Capitulo Uno

30 de enero año 2099 (Ucroford)

Dalia

Me despierto por la ruidosa alarma que resuena por todo el reino, si por todo el reino, para explicar esto tienen que saber un poco de lo que ha pasado en los últimos años.

Pues ahora les daré una pequeña clase de historia muy esencial para que entiendan todo lo que está pasando, en el 2040 inicio una gran guerra la cual termino en 2047 durando exactamente 7 años.

Esta guerra fue devastadora para el mundo, acabo con animales, plantas al punto de que la humanidad casi llega a su extinción, cuando la guerra termino, las consecuencias fueron más devastadoras llegaron fenómenos naturales uno tras otro.

Y en esos momentos el mundo se dividió en 7 reinos Ucroford, Tinhill, Osward, Penvidad, Inverded, Celverlind y Onderbeld, pero aun los problemas no se acababan porque, las plantas y animales que quedaron empezaron a mutar, pero lograron luchar contra eso.

Después de tanto sufrimiento, los líderes de cada reino impusieron reglas altamente estrictas, para evitar una guerra como esta, las reglas llegaron a un punto en que todo se volvió monótono, a pesar de que el cielo era azul todo parecía sin color y ahí fue cuando el líder de Onderbeld se negó a colocar estas reglas en su Reino volviéndose este un reino rebelde, y hoy en día todo sigue siendo igual con la diferencia de que al pasar de los años las reglas se volvieron más estrictas.

Al ponerme de pie hago mis estiramientos de 10 minutos, luego entro al baño hacer todas mis necesidades, salgo en vuelta en una toalla blanca y entro en un tubo metálico blanco el cual se encuentra en la esquina izquierda de la pared que queda en frente de mi cama, ese el armario donde se me coloca la ropa del día.

Salgo con la ropa puesta, la cual consiste en un vestido blanco con rayas negras que me llega por encima de las rodillas con escote de cuello alto la falda del vestido se ajusta a mi cintura y es suelto en capas, unos tacones negros bajitos y mi cabello negro atado en una coleta alta sin ninguna imperfección.

Para salir de mi cuarto dejo que un escáner escanee mi código que tengo tatuado en mi brazo derecho con las iniciales del reino donde vivo UC, después que el escáner termina de escanear el código la puerta metálica blanca se abre, dejando ver el pequeño pasillo que lleva a las escaleras que aparecen automáticamente cuando voy a bajar hacia la cocina.

Preparo mi desayuno el cual consiste en huevos revueltos, tocino, panqueques, un vaso de jugo de naranja y un vaso de agua, al terminar de comer mi desayuno, me acerco a la orilla de la cocina donde aparecen unas escaleras hacia el piso final la sala.

Cuando voy a salir dejo que el escáner de la puerta escanee mi código, cuando finaliza las puertas metálicas blancas se abren dejándome salir, me coloco derecha con las manos en mi espalda al frente de mi casa y veo como muchas personas van saliendo y hacen lo mismo.

Y las alarmas vuelven a sonar y los soldados los cuales van vestidos de azul pasan en fila revisando que todos estemos vestidos como es debido según el reglamento, además de que todos tenemos que estar puntual para la revisión, cuando los soldados se van las alarmas vuelven a sonar y todos salimos y nos dirigimos a nuestros respectivos trabajos, mientras los niños van a la escuela.

-Hola Dalia - saluda una señora mayor de edad llena de canas y arugas en la cara.

- Hola señora Fischer – digo saludado a la señora con una sonrisa, esa señora conoce a todos en el reino, recuerdo que yo, mi hermana Dea y los otros niños del pueblo siempre visitábamos su casa y ella nos contaba historias de cómo fue la guerra.

Si alguien sabe algo de la guerra es porque esa señora nos contaba sobre ella, no sé porque nunca los militares se la llevaron porque está prohibido hablar de esos tiempos, pero ella nunca fue alguien que le gustase las reglas se considera una rebelde hecha y derecha.

A pesar de que a mí las reglas no me agradan no me considero rebelde solo una persona con ideas un poco utópicas, mas nunca me he rebelado.

Aunque sin embargo mis padres fueron rebeldes, pero los militares se los llevaron como si nada, yo y mi hermana estábamos ahí y ni siquiera les importo dejar a dos niñas huérfanas.

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Al llegar a mi trabajo, me dirijo hacia mi cubículo en el cual realizo papeleo, me siento y presiono un botón en la mesa, y aparece una pantalla donde empiezo a revisar lo que me falta por hacer, envió unos correos, reviso estadísticas de ventas y termino de escribir un correo para mandarlo a mi superior, todo esto se hace por la pantalla holográfica táctil.

-Hola, ya te llego la información de que mañana un día antes de la cacería presentaran a al nuevo líder – dice mi mejor amiga Amy con una sonrisa.

Amy es mi mejor amiga desde que tengo memoria la conocí por mis padres, los padres de Amy también fueron rebeldes por lo que pasamos mucho tiempo juntas.

Amy es una chica no muy alta para tener 21 años, su piel es de un tono broceado suave, su cabello es castaño ondulado y largo, sus labios son voluptuosos y sus ojos son de un color aceituna y su nariz es fina.

-Créeme que lo sé – le respondo

-¿Que regla crees que pondrán? – dice Amy con cierta duda

- Bueno alguna estupidez- digo en voz baja

- recuerda que hoy tenemos que pagar los impuestos- dice Amy aunque soy yo la que siempre se lo recuerda, nos quedamos un rato más hablando de cosas triviales y cuando ella se va continuo arreglando unos detalles de un informe que tengo que enviarle al superior.

Cuando son aproximadamente las 5 P.M las alarmas suenan y todos salimos de nuestros puestos para dirigirnos a las largas filas escoltadas por soldados para ir al área del ministerio a pagar los impuestos.