Capítulo 6: Hijas de la Tormenta

Días después, la tierra misma comenzó a cambiar. El bosque que rodeaba la Boca de Nhör reverdeció, pero no con vida común. Las flores tenían veneno en los pétalos. Las raíces se movían como serpientes. Las criaturas del bosque, antes salvajes, ahora se postraban ante Vaelyra, reconociendo algo que nunca antes habían visto: sangre real nacida del abismo.

Vaerion observaba en silencio. Él, que había sido monstruo y general, comenzaba a entender que su papel ya no era guiarla, sino seguirla.

Y no era el único.

Una noche, llegaron tres figuras al claro donde Vaelyra entrenaba con fuego negro y cuchillas de sombra. No venían por orden de ningún rey. No pertenecían a ningún ejército.

Eran como ella. Mujeres olvidadas. Despojadas. Traicionadas.

—Somos las que quedaron atrás —dijo la mayor, una bruja de ojos plateados y piel tallada por los años—. Las que fueron llamadas impuras, peligrosas, indignas. Tú eres la señal que esperábamos.

Vaelyra las observó con una calma férrea.

—¿Queréis seguirme? ¿O advertirme?

—Ambas —respondió una de ellas, más joven, con tatuajes que se movían bajo su piel como tinta viva—. Si tomas el trono que la luz abandonó, no serás una reina. Serás una tormenta.

Vaelyra sonrió, aunque sus ojos no mostraron emoción.

—Entonces que el mundo prepare sus murallas. Porque ya he empezado a llover.

Y así, las Hijas de la Tormenta nacieron. Un círculo de poderosas brujas, elfas caídas, y hechiceras renegadas. No como súbditas. No como servidoras.

Como aliadas.

Cada una trajo saberes prohibidos. Armas malditas. Pactos rotos con la vida y la muerte. Juntas, comenzaron a levantar un nuevo reino, no con piedra y oro, sino con raíces encantadas, torres vivientes y fuegos azules que ardían sin consumirse.

Un reino sin nombre aún, pero que ya empezaba a sembrar miedo entre las fronteras de los Siete Reinos.

Los vientos soplaban distinto.

El mundo comenzaba a recordar el nombre de Vaelyra.

Y en Elun’dor, los oráculos empezaban a soñar con sangre negra cayendo sobre el trono dorado.