Valentina

3

Escucho la alarma en la habitación de mis madres y abro los ojos sonriendo apenas la escucho. Salto de la cama y corro hacia su habitación, subiéndome a su cama empiezo a saltar en esta.

  — Es mi primer día de clases— digo una y otra vez con emoción más como una pequeña canción.

Ambas se despiertan bostezando y me miran con expresión de cansancio. 

— Cariño...aun tenemos mucho tiempo...ve a dormir otro rato— me pide mamá Hanna entre bostezos. 

Frunzo el ceño y suelto un gruñido de inconformidad cruzándome de brazos.

— Pero yo quiero irme ahora— exijo malhumorado

— Hemos dicho que no Valentín, vuelve a la cama— replica mamá Hanna ahora, apenas pudiendo hablar pues aún sigue medio dormida.

Frustrado, regreso a mi habitación y la contemplo un rato sentado en el borde de la cama. Decido por fin que no tengo porque hacer lo que ellas me dicen y me meto a bañar, preparando antes el uniforme de la escuela. Aspiro su aroma a nuevo durante un rato y lo dejo sobre mi cama, sonriendo de satisfacción. 

Regreso a la bañera y la enciendo tal como me había enseñado mamá Hanna el día anterior. Cuándo siento que el agua tiene la temperatura adecuada entro en ella jugando un poco. Lavo mi cabello con aquel shampoo de olor a fresas que tanto me gusta y paso un poco de jabón por todo mi cuerpo. Cuando me siento lo suficientemente limpio salgo de ella dejando ir el agua sucia y me pongo aquella bata de estrellas amarillas que me han dado mis abuelos en navidad.

Salgo del baño y me cambio de ropa por aquel uniforme. En mi anterior escuela podía llevar la ropa que quisiera. Pero en esta debía usar unforme, este constaba de unos pantalones cortos, una camisa con el logo de la escuela y un saco. Todo en azul marino y amarillo, una terrible combinación de colores por cierto.

Al final solo quedaba anudar la corbata, pero no tenía idea de como hacerlo. Había visto muchas otras veces en las series que veía con ellas a varios hombres hacerlo, pero generalmente prestaba más atención a las chicas que a los chicos. 

Tenía curiosidad por como me vería, así que fui hasta el espejo rectangular que había en la sala. Era de cuerpo completo, y al ser pequeño mi figura no alcanzaba a llenarlo. Sin embargo ahí estaba mi reflejo. Mi estómago se encogió al verme. No me gustaba nada. 

Hice una mueca insatisfacción y al poco rato, algunas lágrimas empezaban a rodar por mis mejillas. Eso no era yo. 

Corri a la habitación de mis madres y me subí sobre una de ellas llorando inconsolablemente. Al poco rato esta empezó a moverse y se giro mirándome con desconcierto, era mamá Hanna, quien me veía sin comprender.

  — No quiero este uniforme— le dije mientras ella limpiaba mis lágrimas incorporándose

 — Tienes que usarlo Valentín, además si no lo usas lo habremos comprado en vano— me dijo ahora mamá Leah algo molesta.

Lloré aún más al oírle llamarme así. Odiaba ese nombre, lo odiaba. Mamá Hanna me atrapó entre sus brazos tranquilizándome, podía sentir como le reprochaba con la mirada el haberme tratado así. 

  — Sólo tienes que usarlo hoy cariño,¿De acuerdo?— me dijo ella haciéndome mirarla, intentando hacer una especia de trato conmigo— Luego podemos cambiarlo por otro, o buscar una escuela con un uniforme lindo.

Asentí privado del habla aún, pues mis labios temblaban de tanto llorar. Una vez que logro calmarme bajo a la cocina como ellas me indican por mi desayuno. La espero y luego de un rato viene sólo Hanna, quién me sirve un tazón de Corn Flakes con algo de leche. 

Miro el plato frente a mi con disgusto. Preferiría algo más como Froot Loops o Corn Pops. Este cereal no tiene sabor, es sólo maíz.  Pero ella me hace comerlo a cucharadas grandes, yo sólo quiero vomitarlo. 

Cuándo acabo de desayunar le espero a que se cambie de ropa, y en sólo unos minutos ella vuelve. Subo a mi cuarto corriendo por la mochila, me han comprado una dorada con algunos brillos azules. Quizá es muy llamativa,  pero a mi me ha encantado. 

Subo a nuestro auto en la parte trasera y mamá pone algo de música. Cómo siempre es algo de Taylor Swift, su música siempre me logra levantar el ánimo. Miro el camino a mi paso mientras Style suena de fondo, encajando a la perfección.




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