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Todos los niños de la escuela dicen que soy diferente, sólo porque me gustan las cosas que son "sólo para niñas" y porque tengo dos mamás en vez de una sola como todos ellos. Aunque con el tiempo la mayoría ya se ha acostumbrado. 

  En la escuela todos me llaman Valentín, pero en casa soy sólo Vale.   

Mamá Hanna me deja llevar el cabello al hombro, aunque las maestras dicen que luzco como una niña también. A veces cuándo estamos en casa alguna de ellas me peina el cabello, me hacen trenzas o experimentan algo nuevo. Otras  veces  cuando tengo suerte mamá Leah me deja comprar uno que otro vestido cuando compramos ropa. 

Adoro cocinar con ellas, bueno, no realmente. Sólo me dejan ayudarles con ciertas cosas, como decorar los cupcakes o ponerle las chispas de chocolate a las galletas. También amo mi colección de muñecas, tengo de todos tipos y marcas, para estas tengo un cajón entero repleto de vestidos y accesorios. Eso es lo que realmente me gusta, aunque los otros niños digan que está bien pelearse o jugar con las orugas del jardín. 

Pero hoy es distinto, mis madres me han dicho que nos mudaremos a una nueva ciudad y que tendremos una casa más grande y bonita que la que tenemos. Muero de impaciencia a medida que avanzamos por la carretera, mientras abrazo al pequeño Piglet de peluche que llevo a todas partes, pensando en el mundo de posibilidades que habrá en mi nuevo hogar.