Las semanas siguientes fueron un torbellino de café instantáneo, pedidos de ropa, reuniones de WhatsApp con las "Mamás Salvajes" y el suave zumbido de mi portátil mientras investigaba sobre permisos y licencias. El negocio de ropa usada, "Tesoro Escondido", no solo había despegado, sino que estaba ganando una tracción inesperada. La gente del barrio y de los alrededores empezó a conocer la calidad de nuestras prendas y el valor de los precios. Era agotador, sí, pero cada venta se sentía como una pequeña victoria, un ladrillo más en el camino hacia la estabilidad.
Mateo, como siempre, era la calma en mi caos. Tenía una habilidad innata para encontrar las piezas perfectas y para organizar el inventario de una forma que parecía magia. Yo me encargaba de las fotos, las descripciones ingeniosas y de las entregas. Éramos un equipo.
Un jueves por la tarde, mientras revisábamos un lote de suéteres vintage, Mateo me miró con una sonrisa conspiradora.
—He estado hablando con una persona que podría cambiar el juego para "Tesoro Escondido" —dijo.
—¿Ah sí? ¿Una que sepa dónde esconden ropa de diseñador a precio de ganga? —bromeé.
—Algo mejor. Hablé con tu mentora, la que te ayudó en el taller. Resulta que tiene contactos en un par de tiendas grandes que están liquidando inventario de temporadas pasadas. Me pasó el dato de un almacén gigante con ropa de marca, con defectos mínimos, a precios de risa. Es la oportunidad de nuestra vida para conseguir volumen y calidad a la vez.
Sentí un escalofrío. La "mentora" de la que hablaba era Marcela, la diseñadora de moda que me había dado el cupón de la tienda. Que Mateo se hubiera acercado a ella, por su cuenta, para impulsar nuestro negocio, me conmovió profundamente. No solo era un amigo y un aliado; era un socio proactivo que creía en lo que estábamos haciendo.
—¿Y crees que podamos manejar algo así? —pregunté, con una mezcla de emoción y nerviosismo.
—Con la ayuda de Marcela y las Mamás Salvajes, claro que sí. Ya hablé con ella. Nos dio acceso para ir este sábado. Ella dice que es una oportunidad única.
El sábado fue una odisea. Mateo y yo, con la camioneta de su padre prestada, llegamos al almacén. Era un laberinto de ropa. Pero con los consejos de Marcela (que nos dio una lista de lo que valía la pena buscar y cómo inspeccionar las prendas) y el ojo clínico de Mateo, salimos de allí con la camioneta a reventar. No era solo ropa; eran oportunidades. Prendas nuevas con etiquetas, vestidos de marca con un botón suelto, blusas con un ligero descosido. Era un tesoro.
Las semanas siguientes fueron de trabajo duro, pero con la energía de saber que estábamos construyendo algo grande. Las ventas se dispararon. "Tesoro Escondido" pasó de ser un proyecto a tiempo parcial a un negocio próspero. Ya no era solo una forma de sobrevivir; era una forma de prosperar.
Con el negocio de la ropa funcionando casi solo, gestionado en gran parte por Mateo y con la ayuda esporádica de algunas Mamás Salvajes para la clasificación y los envíos, me di cuenta de que mi camino se estaba bifurcando. Mateo era excelente con la ropa, y yo… yo seguía soñando con el aroma a café y libros.
Era momento de dejar ir una parte del sueño para abrazar la siguiente. Era el momento de que "Tesoro Escondido" caminara con sus propias piernas y me permitiera volar hacia mi propia tribu.
Manual de Mamá para no Rendirse
Hoy aprendí que el éxito es a menudo la suma de pequeñas victorias y de la voluntad de buscar y aceptar la ayuda inesperada. Que un negocio se consolida no solo con esfuerzo, sino con la visión de un socio y el apoyo de una red.
No tengas miedo de que tus proyectos evolucionen y adquieran vida propia. A veces, soltar las riendas de un éxito es el paso necesario para sembrar las semillas de tu verdadero sueño. Confía en la capacidad de tu equipo y en tu propia intuición para saber cuándo es el momento de moverte hacia lo que realmente te llama.
Paso para no Rendirse Hoy:
Reconoce un "éxito" reciente en tu vida, por pequeño que sea. Agradécelo. Luego, identifica qué paso siguiente necesitas dar para acercarte a un sueño más grande, incluso si eso significa delegar o cambiar de enfoque en algo que ya funciona bien.
Editado: 28.06.2025