Vaelyra Reina de Sombras

Capítulo 12: Sangre de mi Sangre

La noticia llegó a Elun’dor como un relámpago:

Vaelyra había entrado en la Torre. Y salido con respuestas.

Elandor sabía lo que eso significaba.

—Se dirige al bosque de cristal —dijo, empacando provisiones—. Ya no por venganza. Sino por redención.

Julian, su guardia más leal, lo miró con miedo.

—¿Y si la encuentra primero?

—Entonces no habrá más reino que defender —respondió Elandor.

Mientras tanto, en el bosque de cristal, los árboles susurraban oraciones antiguas. La joven de cabellos de plata, ojos dorados y rostro sereno recogía hierbas y recitaba versos.
No conocía su apellido.
No conocía su linaje.
Solo sabía su nombre: Lyssaira.

Pero a veces, cuando dormía, soñaba con una mano que la sostenía entre llamas. Con una voz que decía “Te protegeré. No importa el precio.”

Esa mañana, el cielo cambió.
La niebla se tornó negra.
Los animales huyeron.
Y desde el límite del bosque, surgió el ejército de Vaelyra.

Vaerion descendió primero. Vaelyra no habló. Se limitó a avanzar sola, sin armas. A medida que se adentraba, el bosque no la rechazaba. La reconocía.

Y entonces la vio.

Una muchacha inclinada sobre un estanque, tarareando una melodía que Vaelyra recordaba de la infancia.

—Lyssaira —susurró, y el nombre se quebró en su boca como si al pronunciarlo se le rompiera el alma.

La joven se volvió.
Y aunque nunca la había visto, supo quién era.

—¿Vaelyra?

El silencio entre ambas lo dijo todo.
Los ojos dorados se llenaron de lágrimas.
Los labios de la Reina de Sombras temblaron por primera vez en años.

Vaelyra se arrodilló.

—Te protegí tanto… que te perdí.
—Tú eres mi hermana —dijo Lyssaira, tocando su rostro—. Siempre lo supe. Aunque no sabía tu nombre.

Y en ese momento, el mundo pareció detenerse.
Porque entre el poder, la oscuridad y la venganza… quedaba una hebra de luz.
Una que aún no estaba rota.

Pero el sonido de un cuerno cortó el momento.

Elandor acababa de entrar en el bosque.
Y llevaba consigo un arma que no debía existir:
La Daga de Sellado, forjada para detener lo que ya no era considerado elfa… sino criatura.

Vaelyra alzó la mirada. Su corazón se quebró en dos: la hermana que deseaba salvar… y el amor que venía a destruirla.

—Va a empezar la verdadera guerra —dijo Lyssaira, con un extraño presentimiento—. No afuera. Aquí dentro.

Y tenía razón.



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En el texto hay: traicion, elfos oscuros, romance elfos

Editado: 28.05.2025

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