Nuevamente me encuentro frente a la chica que me hace estar despierto en medio de la noche, preguntándome si alguien tiene su corazón. Es tan linda e irradia inocencia. Suspiro por enésima vez en el día pensando si en algún momento seré capaz de hablarle. Todos los días que la veo luce tan serena, con su mirada en algún punto del vagón, la curiosidad de saber que piensa matándome por dentro.
De pronto su rostro voltea a mirarme y un pequeño sonrojo se hace notar en sus mejillas, abro la boca para decir algo pero las palabras parecen no querer salir de mi garganta. Sus ojos me escanean y entonces aparta su mirada de regreso a otra parte que no sea yo. ¿Acaso te has dado cuenta que me interesas y te he incomodado? Otro suspiro está a punto de salir pero sus ojos vuelven a mirarme y en sus labios se encuentra plasmada una pequeña sonrisa. Es mi turno de voltear la mirada porque me he quedado sin el valor de hablarle.
Pero una sonrisa se queda en mi rostro durante todo el día.