Utopía

CAPÍTULO XVI

"La culpa la tiene sólo el tiempo, todos los hombres se tornan buenos pero; ¡tan despacio!"

- Robert Browning.

 

-¡Oh!... perdón, no quería interrumpir. - Dice apenada y desesperadamente Cairenn, mi vista se dirige rápidamente hacia ella. Salomé le sonríe alegremente y yo la observo detenidamente, un rastro de gracia pasa por mi rostro al notar sus nervios.

-Lo esperaba de cualquier otra persona, menos de tí. - Le digo con burla, ella me observa por unos segundos y cierra levemente sus ojos mientras me analiza profundamente, le guiño un ojo y ella suspira con alivio; su sonrisa ilumina su rostro al escuchar la risa de Salomé.

-No te preocupes, no has interrumpido nada. - Dice Salomé tratando de tranquilizar a Cai mientras palmea suavemente la silla que se encuentra a su lado, para que ella tome asiento. Cairenn alegremente se acerca y juntas terminan de organizar las nuevas cartas del restaurante.

Son las 8:35PM y estoy en el salón comercial esperando a Cairenn quien se encuentra aún en la cocina firmando su asistencia laboral, después de unos segundos escucho su alegre saludo.

-¡Hola a tí! - Dice mientras toma mi brazo y nos conduce hacia la avenida príncipal, en busca del bus que nos dejará cerce a nuestro destino. - Gracias por acompañarme Dav.

-De nada. - Digo después de asentir ante sus palabras.

Veinte minutos después nos encontramos frente a una casa no muy grande, pero que se ve muy acogedora.

-Cairenn, querida pasa. - Dice una alegre señora en el momento que abre la puerta y ve a mi amiga frente a ella; Cairenn asiente con su sonrisa y me hace seña para seguirla. La señora dirige su vista hacia mí y su sonrisa aumenta un poco más, correspondo amablemente el gesto y ella nos permite pasar a su cómodo hogar.

-Tía que bueno que la encuentro a esta hora, pensé que no estaría. - Dice Cairenn al estar frente a su tía ya dentro de la casa. - Mi mamá me pidió el favor de pasar por unas cosas que ha dejado aquí ayer. - La señora asiente y con su mano señala la sala, Cai asiente alegremente una vez más y toma mi mano para dirigirnos hacia el lugar que nos ha invitado pasar su tía.

-Tomen asiento, ya les traigo algo para tomar. - La señora desaparece de la sala y mi vista se dirige hacia mi amiga, quien me observa detenidamente.

-¿Qué pasa?

-Sólo pienso... No es nada. - No muy convencido asiento, la escucho soltar un suspiro y roba toda mi atención.

-Puedes decirme cual es tu inquietud. - Digo observándola detenidamente. - También puedes contar conmigo para lo que sea. - Ella juega con sus pensamientos sin apartar su vista de sus manos, las cuales también reflejan el comprotammiento de sus pensamientos. Me acerco un poco más a ella y paso uno de mis brazos por sus hombros acercándola aún más a mi costado. - Cuando quieras hablar, estré dispuesto a escuchar. ¿Está bien? - Ella dirige su vista directamente a la mía y puedo verlo; temor y duda. Lo cual me preocupa y, mucho; es la primera vez que veo a Cairenn en éste estado. Lo único que hago es abrazarla y transmitir por medio de éste gesto mi apoyo incondicional.

-Aquí están las cosas de tu madre. - La tía de Cairenn llega con tres bolsas, al verla incómoda me apresuro a ella para ayudarle con las bolsas. - Muchas gracias.

-De nada. - Cairenn se acerca a su tía y le da un abrazo de despedida.

- Muchas gracias Tía, te veo pronto. - Dice mientras se separa levemente de ella. - El jugo estaba delicioso. - La señora abraza de nuevo su sobrina alegremente y le da un sonoro beso en la mejilla, robándole uns risa a mi amiga. Yo me acerco a la señora y le extiendo mi mano para despedirme, ella la aprieta levemente y me regala una amable sonrisa.

-Muchas gracias, que esté muy bien.

-Gracias, igualmente jóven. - Asiento con una leve sonrisa, tomo las bolsas y me dirijo hacia la salida del hogar.

-Descansa Tía, en cuanto llegue a la casa te llamo. - La señora asiente alegremente y estira su brazo en señal de despedida, mientras tomamos rumbo a la parada de buses. Cairenn se acerca a mí y toma una de las bolsas que llevo para yudarme.

En el camino pienso en Cairenn, ella no sabe que pude ver algo de sus sentimientos cuando hablamos en la sala del hogar de su tia. Su silencio me preocupa y sus interrogantes sin vida asustan un poco más; se está ahogando en la duda por inseguridad y no está segura en tomar la mano que le extiendo, lo cual me preocupa mucho más, así no podré ayudarla a enfrentar ese temor que la consume. Ni siquiera sé a qué le teme, entonces, ¿cómo podré ayudarle a enfrentar tal cosa?

-Ultimamente has estado muy aislado de todos en el restaurante. - Dice suavemente Cai, suelto un suspro pensando en sus palabras; ésta mañana cuando me saludó en el restaurante me dijo lo mismo. No puedo negárselo, no puedo negármelo a mí mismo, pero sobre todo, no quiero que ella o alguien más conozca mi perturbación actual; esto se me está dificultando cada vez más y, realmente quiero hacerlo solo, no quiero que otras personas salgan perjudicadas; aúnque, anteriormente no sabía de su existencia, ni que yo tenía que ver con el tormento que ha vivido cierta persona; prefiero recorrer éste estruendoso camino solo.




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