Comienza la "Gira"

-¡Dale hermano, que no llego a fin de mes!-exclamó el profesor Bondar sacando la cabeza de la ventada del vehículo. Toco la bocina un par de veces y volvió a gritar un par de  insultos más.

-¿Cómo está la situación ahí afuera, profe?¿Es muy grave?-preguntó Carlos asomándose al vidrio de la ventana izquierda. El vehículo de Bondar estaba situado a la mitad de una larga fila de autos que tocaban bocina en la avenida Italia, a causa de un patrullero que había volcado justo en frente de la intersección de la avenida con la calle Mitre. Como el vehículo policíal estaba boca abajo habían tenido que llamar a una grúa de la municipalidad para retirar el auto, sin embargo, una de las cadenas de la maquinaria se había cortado y no les quedó mas remedio que empujar entre policías y peatones al patrullero para darlo vuelta. Frente a esta situación, Bondar intentó mostrar compostura frente a sus alumnos.

-No se preocupen mis lindos “peronchitos”, que la eficiente burocracia municipal de este país industrializado y para nada corrupto nos va a sacar de este aprieto. Ustedes solo relájense mientras el “Tío Bondi” hace su aporte a la grandeza nacional.- Bondar encendió su radio haciendo sonar una canción electrónica rápida para luego estirar su cuello por la ventana y gritar a viva voz-¡Hijos de puta!¡Hijos de puta!¡Ni para ayudar a su propia policía sirven!¡Después lloran y preguntan porque nadie los vota!

-¡Claudio, no podemos seguir acá! Hace cinco minutos que estamos parados y la fila de autos no avanzo ni un poco. Tenemos que hacer algo o sino vamos a hacer esperar a las chicas.-susurró Carlos al tartamudo, cuya proclama fue apoyada por Héctor, el cuál afirmo que ya estaba sintiendo hambre y ganas de ir al baño. Claudio miró a su alrededor y luego su reloj, ya casi sería la hora acordada con Fabiana y Lucila para encontrarse en “El Zorzón” y todavía no estaban ni cerca del local. Decidió que debían arreglárselas por si solos.

-¡”M…Marian”!¡No…No…Nosotros nos vamos a p…pie que si no no llegamos a horario c…c…con las otras! Cu…Cuando estes llegando avísame  b..bajo a buscarte.

-¡Dale chicos, ustedes adelántense nomás! Que parece que voy a a tener que dar mi máximo esfuerzo para aportar a esto ¡Dale, manga forros!¡Dale!¡Por gente como ustedes es que extraño a De la Rúa!

Los chicos salieron ágilmente del auto y corrieron por la plaza hasta llegar a la esquina en la que estaba el patrullero volcado. Los chicos recorrieron a paso ligero las primeras cinco ocho cuadras a paso ligero hasta que en la sexta empezaron a caminar, a causa del cansancio de Héctor, lo cuál hizo que llegaran once minutos tarde al patio de comidas. En cuya entrada estaban Lucila y Fabiana esperándolos.

-¡Que bueno que no nos hicieron esperar esta vez!-dijo Lucila fingiendo tener paciencia, Fabiana se acercó y preguntó que les había pasado, a lo que Carlos y Héctor le explicaron el embotellamiento en la avenida mientras Claudio miraba su celular esperando un mensaje de Pablo. Los chicos no desperdiciaron mucho en hablar y entraron al supermercado y comedor. Mientras cada uno elegía sus determinadas comidas Héctor hacía bromas sobre lo que harían en la joda y a cuanta mujeres invitaría a bailar. Los chicos pagaron su comida y se sentaron en una de las mesas del 1º piso que daba a la ventana de la calle de al frente de la entrada. En bromas y risas, cada uno empezó a  comer su almuerzo mientras hablaban sobre la fiesta.

-¿Entonces, pudiste hablar con tu mamá sobre el UPD de hoy Claudio? Eso fue muy heroico de tu parte. Digo, que te preocupes porque no le arruinen la joda a los demás. Jeje.

-Cuando nos enteramos de que tu mamá iba a llamar a la municipalidad, vos eras la última persona que pensábamos que iba a convencerla de no hacerlo.-agregó Carlos luego de Fabiana.

-Cu…Cuando Galo me lo dijo sa…sabía que na…nadie más iba a p..p...poder hacer que diera el brazo a torcer. No me q..q..quedo otra que hablarle yo p…p…personalmente y decirle que si lo hacía iba a hacer q..q..que mis co…co…compañeros me odiaran. Al f…final acabó por p..pedir que r..r…refuercen la se…seguridad del lugar.

-Sos un héroe anónimo, Claudio. ¡Nadie va a saberlo igual, pero cumpliste tu deber con la patria!-exclamó Héctor haciendo un saludo militar con una papa frita en su mano derecha. Los demás rieron y hablaron un poco más mientras Claudio miraba su celular esperando el mensaje de su primo. “Ya debería estar aquí”.

- A todo esto, ¿ya les dijeron donde va a a ser la joda, previa o como se llame?

-Eh…mas o menos. No nos dijeron donde sería, sino que lo averiguamos…sin que se den cuenta.- respondió Carlos a Lucila. Esta no entendió el comentario haciendo una mueca, ambas chicas se miraron y preguntaron a los chicos que tontería habían visto. Sin embargo no obtuvieron respuesta ya que de la nada llegó Bondar sudado y con una gran cara de fatiga. Este se apoyo en la parte vacía de la mesa y saludo a los jóvenes pausadamente mientras recuperaba el aliento.

-¿Qué onda…he…he…muchachos? Me alegra ver que los jóvenes de ho….eh…eh…saben cuidarse a la hora de comer.-dijo Bondar sacudiendo el cabello de Héctor mientras este comía un pancho con aceitunas y papa fritas arriba de la salchicha. Los estudiantes saludaron a su profesor alegremente y le preguntaron por su estado físico actual, ya que lo veían notablemente cansado, a lo que este respondió que no era nada de que preocuparse y que se cansaba mucho más cuando iba caminando a dar clases en la Universidad.