Vaelyra Reina de Sombras

Capítulo 2: La Reina de Nadie

Los días siguientes se convirtieron en una coreografía de ausencias. Vaelyra seguía caminando por el palacio, pero sus pasos ya no resonaban con la misma luz. Los guardias bajaban la mirada. Los nobles susurraban. Y el Rey... el Rey evitaba sus ojos.

Lady Seraphina había llegado al palacio con su séquito de seda y arrogancia. Cada joya en su cuerpo parecía un recordatorio del poder que representaba. Desde el primer encuentro, su mirada hacia Vaelyra fue una cuchilla envuelta en miel.

—No sabía que las guardianas tenían tanta... libertad para opinar —dijo Seraphina en una cena de la corte, tras un simple comentario de Vaelyra sobre los preparativos de la boda.

—Y yo no sabía que las reinas necesitaran tanto maquillaje para mantener la atención del Rey —respondió Vaelyra, sin levantar la voz, pero con una sonrisa que heló el salón.

Hubo risas ahogadas. Silencios tensos.

Elandor no dijo nada.

Ni entonces, ni después.

La humillación no fue un acto aislado. Siguieron pequeños gestos, desplantes públicos, decisiones tomadas sin consultarla. Los Consejos de Guerra, en los que ella había sido voz principal durante años, ahora se realizaban sin su presencia.

Un día, una orden llegó directamente del Rey: Vaelyra ya no era necesaria en la Guardia de la Frontera. Su papel sería “simbólico”, un gesto de honor hacia el pasado.

Fue entonces cuando algo en ella se rompió.

Su magia, antes cálida y armónica, comenzó a fluctuar. Las llamas respondían con furia. El viento susurraba cosas oscuras. En su jardín privado, las flores murieron una por una.

La Estrella Eterna, que siempre brillaba sobre su torre, parpadeó por primera vez en siglos.

Y Vaelyra, la protectora, comprendió que Elun’dor ya no era su hogar.

Se retiró a los límites del reino, más allá de los bosques profundos, donde los mapas dejaban de tener nombre. Nadie la detuvo. Nadie la despidió. Su partida fue tan silenciosa como su caída.

En el corazón del exilio, cuando la luna se tornaba roja y los árboles hablaban con lenguas antiguas, una sombra la observaba.

Un nombre olvidado. Un exiliado. Un traidor, decían.

Vaerion Thalor.

Pero Vaelyra no sintió miedo.

Solo una extraña, y peligrosa, familiaridad.



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En el texto hay: traicion, elfos oscuros, romance elfos

Editado: 23.05.2025

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