Utopía

Capítulo 22.- Las Puertas

-¡¡¡Beth!!!- gritaron Niel y Thom.

Apenas fue un pestañeo… y estuve en los brazos de ambos.

-¿¡Estás bien, Beth!?- preguntó Thomas preocupado.

-Lo lamento, Beth- dijo Niel soltando mis piernas con cuidado y cogiendo mi mano.

-¿¡Qué pasó!?- pregunté aterrada.

-Te subimos con Magia- respondió Thom rápidamente.

-¿Estás bien?- volvió a preguntar Niel.

Respiré hasta tranquilizarme, me puse de pie un poco tambaleante, los miré a ambos con rabia y subí hacia mi habitación.

-¡Beth, espera!- decía Thom subiendo detrás de mí corriendo.

-¡Déjame en paz!- grité haciendo que me miraran aún más estudiantes mientras seguía en media escalera -¡Eres un estúpido! ¡Niel me está enseñando a pelar y caí mal! ¡ESO ES TODO! Pero eres un estúpido…

-Yo… pensé que…

-¿¡Qué pensaste!? ¡Sólo querías ver que tan hombre eres comparándote con Niel!- estaba completamente enfadada.

Niel se rio desde el piso inferior.

-¡Cállate tú también, estúpido!- grité.

-Yo sólo me defendí- me respondió molesto.

-¡Podías haberlo alejado de ti, en vez de darte de golpes como un estúpido cavernícola!

Me di la vuelta y subí resoplando enfadada. Puse mi cabeza contra la puerta de mi habitación y respiré un par de veces antes de girar el picaporte. Sentí que tiraban de mi camiseta en el momento en el que empujaba la puerta. Iba a regresarme y gritar a quien fuera que me estuviera reteniendo… pero era Aidan.

-¿Estás bien, mami?- preguntó preocupado.

Respiré una vez más y entré a mi cuarto, sonriéndole y diciendo que pasara.

-Todo está bien- dije sentándome en la cama -. Lo único que mi vida es muy complicada.

-Pero me dijeron que te caíste por las escaleras- dijo sujetándose de mis rodillas.

-Fue por culpa de Thomas y Niel- dije sentándolo en mis piernas.

-Si ellos están juntos, te van a causar problemas- dijo con sus ojitos lechosos.

-¿Por qué?- pregunté sonriendo hacia él.

-Los dos te quieren mucho, si eliges a alguno, todo se va a dañar.

-¿El qué se va a dañar?

-Todo- dijo estirando sus brazos -. Incluso tú te vas a poner en peligro si eliges a alguno de ellos.

-Señorita Smith- la profesora Morgana apareció en mi cuarto, dándome un susto de muerte -, el Director requiere de su presencia.

-Ya voy- dije colocando a Aidan en la cama -. Pórtate bien y ve a dormir- dije despeinándolo.

Él sólo asintió y se fue corriendo hacia las escaleras, mientras yo aparecía en el despacho del señor Süllinger, viendo los múltiples cuadros que adornaban la columna central.

-Siéntese, señorita Smith- decía a mi espalda el Director.

Giré sobre mí misma y fui hacia el piso intermedio, desde donde veía que mi luz estaba encendida, aunque no se distinguía nada a través del opaco cristal. Me senté entre Niel y Thomas, que evitaban mirarse viendo hacia otro lado.

-Ahora que ya están todos- dijo sentándose, masajeando su sien -… ¿¡Por qué razón se pelearon en mi Academia!?- gritó muy enfadado golpeando su escritorio con fuerza.

Miré hacia ambos, que se removieron incómodos en sus sillas, pero no hicieron nada.

-¡Agh! ¡Son unos estúpidos mocosos! Estaba yendo a mi habitación, saludé a Thomas- lo nombré y regresó a verme -y él vio que tengo un morado en la espalda y que me pasó por pelear con Niel- levanté mi camiseta y me giré para que el Director lo viera, él se enfadó cambiando su cara de póker -. Luego se comportó como un estúpido y no me dejó explicarle que fue sin querer, me caí mal. De ahí empezó a pegarle a Niel y en vez de ser gente pensante, se agarraron a golpes y me ignoraron.

-¿Y qué sucede con lo que me contaron los profesores que cayó por las escaleras?- me preguntó cruzando los dedos en la mesa.

-Eso… se iban a lanzar- tampoco podía decirle que querían lanzarse rocas de la pared y hielo a la cabeza -… cosas, y corrí al centro. Tuve una memoria- dije mirándolo significativamente -, y mi Círculo Mágico colapsó o algo, lanzándome para atrás o algo, porque me caí sola… y luego me salvaron- añadí señalando a ambos.

-No te caíste sola, generaste gravedad inversa desde tu posición para evitar las rocas… pero también te afectaste a ti misma- dijo Niel muy serio.

Su mandíbula estaba comenzando a ponerse morada donde Thomas lo había golpeado, mientras que Thom tenía el pómulo morado y la nariz hinchada aún.

-Eso es ridículo- dijo el Director moviendo su mano como si nada, pero su expresión se notaba tensa, al menos para mí -¿Tienen algo que añadir?- preguntó mirando a ambos.

Thom se revolvía en la silla muy enfadado, era como si quisiera quejarse, pero sabía que era su culpa. Niel, en cambio, tenía los brazos cruzados y pensaba en algo, aunque también estaba enfadado.

-Está bien- dijo el Director poniéndose de pie y dándonos la espalda -… Obviamente, asumo que saben que van a ser castigados y lo aceptarán sin quejarse- ambos se removieron incómodos en sus asientos -. Un castigo físico, sería algo medieval… Echarlos de la Academia- todos nos tensamos -, sería excesivo ya que nadie resultó herido de gravedad, por suerte… ¿Cuál sería un correcto castigo?




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