Han pasado dos horas desde que estos criminales sin precedentes nos han encerrado entre estas cuatro paredes. La temperatura cada vez es más baja y no solo por la sensación del ambiente y de que en la pared comience a salir escarcha, sino por un termostato que hay en una de las paredes marcando la temperatura, ya estamos a menos dos grados, a esta temperatura cualquier vaso de agua se congelaría, no tardará mucho hasta que nuestros cuerpos hagan la misma reacción como si fuéramos cubitos de hielo.
Mis dientes ya comienzan a chocarse entre si, George no se está quieto y está moviéndose de un lado a otro.
—¿Qué haces? —le pregunto tiritando.
—Moviendome y tu deberias de hacer lo mismo —me replica mientras se sacude los brazos para entrar en calor.
Me levanto, ya estoy cansado de todo esto.
—¡Ayuda! —grito con la esperanza de que alguien nos escuche.
Pero la esperanza se esfuma en el momento en el que me doy cuenta de que no me escucha nadie.
—¡Mierda! —blasfemo chirriando los dientes.
Increíble que este sea nuestro final, nunca volveré a ver a mis hijas y a mi mujer.
La piel comienza a ponerse fría y tengo pequeños cosquilleos por todo el cuerpo. Van en aumento, es mi final, nadie me va a salvar y si son Andrew o Brayan prefiero que no me salven.
Estoy comenzando a perder rigidez a la vez que trato de moverme más rápido para coger algo más de temperatura. George se le está empezando a poner la nariz y los dedos rojos.
—Hay alguien ahí delante —añade George mientras señala la pared.
Lo que me falta, George está comenzando a desvariar.
El termostato sigue disminuyendo, ahora muestra la escalofriante cifra de menos diez grados. Ya no puedo mover los dedos. Aunque los escondan, estos ya se han quedado inmóviles.
Cuando me doy la vuelta observo que George ha caído, esta en el suelo tirado y no se mueve. Trato de llegar a él tanto como el cuerpo me permite.
No tiene pulso, el siguiente voy a ser yo…
Los párpados comienzan a decaer, ya no puedo ver la habitación y he perdido el control de mi cuerpo, cuando lo recupero estoy en el suelo tirado, apoyado sobre el que aún es más frío suelo.
Abro una pequeña parte del ojo, observo como la puerta se abre de inmediato, nadie entra dentro, el frío que se ha conservado dentro de la habitación comienza a salirse.
Vuelvo a recobrar el sentido de todos mis músculos, estoy encima de mi cama, esto ha tenido que ser un mal sueño, pero quiero ir corriendo a ver a George, solo si hablo con él sabré si esto ha sido una pesadilla o ha sido real…