yo tampoco quería dejarlo solo, pero hay ocasiones en la vida que tenemos que tomar estas decisiones agridulces y esta era una de ellas.

–Supongo que nos tendremos que mudar – me dirigió una pequeña sonrisa.

–No

–¿Cómo has dicho?

–Yo me iré, tú de quedaras aquí – la cara de mi padre era de completa incredibilidad, creo que jamás pensó que yo diría algo así.

–¿Por qué?

–Es hora de que empiece a tomar decisiones papá, sé que con lo que paso con la esquizofrenia quieres protegerme y mantenerte cerca, pero ya la enfermedad alejo muchas cosas de mí, me arrebato parte de mi adolescencia no quiero que haga eso con mi adultez– me acerque al escritorio sentándome en una de las sillas de al frente para poder tomar las manos de mi padre – Sé que es difícil, pero es algo que tenia que llegar y ahora es el momento.

–¿Dime en que momento has crecido tanto? – sonríe, sabia que mi padre entendía mi punto, y estaba feliz por eso.

–Puedo decirte que ni siquiera yo lo he notado – ahora era mi padre el que se encontraba sonriendo, la verdad era que los dos nos encontrábamos de esa manera.

–Te has vuelto muy hermosa Beth, se nota que heredaste la belleza de tu madre y su gran determinación – sentí arder mis parpados, y mi padre lo noto.

–Lo siento cariño.

–No hay nada que lamentar papá, me gusta pensar que me parezco a mamá, pero no te menos precies también eres muy guapo – en medio de mis lágrimas, podía sentí el crecer de mi sonrisa y la débil de mi padre – La extraño mucho.

–Yo también Beth, cada día de mi vida.




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