Utopía[completa]

Capítulo 31

Le llevo la comida hasta la casa de George, está sentado sobre la cama pensativo.

—Ojalá pudiese volver a hablar con mi familia de nuevo —súplica mientras tiene la mirada perdida.

—Lo que necesitas es comer algo, ya veras como te va a ir bien.

—Jacob la comida no me va a ayudar nada.

—¿Pero de que estás hablando? ¿es eso cierto de que estás enfermo? —le pregunto para confirmar las palabras de Abraham.

—Jacob es mejor que me dejes porfavor, no tengo el ánimo para estar con nadie —dice echándome hacia fuera, empujándome, sin hacer demasiada fuerza pero sí la suficiente para conseguir moverme en contra de mi propia voluntad.

Me cierra la puerta y me quedo mirando a su puerta, la impotencia invade mi cuerpo y es tan grande que golpeo fuertemente su puerta, llegando incluso a abollarse.

Miro mis nudillos, me escuecen muchísimos y estos están llenos de sangre.

—¡Ah! —digo gritando de dolor, ahora mismo el dolor nubla cualquier otra perfección de la realidad.

—¿El golpe que acabo de escuchar has sido tú? —me pregunta Hector que acaba de venir corriendo.

—No es nada —le responde escondiendo la mano para que no llegue a verla.

—Mierda Jacob estas sangrando —dice a la vez que me coge el puño y se pone a verlo.

—No es nada, ya está… —le quito la mano de malas maneras.

—Deberías ir a curarlo —me dice a lo lejos.

—Si claro, ahora voy al medico no te jode…

—Tenemos una enfermera, y un médico —me responde como si tuviera que saberlo, cada semana ha ido llegando una persona y no he tenido el gusto de coincidir con la mayoría de las personas, no es así él que parece conocer a la mayor parte.

—William es médico y Sheila la enfermera —dice a lo lejos, trato de hacerme el sordo pero mis oídos han cogido toda la información.

Llego a mi casa pero el dolor es demasiado fuerte, vuelvo a ver los nudillos y están completamente rojos, apenas queda piel en las zonas más centrales.

Me voy a echar agua pero no consigo disminuir la sangre, voy a tener que ir a curarlos. Me da rabia porque al final tengo que hacer lo que Hector me ha dicho y eso es al final darle la razón.

Ni tan siquiera se porque he dado ese puñetazo, seguro que es por toda la tensión acumulada y no conseguir de esta maldita pesadilla. Resoplo una y mil veces hasta que al final decido prender camino a la casa de Sheila, no tengo ni idea de cuál es su casa con todas las que hay.

Miro a mi alrededor y comienzo a descartar casas, para mi suerte Fanny está fuera dando una vuelta.

—Oye Fanny ¿sabes donde se encuentra la casa de Sheila?.

—Si, allí la tienes —dice señalándome la más alejada a nuestra posición, voy a tener que pasear por todo el pueblo con mi puño lleno de sangre…



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En el texto hay: utopia, pruebas, ciudad abandonada

Editado: 10.12.2022

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