Me toco cada parte del cuerpo pero la bala no me ha golpeado a mi, en ese momento me temo lo peor, me doy completamente la vuelta pero nadie está herido y todo el mundo está mirando hacia Abraham.
Lentamente me doy la vuelta y observo que de la parte del estómago hay una mancha de sangre que cada vez se va haciendo más grande. Tiene la mirada perdida y la boca abierta y no tarda en caerse y ponerse de rodillas, Brayan está detrás suya apuntando.
¿Cómo ha sido capaz de disparar a la única persona que tenía aquí dentro?
—¡Correr! —dice gritando y sin dar tiempo a pensar…
Todos comienzan a huir por el agujero, Hector y yo nos miramos, lo hemos conseguido.
¡SOMOS LIBRES!
Salimos y corremos juntos hacia la luz. De nuevo otro disparo se escucha, creo que Brayan también ha decidido no afrontar la realidad. Quizás la presión y la culpa de haber acabado con su amigo han podido con sus ganas de vivir. Pero pese a eso nosotros no paramos, continuamos rector y nos detenemos en medio de una fuerte luz, está todo lleno de focos como si nos estuvieran esperando.