Tal vez sería que por las tardes la temperatura siempre bajaba, tal vez sería porque pronto habría una tormenta, tal vez seria por el frio que se colaba al abrir y cerrar de la puerta de entrada de la cafetería. La verdad que nunca lo sabré la razón de porque en ese mismo instante mi cuerpo sintió tanto frio y dolor.
–¿Tú lo sabias? ¿Cómo pudiste no decir nada? – sentía ganas de gritar, de preguntarle un “Por qué” sensato, pero no era capaz de articular ninguna palabra.
–¡Lo siento Beth! De verdad, pero no podía.
–¿Como no podrías? ¡Era mi madre!
–Ella también sabía que iba a morir, era consiente de todo lo que pasaría y por protegerte lo hizo Beth – pude sentí de nuevo la fuerte mirada de Elian en mí, no había notado que había bajo mi rostro y que por alguna razón mi mano derecha estaba al lado de mi corazón – Ella sacrifico su vida, por darte una a ti. –No puedo más.
Sin importarme nada, sin ser consiente de donde me encontraba y la situación a la cual me enfrentaba, tome mi mochila y trate de lo más antes posible salir de ese lugar. No era consiente de nada, sentía que me encontraba dentro de una piscina, sintiendo como poco a poco me ahogaba y como mis oídos se topaban del mundo. Atravesé la puerta del lugar, para ser encontrada con el frio de la ciudad. Me quede de pie ahí, en la acera de la cafería admirando el pasar de las personas, lo grisáceo del pavimento y un recuerdo muy profundo llego a mí. Uno de mis sueños.
–Yo te amo Beth, ella lo sabía y por eso estoy contigo.
No sabría decir si eran las pequeñas gotas de lluvia que empezaban a caer o si eran lágrimas, lo único que sabia era que una sustancia caliente salía con prisa de mis ojos logrando mezclarse perfectamente con las simples gotas de lluvia.
–¿Me amas?
–Así es Beth, te amo desde que era un niño, siempre lo he hecho – a pesar de que la suave lluvia nos estaba empapando, seguíamos ahí en ese frio lugar – Tu madre lo sabía y por eso nunca dudo en protegerte, sabía que además de ella en el mundo existía una persona que te amaba y te protegería con la misma intensidad.
Elian poco a poco se fue acercando más, haciéndome sentir que el mundo también se acercaba consigo. Ver su cabello oscurecido por estar mojado por la lluvia, sus ojos ahora con un azul todavía más intenso y su pálida piel humedecida. No lo había pensado, ni siquiera lo había considerado, por mi mente no pasaba ese tipo de posibilidades, la posibilidad de amar a la única persona que se a encontrado para mi en casi todas las situaciones de mi vida.
–Por favor no me alejes de tu vida, no ahora que te tengo conmigo, te has convertido en la prioridad de mi vida Beth. Mi vida, mi alma, mi corazón y mi mente son completamente tuyos desde el momento en que te vi en esa minúscula sala de espera. Por favor, destrózame de la mejor manera.
Y lo bese. Sin ningún permiso o aviso. Él quería ser destrozado de la mejor manera, y que mejor manera que sabiendo que yo también lo amaba. Que él también era mi vida, mi mundo, que éramos un único mundo.