Unus Mundus "Conectados A Través De La Mente"

Epílogo

En mi corazón siempre estaba la incertidumbre y creo que es algo que por un tiempo (a pesar de tener a Elian) es un sentimiento que habitara dentro de mí. Ahora que se podría decir que estábamos juntos eran un camino todavía más incierto el cual recorrer, según Elian hay cosas que tengo que aprender a manejar acerca de la “Trascendencia”, pero es algo que hay que ir según lo indique el tiempo.

Mi vida a tomado un nuevo camino, uno cual tengo que aprender a manejar, comprender y mejora, en mi mente todavía existen lagunas oscuras, unas las cuales me cuesta mucho comprender. Quiero ser capaz de hallar el sentido de todo esto, poder cada día comprender mejor mi habilidad y ser capaz de controlarla por mí misma. Pero después de saber toda la información que me ha dicho Elian creo que será mejor buscar la serenidad por algún tiempo, poder buscar un poco la calma junto a él y tratar de que cada pieza encaje en su lugar.

Lo mejor de cada comienzo es lo que se puede llegar a esperar en medio de la tormenta, del camino o del recorrido, aquello que no esperamos con certeza que pasara, aquello que no teníamos idea fuera posible ocurrir. Pero la vida es impredecible y creo que la más impredecible son nuestras decisiones y las consecuencias que vienen corriendo felizmente después de que ocurre algo, sé que somos capaces de asumir todo eso con responsabilidad y coraje. Salir con la valentía que tiene el sol después de cada una de sus tormentas.

–Estamos empapados – a pesar de la situación en la que nos encontrábamos, no quería soltar el cuerpo de Elian.

–¡Así es, nos ha caído tremendo balde de agua! – me separé de su cuerpo, y pude apreciar de nuevo su cabello humedecido y su hermosa sonrisa – Creo que ha valido la pena.

–Creo que más que eso – empecé a analizar en el lugar en el que estábamos y recordé que nos encontrábamos en media acera bajo una escampada lluvia, y las miradas extrañadas de las personas – Será mejor ir a otro lugar.

Y con mi sugerencia de la mano, Elian y yo caminamos un poco por las calles mojadas de la cuidad, hasta llegar a lo que sería un pequeño parque algo alejado de las ajetreadas calles.

–¿Como es que hemos llegado hasta acá Beth?

–No me preguntes, porque no sé la respuesta, además – al llegar cerca de una banca lo incentivo a que nos sentemos juntos, lo cual Elian no se opone – Sera mejor esperar a que nuestras ropas se sequen.

–Creo que si, además que no nos dejaran entrar a ningún lugar estando de esta manera.

Estando ahí lo dos juntos, empapados gracias a la lluvia, en esa banca también humedecía por la tormenta, nos encontrábamos Elian y yo. Muchas cosas llegaron a mi mente, los años que a través de nuestras mentes nos comunicábamos, el psiquiátrico, todas las dudas que día con día pasaban en mi mente, pero ahora que nos encontrábamos así de esa manera, abrazados en una banca para poder darnos algo de calor, lo descubría. Él siempre ha estado conmigo, en cada momento en cada angustia que sentir, no era el hecho de sentir su cuerpo junto al mío (eso era algo segundario), era el saber que en mi vida su ausencia seria un peligro, ya había perdido a una persona que ame y amare hasta la eternidad, pero gracias a Elian podía sobrevivir a eso y creo que ha mucho más. Él es mi comienzo y mi fin.

–Gracias

–¿Qué agradeces Beth? – volteé mi cabeza hacia él, y pude apreciar la cercanía de nuestros rostros

–Por todo lo que has significado en mi vida, le agradezco también a mamá por elegirte para mí, y sobre todo agradezco el hecho de que me hallas mantenido con esperanza cada uno de mis días.

–Yo también le agradezco a tu madre por dejarme ser parte de ti. Jamás dejaría que te rindieras antes las dificultades Beth, tu más que nadie sabe que es luchar contra las adversidades, ahora más que nunca te ayudare a superar cada una de ellas, eso te lo prometo – mirando esos brillantes ojos azulados sabía que todo aquello era verdad, que mientras estuviera con Elian todo siempre podría estar bien.

Y después de esas palabras deje que su cuerpo arropara al mío en un profundo abrazo que los dos necesitábamos. Poco a poco el sol de ese día iba bajando, creando ante nosotros una perfecta vista del cielo anaranjado. Levantándome con una energía extraordinaria de la banca le extendí una mano a Elian.

–¿A dónde vamos ahora cariño?

–A conquistar el mundo – se levantó de la banca con igual energía, tomando mi mano atrajo mi cuerpo al suyo.

–Creo que eso será algo imposible.

–Nada es imposible para los “Trascendentitas”.

–Está bien, conquistaremos el mundo – podía sentir como una sonrisa aparecía en mi rostro, haciendo también aparecer una en la de él – Por ahora conquistemos el nuestros.

–¿Nuestro mundo?

–Exacto, nuestro único mundo.

Fin.

 

 

 

 




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