~ Lunes ~

El metro llega a mi estación justo cuando estoy a punto de cerrar los ojos y descansar un momento, es muy temprano en la mañana y aunque podría descansar unos minutos más si tomara el tren directo, prefiero tomar este. Pues es la única forma que tengo de verla a ella. No sé su nombre, su edad o que hace, solo sé que desde que la vi esa mañana, quise verla el resto de mis días. Hay algo en su mirada que me hace no querer apartarla nunca.

Con ese pensamiento en mi cabeza, entro finalmente en el vagón 11, que es en el que ella siempre se encuentra y con una rápida mirada al área, la encuentro al otro lado de donde estoy parado. Para mi suerte frente a su asiento hay un lugar vacío. Así que intentando controlar la sonrisa que quiere aparecer en mi cara, camino de forma lenta y tomo el lugar.

Me dedico a ver hacía la ventana, suspiro preguntándome porque no puedo solo preguntarle el nombre y antes de darme cuenta ya he volteado a mirarla para darme cuenta que ella ya me estaba observando, vuelvo a suspirar de forma pausada para agarrar el valor de decirle hola, pero cuando estoy a punto de hacerlo, ella cierra los ojos y yo aparto la mirada de regreso a la ventana.

Llego a mi estación de bajada y antes de salir del vagón, le doy una última mirada despidiéndome de ella hasta el día siguiente.