Abro lentamente los ojos, la arena sobrepasa mi rostro haciendo que algunos granos entren directamente a mi nariz, llevo ya veinticuatro horas aquí, durante el día de ayer solo comí y me las pase aquí en este habitáculo cerrado sin poder hacer nada.
Hoy tengo reunión en el templo, veré a ver qué quieren “A” y compañía.
Entro a la sala, están ya todos sentados, es una sala circular y todos están sentados en el semicírculo, por suerte no somos muchos y no me voy a agobiar.
—Como ya sabéis llevamos dos meses y una semana aquí, algunos como yo ese tiempo, otros algo menos. Cómo ya sabéis tenemos que mantener la cabeza activa, a partir de ahora se pondrán una serie de tareas. Una de ellas será vigilar, no sabemos lo que hay al otro lado de ese desierto o si hay otros pueblos como este. En cualquier momento podríamos recibir un ataque o lo que es peor, que alguno de nosotros perdamos la cabeza. Para ello se pondrá guardias de cuatro horas cada uno. La siguiente tarea será ir a por la comida, cada día irá uno distinto junto a “B”. Y por último tendremos tareas de investigación, tenemos gasolina de sobra para parar un tren. Ya es hora de utilizarla.
Me encuentro al lado de “B” y una duda invade mi cuerpo.
—¿Por qué no habéis hecho esto antes? —le pregunto a “B” y este se da la vuelta.
—Porque “A” ha sido durante este tiempo bastante precavido. Pero lleva una semana pensando en todo esto, es necesario. No sabemos nada de nada.
Mientras “A” sigue hablando.
—Y después de todo esto nos vamos a presentar a “J” cómo hacemos todas las semanas. Algunos ya lo conocéis, otros incluso nos hemos presentado pero todavía queda gente que no. Todo esto no es fácil para ninguno, pero os recuerdo que todos tenéis que poner de vuestra parte para que esto salga adelante. Sin más dilación os dejo con vuestra presentación —dice a la vez que se sienta en uno de los sitios que queda libre. De fondo se escucha algo de murmullo, parece que hay gente que no está de acuerdo con todo esto.
—Yo me llamo “D” —una mujer rubia con el pelo corto se levanta y alza la voz. Es una voz bastante potente y tiene bastante fuerza. Es seria, concisa y a la vez una mirada triste y perdida. Parece que no lo ha pasado fácil.
Acto seguido se sienta de nuevo, parece que no quiere hablar mucho.
Otra persona que está justo a su lado se levanta también. Es otra mujer pero esta vez lleva pelo totalmente negro, liso y tiene un corte estilo cleoplata.
—Yo soy “E” —dice sin casi elevar la voz. Me cuesta escucharla y eso que estoy enfrente suya.
Tan solo me quedan dos personas por conocer. He conocido a “A” que es el líder. He conocido a “B” que es el que le come el culo. Al viejo que estaba en medio de la nada y que me avisó de que tenía que tener cuidado. Al novato antes de mi y al alto que estaba a su lado. Y por último las dos chicas que se acaban de presentar.
Es una chica y un chico, parece una pareja porque se les ve muy juntos y van cogidos de la mano.
—Somos F y H —dice la chica tomando la palabra.
Es una pareja un tanto peculiar. Ella lleva el pelo rojo y largo. Lleva más maquillada que una puerta. Pensaba que no se podia entrar con nada, no sé cómo coño habrá conseguido meter maquillaje. Él lleva flequillo rubio y tatuajes por todo el cuerpo. Tienen que tener la misma edad, no rondará los treinta pero les tiene que quedar poco.
—Muchas gracias a todos por presentaros —añado mientras me levanto.
Quiero salir de aquí, me estoy empezando a agobiar.
—Novato, esta noche te toca la primera guardia —me dice “A” mientras este sale y se sube al Jeep.
¿A dónde irán estos ahora?
Me pregunto mientras observo que “B” también se sube al coche.
—Es mejor que no preguntes —me dice el hombre mayor mientras sale por la puerta.
—¿A dónde van? —le pregunto directamente a él.
—Van a por material, no te preocupes, enseguida estarán aquí —me responde mientras se va poco a poco y desaparece de mi campo de visión provocando que me quede allí en medio.
Me voy directamente a mi casa, quiero descansar antes de la guardia de esta noche. Echo de menos a mi familia, a mis hijas y a mi mujer.
Ojalá pudiese hablar con ellas.
Llego y abro la puerta, cuando me siento en el sofá comienzo a escuchar mucho escándalo fuera. Salgo rápidamente.
Fuera esta la pareja con la chica de pelo moreno.
Las dos chicas están enfrentadas entre sí
—La culpa es tuya que desde que llegó has intentado ligártelo —le contesta la pareja a la chica a grito pelado.
—¿Vamos a ver que ocurre aquí? —les digo a los tres mientras hago acto de presencia.
—Esta guarra que está intentando ligar con mi novia —dice la pareja señalando directamente a la morena.
—Eso es mentira, son cosas tuyas —le devuelve la palabra.
Enseguida sale el hombre mayor.
—Cada uno a su casa que está apunto de llegar “A” —dice este enfadado.