Estar con ella era grandioso, se sentía fantástico, podría incluso hacerte olvidar por segundos lo mal que te sentías en un santiamén, nuestras conversaciones solían ser largas, sin fin, conocerla ha sido la mejor casualidad que me ha podido pasar y perderla ha sido la peor decisión que he podido tomar.
Estaba en una mala época, no era yo, no me sentía yo en lo absoluto, no sabía quién era, estaba perdido. No me sentía encajar en ningún lugar.
Ella ayudó a encontrarme.
"No tienes que ser algo que no quieres ser."
"Soy como barbie, Josh, y puedo ser lo que quiero ser."
Un camaleón social, se camuflaba sin siquiera notarlo, era una gran habilidad que le salía naturalmente, aunque a veces solía perderse en lo que era y fingía ser.
"Pero no es gran cosa."
"Siempre recuerdo quien soy."
Nuestra amistad fue fácilmente trascendiendo, me sacó del rincón oscuro y húmedo en el que me encontraba.
"Hey, si quieres ir a terapia, deberías decirles."
"Lo entenderán, y si no, se lo haremos entender."
Estaba muy nervioso en ese entonces, pero ella siempre estaba a mi lado tomando mi mano y dándome la seguridad y confianza que necesitaba. Lo veía en sus ojos, siempre estaríamos para apoyarnos. Juntos.
"No todo va a estar bien mañana, pero podemos intentarlo."
"Vas a ver que en unos años tendremos excelentes anécdotas para contar."
A veces sus consejos no eran los mejores, pero lo intentaba, y eso se sentía mejor que no decir nada en absoluto.
Solía envidiar como siempre lucia feliz, sin preocupaciones. y se deslumbraba y emocionaba por nimiedades. Para ella la felicidad no era un estado constante, eran momentos, pequeños que se repartían en sus días.
"Soy muy fácil, Josh, me hace feliz el cielo, comer, un baño con agua caliente, hacerte reír, el simple hecho de respirar, o de tan siquiera despertar son pequeñas cosas, que en conjunto me hacen bien, pero por separado me dan una efímera felicidad."
"No te diré que soy feliz porque te mentiría, pero no me siento triste ¿sabes? Solo vivo el momento."
Poco a poco iba mejorando, conocí nuevas personas y salíamos juntos, me hacía bien, me sentía bien, y pasar tiempo con ella estaba bien, nos volvimos un grupo grande, y no estaba mal. Ella solía cambiar con su entorno, tanto y sin pistas que a veces era difícil seguirla. no la reconocí. pero lo afrontaba con una sonrisa y volvía a ser la vieja Taylor de siempre. Tenía muchos matices.
"No importa."
"Siempre puedes ayudarme a recordar quien soy."
Solo que entre mas comunes eran los planes, ella menos solía asistir.
"No quiero ir." "Estoy enferma." "Ya me vi esa película." "Lo siento, tengo otros planes."
Y estaba bien, siempre y cuando aún pudiéramos encontrarnos juntos, solo nosotros dos, esos eran los mejores momentos.
Poco a poco dejé de verla seguido, las clases, terapia, y salir con mi grupo consumían mi tiempo, pero nunca faltaba la conversación con ella. Siempre salía con algo que te lograba sacar una gran sonrisa.
"La canción tiene razón."
"¿Cual canción?"
"Esa la de "Algunos de ellos quieren usarte. Algunos de ellos quieren ser usados por ti ¿Y quién soy yo para no estar de acuerdo?"
Yo le decía que eso no sonaba muy correcto, pero todo era un chiste constante con ella, no podíamos evitarlo.
"A ver, pero si es obvio que tengo razón, nos usamos mutuamente para no estar solos, tu me usas y yo te uso a ti, y eso está bien."
Pero pronto las cosas dejaron de estar bien.
"No me he estado sintiendo muy bien ¿sabes?"
"En realidad no sé como me siento, solo siento que no estoy bien."
Ve por ayuda, le devolvía su consejo.
"Lo haré."
Prometía falsamente con su preciosa sonrisa.
Las cosas parecían volver a la normalidad, salíamos en grupo y ella nos acompañaba otra vez, de hecho, ella empezaba a salir más de lo habitual, siempre quería salir, siempre estaba afuera, ocupada, en sus propios negocios, pero nunca me alejó, como sí lo hizo con nuestro grupo de amigos.
"Es solo que sentía que no eran mis amigos ¿sabes? Sentía que yo era la única amiga ahí."
"Tú eres lo único rescatable." "Contigo nunca me sentiría así."
Sabia mentir con tanta naturalidad, pero se estaba apagando y no lo estaba notando. Supongo que solo era egoísta, y me preocupaba mucho por las nuevas apariencias que por lo que realmente me importaba.
Había logrado finalizar con aquel episodio oscuro en mi vida. Ya no asistía a terapia y vivir se sentir bien, se sentía correcto.
"me siento muy orgullosa de ti."
Y luego.
"No quiero morir."
Dijo un día mientras mirábamos el cielo, una de las tantas cosas en su lista que la hacían feliz.
"Entonces vive."
Contesté con una sonrisa ante una de sus tantas bromas.
"me gusta vivir."
Dijo mientras me sonreía. Nunca supe si para mí o para ella misma.
No sabia que ella en realidad no estaba bromeando.
Mientras yo salía de ese lodo pantanoso ella se hundía más y más, pero yo nunca lo pude notar, nunca lo vi venir, en realidad, nunca la pude ayudar.
Un día solo la deje de ver y no me preocupé, una semana se sentía normal, ella solía desaparecer y estaba bien, un mes pasó, y luego otro, no respondía, y descubrí lo poco que sabia de ella, nunca conocí a su familia, pero sabia sus aspiraciones, sabia que le gustaba vivir, que era feliz viendo el cielo, que le encantaba bromear y hacer feliz a las personas a su alrededor, no sabia que fingía ser feliz, que fingía estar bien, sabía que no quería morir, pero ella en un momento, en un pequeño maldito momento, lo olvidó, y se lanzó.