Luego del último baile, fui a la playa con otras amistades, pero me sentí tan solo como cuando me habían dejado, porque no estaba ella, que era quien me importaba o quien yo quería que estuviese allí y no importaba cuanta gente hubiese alrededor, ni cuantas personas que me querían estuviesen conmigo en la playa, solo era ella la que yo quería. Como un niño que quiere un globo al final de la fiesta, pero para mí mala suerte me quedé sin globo en esa fiesta, otro se quedó con mi globo, el globo que pensaba que era para mí, ella misma se lo dio a otro. Me enamoré de quien no debía, de una mujer ajena, para empezar por allí, como bien lo dice la palabra de Dios, no desearás a la mujer de tu prójimo, ni envidiarás los bienes ajenos, por algo lo dirían. Era por eso que cada vez que había una reunión ella estaba más pendiente de su celular, que de lo que pasaba a su alrededor.
La vida en general son unas vacaciones, cada día hasta en nuestro trabajo nos podemos distraer, conocer gente nueva, divertirnos incluso, ese semestre que pasé en la universidad, significó para mi unas vacaciones, luego de eso me retiré, para buscar una mejor realidad para mí, si ciertamente no fueron una vacaciones tan divertidas como otras, aprendí a ver las cosas desde otro punto de vista, ahora veo que ilusionarse tan rápido no es una buena decisión. Tal vez es mejor conocer más a las personas antes de hacerse una película en nuestra mente, y aunque también es menos romántico, si es más realista… Creo que en la realidad se puede ser feliz también, será cuestión de hacer los cambios necesarios, para que la realidad que vivamos sea la que queremos y valoremos.
Bienvenidos a las vacaciones de sus vidas.