Utopía

Capítulo 28.- El frío hielo que nos separa

Unos golpes en la puerta me hicieron entrar a mi habitación. Crucé la alfombra apreciando su suavidad al estar descalza, aunque empezaban a dolerme los pies del frío. Quité el seguro de la puerta y asomé la cabeza, escondiendo mi pijama rosa de unicornios.

-Hola, Beth- dijo Niel un poco nervioso.

-Hola, Niel- respondí confundida con mi cabeza aún inclinada entre la puerta y la pared.

-Lo siento, no pude conseguir el cinturón- se disculpó pasando su mano por la parte trasera de su cabeza.

-No te preocupes, ¿Aless te dijo que está en la enfermería?- pregunté confundida.

-No- alargó lo máximo posible la vocal -… Creo que no lo mencionó…

-¿Cuánto tiempo pasaste buscando?- pregunté suspirando mientras abría la puerta.

-Como 3 horas dentro de esa asquerosa cámara llena de polvo y telarañas- respondió mientras pasaba y se sentaba en mi alfombra agotado -… y el reloj sonaba horrible.

Enseguida, Moon fue a tumbarse cerca y empezó a ronronear cuando Niel acarició su cabeza.

-¿Cuál sería tu perfecta utopía?- preguntó viendo directamente a mis ojos apoyando su nuca en la alfombra aún tumbado mientras yo seguía de pie cerca de la puerta apreciando la incómoda familiaridad con la que todos estaban acostumbrándose a pasear por MI habitación.

-¿Mi mundo perfecto?- pregunté confundida, no lo había pensado realmente, ¿cuál era mi mundo perfecto?- Creo que… sería un mundo donde todos puedan ser felices…

-¿Y cómo serían felices?- giró sobre sí mismo y se sentó.

-Pues… No lo sé- respondía dejándome caer suavemente en la cama…

-¿No has pensado que existen personas que sienten envidia y si alguien es feliz, se enfurecen?

-Pero…

-Me estuve preguntando cómo sería una Perfecta Utopía para TODOS- me interrumpió como si nada -, pero no hallo la solución- añadió cuando yo no lo hice por varios segundos, completamente cómodo tumbado en mi alfombra acariciando el lomo de Moon.

¿Cómo sería una perfecta utopía para mí? Suponía que para que yo fuera feliz… no tendría que hacer nada obligada, nadie estaría en peligro, tendría una familia… pero era cierto lo que decía Niel. Ya había gente teniendo esa vida y no era feliz… Tal vez incluso necesitasen la muerte de alguien más para ser felices. En el mundo existían violadores, asesinos, secuestradores, gente que no le importaba dañar a otros por conseguir algo en su beneficio. ¿Cuántas mujeres, hombres y niños sufrían solos cuando nadie los veía mientras recordaban el dolor que otro les había producido?

-Es demasiado complicado- suspiré mientras me tumbaba en la alfombra junto a Niel.

-Hacer felices a TODO el mundo es imposible- regresó a verme.

-No creo que sea imposible si Angelique ya lo intentó antes- le sonreí esperanzada.

-¿No te has preguntado por qué la asesinaron si iba a hacer un mundo perfecto para todos?

Estiró su mano hacia la mía, dándome la opción de tomarla o no. Lo hice sin saber si era porque quería o por compromiso.

-La verdad, a parte de mi hermano loco, hay criaturas y diferentes grupos que quieren matarme y no sé por qué… Yo no haría nada que dañara a nadie- cerré los ojos y me encogí en dirección a Niel -. Ni siquiera quiero que salgan heridos todos ustedes por protegerme… Sólo quiero hacerme poderosa y protegerlos a todos. A Aidan, a ti, a Esme, a Aless…

-A Thomas- sonrió triste hacia el techo.

-Sí- respondí triste desviando también la mirada hacia arriba -. Tal vez, si no hubiese nacido, ninguno tendría que estar atado a este destino, y todos podrían vivir una vida tranquila.

-A mí me gusta tener aventuras- dijo mostrando sus perfectos dientes en una sonrisa divertida -… Aunque lo de perder el brazo fue un asco, no te miento.

Yo me sentí mal y un poco avergonzada, pero él me tocó la mejilla con su mano izquierda, la que Esme le había repuesto. Me sentí un poco incómoda, pero en ese momento, él agarró mi mejilla entre sus dedos índice y pulgar y la estiró.

-¡Auch!- me quejé sentándome en un solo impulso mientras apretaba mi cara.

-Tú no has hecho nada malo- dijo ya incorporado -. Déja de echarte toda la culpa encima. De todo lo que sé de ti, déjame decirte que eres demasiado buena y te estás preocupando más por el resto que por ti misma. Puede que esa cosa de la Puerta sea tu misión, pero no tienes por qué hacerlo sola. ¡Eso es lo que no entiendes!- levantó sus brazos al cielo dramáticamente, para luego venir con su eterna sonrisa relajada y sujetar mis hombros bajando su cabeza hasta mi altura -Cuentas conmigo, cuentas con Aless, cuentas con Esme, incluso cuentas con el pequeñajo de Aidan… No estás sola.

Se me vidriaron los ojos y tuve que mirar hacia otro lado para poder contener las lágrimas parpadeando muchas veces. Iba a retirar las manos de Niel de mis hombros, pero antes de que pudiera siquiera reaccionar, ya estaba contra su pecho.

-¿Qué…?

-Shhh- me interrumpió acariciando mi cabello en un fuerte abrazo -. Por un minuto, sólo por un minuto, permítete ser débil. Deja salir todo lo que te hace daño- no supe por qué, pero empecé a llorar desconsoladamente -. Deja salir todo, ya, ya… La vida es bella... Pero hay veces en las que nos golpea, nos lastima, nos deja en el suelo... Siempre tienes que levantarte y seguir, pero hay momentos en los que no tienes que estar completamente solo... No soy de mucha ayuda y no siempre me tienes confianza, pero tienes mi apoyo siempre que necesites- me abracé más fuerte y empecé a llorar peor -, sólo tienes que decirme para distraerte un rato yendo en moto o hablar tonterías.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.