Capítulo 10: El Cónclave Roto

Elandor no durmió esa noche.
La derrota en los Campos del Velo era más que una pérdida militar: era simbólica. Aquellos campos estaban consagrados al recuerdo de los caídos… y ahora, eran dominio de los que regresaban del olvido.

El Consejo de Elun’dor se reunió de urgencia.
El Archimago Rhaos exigía usar la Llama Primigenia, una reliquia prohibida.
La Matriarca Lethira quería negociar una tregua.
El Alto Comandante deseaba una retirada táctica.
Elandor solo escuchaba. Pero su mente estaba en otra parte. En una carta que había guardado por años.

Una carta con el nombre "Vaelyra" en tinta azul.
La última que ella le escribió antes de ser enviada al exilio.
Él no la leyó. No tuvo el valor.

Ahora, la sostenía en sus manos. Y comprendía la magnitud del error.

—Ella no quiere venganza —dijo finalmente—. Ella quiere deshacer la historia.

—¿Y qué propones, mi príncipe? —preguntó Lethira.

—No tenemos un ejército que pueda enfrentarla en su terreno. Pero sí un secreto que ella no conoce.

Los consejeros lo miraron, tensos.

—Aún vive la hermana menor de Vaelyra, escondida por orden del rey tras la purga. Su existencia fue borrada de los registros. Si Vaelyra descubre esto…

El silencio cayó como una losa.
Lethira se levantó de golpe.

—¡¿Y piensas usar a esa niña como escudo?! ¡Eres peor que tu padre!

—No. Voy a encontrarla antes que ella lo haga —dijo Elandor, con los ojos en la carta que nunca abrió—. Y esta vez, voy a enfrentar las consecuencias.

Mientras tanto, en el bosque negro de su nuevo reino, Vaelyra meditaba junto a Vaerion. Las ramas susurraban en lenguas antiguas.

—¿Lo sientes? —dijo él—. La ciudad empieza a quebrarse desde dentro.

—Lo harán antes de tiempo —respondió Vaelyra—. Romperán sus alianzas. Sacrificarán a los suyos. Matarán el presente para salvar un pasado que ya no existe.

Se levantó. El mapa ardía en una esquina.

—Entonces, iremos por los que ocultan los secretos. Antes que ellos me los usen como arma.

La próxima marcha tenía nombre: La Torre de las Voces, donde se guardaban los recuerdos prohibidos del reino.

El lugar donde su historia había sido borrada.

Y donde, sin saberlo, la sangre de su familia seguía respirando.