Capítulo 26

Ha pasado una semana, cada día la comida es menor y todavía no nos han dado una explicación. Hasta el día de hoy, todo el mundo se ha echado encima de Andrew hasta el punto que ha organizado una asamblea para explicar todo.

Todos nos sentamos a la espera de una buena razón o una buena mentira, lo que sea más creíble y lo que más sentido tenga.

Entra Andrew por la puerta, no tiene cara de muchos amigos, tiene más cara de llevar una semana entera sin dormir.

—Bueno, no voy a andar con rodeos, desde hace unos días desde que llego Zoe concretamente. El número de comida ha disminuido considerablemente. Cada día llega menos comida, si esto sigue así de aquí a unos días nos quedaremos sin existencia. Hemos ido dosificando para que la comida aguante un poco más pero no va a ser por mucho tiempo —reconoce abiertamente mientras todo el mundo se mira entre sí y nos quedamos petrificados. Es la peor noticia que podríamos tener.

—¿Y que vamos hacer? —pregunta Hector mirando fijamente a los ojos de su pareja, seguro que está pensando en ella, o quizás se esté acordando en su mujer y en sus hijos y en que quizás donde ellos estén estaría mucho mejor.

—Tranquilos porque mientras yo esté al mando no os va a faltar de nada —reconoce sin llegar a creerse sus propias palabras.

—¿Y quién nos asegura eso? ¿y si nos dejan de enviar comida? —añade Xavi, una de las últimas personas que ha llegado, tiene los ojos inyectados en sangre y el puño cerrado apretandolo.

—Yo lo aseguro, venga que esto va a ser temporal, ya veréis —el murmullo crece considerablemente, yo le miro fijamente.

Esto se le está empezando a ir de las manos.

La gente comienza a salir por la puerta sin llegar a escuchar ni una palabra.

—¡Increible! —dice Hector mientras coge mi paso.

—¿Te has creído lo que ha dicho? —le pregunto para saber profundamente su opinión.

—Ni una palabra, creo que tenemos que tomar el mando y saber lo que está ocurriendo.

—Creo que es mejor que con estos tíos al mando no hagamos ninguna tontería —le reconozco sin llegar a concretar porque, prefiero que él no sepa nada más.

—¿Te has vuelto loco? ¿y esperar a que? ¿a que nos quedemos sin comida y muramos todos de hambre? —habla como si tuviese alguna locura en mente, pero sea lo que sea se que no va a actuar en beneficio de nadie.

—Solo te digo que si yo fuera tú tendría paciencia y esperaría a ver que es lo que sucede…

Las horas pasan, el sol comienza a decaer y la hora de la cena llega, como Andrew a prometido la cena es menor pero hay gente que tiene platos de la comida de esta mañana, así que en parte lo que ha dicho se ha cumplido, lo está dosificando pero no sé durante cuanto tiempo mas va a ser esto.

Me llama la atención que Hector y Fanny no han venido a cenar, sus sitios están vacíos, junto a los de tres personas más, sus platos están sobre la mesa con lo que todavía no han venido a cenar.

—¿Te pasa algo? —George que lleva todo el día muy callado habla por primera vez.

—¿No te has dado cuenta que falta gente por venir? —le pregunto para saber si sabe algo.

—Si, pero se habrán quedado en sus casas o vete tú a saber por qué…

No le da mucha importancia pero me huele a quemado todo esto.

Nada más terminar de cenar me voy a mi casa, pero antes decido pasar por la de Hector pero está todo apagado, me doy una vuelta rápida por las pequeñas e inventadas calles de Utopía pero no aparece ni rastro de las cinco personas.

Finalmente y con el cansancio haciendo estragos me voy a mi casa a descansar.

Mañana será un día nuevo…

Abro los ojos como puedo, los rayos de luz ya entran por la ventana, voy rápidamente al baño para quitarme las legañas.

Salgo para fuera, el coche regresa pero sin ningún tipo de comida, me acerco a ellos rápidamente.

—¿Se puede saber lo que está ocurriendo? —le pregunto a Andrew que no trae cara de buenos amigos.