-¡Enseguida venimos Claudio!-dijo Carlos yéndose con Héctor a sus casas a buscar sus respectivas computadoras notebook para “hacer la tarea”.
-¡No pasa nada chicos!¡Tómense su tiempo que Claudio y no nos movemos de acá!-dijo Graciela mientras cerraba la reja. Claudio, que estaba detrás de él le indicó que subíaal departamento. Al llegar al piso de arriba, Claudio junto la mesa rápidamente y empezó a lavar los platos y cubiertos más cercanos que tenía cuando su madre llegó.
-Deja eso Claudio, yo me me encargo de ordenar esto-exclamó en un tono más suave Graciela.
-¡Ya termino m…mamá!-dijo Claudio antes de detenerse de súbito y mirar las escaleras. Su madre lo miro extrañado antes observar lo que llamaba su atención cuando. Entonces se dio cuenta de que un par de pasos subían por las escaleras hacia ellos, la madre asustada retrocedió pensando que podía tratarse de otro ladrón cuando, poco a poco, reconoció una figura tan negativamente familiar para ella.
-Hola…-dijo el padre de Claudio suavemente mirándolos a ambos, principalmente a Claudio antes de que este volviera a ocuparse de los cubiertos.- ¿Por qué esas caras?¿Pareciera que hubieran visto a un ladrón?
-Y entre un ladrón cualquiera y la forma en la que entraste no hay mucha diferencia.-agregó Graciela en un tono más infantil que despectivo. El padre de Claudio, Tito, arrojó suavemente una bolsa blanca de plástico a la mesa.
-Pasé por el centro y vi que tenían el remedio de Claudio para su nariz, por lo que aproveché para conseguirlo y traerlo-exclamó el padre mirando a su hijo, el cuál seguía de espaldas lavando los platos.- y de paso…quería pasar para verlos.
-Gr…gracias pa…pá.-dijo Claudio dándose media vuelta para verlo.
-De nada hijo.-agregó ligeramente feliz Tito- Se que vine algo más tarde que lo común… pero tuve muchos problemas en la escuela con otro grupo de pendejos otra vez.
-La verdad es que nosotros estábamos bastante bien hasta que...¡¿Qué cosa dijiste?!
-Si, un grupo de pendejos de 4º año que estaba en “clase de castigo” se escaparon antes de que cumplieran su horario de salida. La profesora dice que no los pudo agarrar porque se escaparon justo cuando estaba hablando con otro profesor, pero dijo que aparentemente se habían fugado por la ventana.
-Espera…¿los de 4º año no son los que están en el primer piso?¿Como pudieron escaparse por la ventana si están en la planta alta?-preguntó extrañada Graciela.
-Yo tampoco lo sé, pero Clotilde dijo que aparentemente habían recibido ayuda de otro. Según lo que me dijo, este “salvador” les había lanzado una soga desde el patio, y los simios se escaparon haciendo deslizándose por ella como si fueran presos que se fugan del penal de Ezeiza.
-¿Me estás jodiendo no, Flavio?-agregó Graciela-¡¿Como podés estar a cargo de docentes y preceptores tan inútiles que no son capaces de darse cuenta de eso?!¡¿Desde cuando los pendejos de mierda se ratean del colegio con una soga?!¡¡¿Acaso los están preparando para ingresar a las fuerzas especiales, Flavio?!!
-¡No tengo la más puta idea de cómo paso eso, Graciela!-agregó Flavio mirando de reojo la espalda de Claudio- Solamente se que tuvieron ayuda de alguien que ya “había salido”
-P…por lo que dicen, p…parece una película de Ca…Ca…Campanella-dijo Claudio.
-Si, yo también pensé lo mismo…solamente tengo que encontrar al protagonista principal para hacerle pagar los efectos especiales-dijo Flavio acercándose lentamente a Claudio, le dio un abrazo rápido y un beso en la cabeza antes de volverse a su ex esposa para tomarla de la espalda y darle un beso en la mejilla. Luego encaró para la escalera.
-No te vayas a pasar toda la tarde pensando en ellos-comentó Graciela mostrando algo de empatía por el otro- Todos sabemos lo que te hace a la salud llevar los problemas del trabajo a la casa.
-No importa, ya le deje a Aurelio que me averigüé lo que pueda sobre eso, yo ahora me voy a tomar la tarde libre y celebrar…mañana es el último día de clases de todos los cursos en general y luego tienen que ir solo los que deben materias. Ya puedo sentir ese descanso y esas vacaciones…
-¡Yo igual, no puedo esperar a que me jubile!-dijo Graciela cansada- Como sea, nos vemos luego Flavio, estaremos hablando en estos días.
-Igualmente…y Claudio, estuve viendo para alquilar una lancha para ir a pescar un par de días al río cuando sea la temporada, como hacíamos cuando eras más chiquito ¿Te interesa la idea?
-T…tendría que p…pensarlo pap…pá. Pero me g…gusta la idea, q…quizás hasta pu…pueda convencer a los otros p…para ir.
-Como quieras hijo, cuantos más mejor. Bueno, ya es hora de que me vaya, nos estamos viendo entonces-dijo Ernesto despidiéndose por última vez. Al bajar se topo con Carlos y Héctor, los cuáles lo saludaron tan amablemente como cansados estaban por la corrida. Al llegar al departamento de Claudio, Héctor llamó a su amigo, el cuál seguía lavando los platos con su mamá al lado. Al voltearse los dos el gordo le hablo con una sonrisa, de esas que todos los del grupo sabían que era de sarcasmo total.
-¡Claudio!¡¿Nos ponemos a hacer la tarea? Jejeje….
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Editado: 12.01.2021