Vaelyra Reina de Sombras

Capítulo 1: Bajo la Luz de la Estrella Eterna

Elun’dor resplandecía como una joya tallada por los dioses. Sus torres blancas se alzaban entre bosques encantados, sus ríos cantaban con voz de cristal, y el cielo era un velo de azul inmortal. El reino no conocía la guerra desde hacía décadas, no gracias a tratados ni espadas, sino a la voluntad de una sola elfa: Vaelyra Enareth, hija de la Estrella Eterna.

Ella caminaba entre la gente como si el sol mismo le hablara. Su silueta plateada flotaba sobre los campos curados, y allí donde sus manos tocaban, las flores brotaban con vida renovada. Era la Guardiana del Reino, elegida por los dioses antiguos, bendecida con el don de los elementos y la luz. La tierra respondía a su voz; el viento la rodeaba como un susurro protector.

Los niños corrían a su encuentro, las ancianas le ofrecían guirnaldas, los soldados se inclinaban. Vaelyra no vestía corona, pero todos sabían quién protegía el corazón de Elun’dor.

A su lado, como desde los días en que apenas eran jóvenes, cabalgaba el Rey Elandor Vel’Tharion, heredero dorado de la casa real. Juntos habían sellado pactos con dragones de piedra, conjurado tormentas contra invasores del este y sellado grietas mágicas abiertas en la Guerra de los Cien Inviernos.

Y juntos, habían soñado con un trono compartido.

—Un día, gobernarás conmigo —le dijo Elandor años atrás, bajo un roble antiguo, cuando las estrellas parecían escucharlos.

—¿Lo juras por tu sangre? —preguntó ella, con la inocencia de quien aún creía que las promesas valían más que el poder.

—Lo juro por mi alma —respondió él.

Ahora, mientras caminaban por los jardines del Palacio de Mirvalen, ese juramento temblaba como una hoja en otoño. Elandor estaba distante. Sus palabras eran correctas, pero frías. Sus ojos, que antes buscaban los de Vaelyra en cada consejo, ahora se perdían más allá de los vitrales.

La noticia llegó como un filo sin aviso: el Rey se casaría.

No con ella.

Sino con Lady Seraphina Valen’drel, descendiente de una de las casas más antiguas y poderosas del reino. El consejo lo había aclamado como un acto de sabiduría política. Las alianzas se reforzaban. La nobleza aplaudía.

Y Vaelyra... guardaba silencio.

Se retiró esa noche a la cima de la Torre de los Elementos, donde el viento era más fuerte y la luna más cruel. Las lágrimas caían sobre la piedra sin sonido alguno. Su magia temblaba bajo su piel como si el mundo supiera lo que acababa de perder.

No era solo un amor.

Era un futuro.

Era un reino construido entre dos corazones que ahora se deshacía por el brillo hueco de una corona.



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En el texto hay: traicion, elfos oscuros, romance elfos

Editado: 23.05.2025

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