Valiente de tus miedos

capitulo 7 me encuentro con una persona conocida

Ashley
Hoy es el día en que empiezo el instituto, y no puedo evitar sentir una mezcla de nervios y emoción. Por un lado, estoy ansiosa por conocer a mis nuevos compañeros y descubrir cómo será este nuevo capítulo de mi vida. Sin embargo, también tengo una sensación extraña, como si algo inesperado pudiera suceder. A pesar de eso, trato de apartar esos pensamientos de mi mente y concentrarme en el nuevo comienzo que tengo por delante.

En este momento me encuentro enfrente, concentrándome en mi preparación. Respiro profundamente cuando entra Miranda. Al verme, me ofrece unas palabras motivadoras que me llenan de tranquilidad y, por ello, le agradezco.

Continúo preparándome hasta que finalmente termino. Sin embargo, al notar su mirada, me doy cuenta de que está llena de preocupación; supongo que ha visto mis heridas. Por eso, decide cambiar de tema, para evitar hablar de lo que realmente le inquieta.

Después, me entrega una pulsera roja y me explica que esta pulsera tiene el propósito de protegerme de las malas energías.

Me coloco la mochila sobre los hombros y, al mismo tiempo, tomo mis auriculares. Acto seguido, salimos de la habitación y comenzamos a caminar hacia la cocina y entramos

En ese instante, me llega un delicioso aroma a pan tostado acompañado de café recién hecho. Miranda, que ha avanzado un par de pasos, me recibe con una amplia sonrisa y me señala la mesa con entusiasmo.

—He preparado algo especial para ti —me dice, mientras coloca delicadamente un plato lleno de esponjosos panqueques, adornados con fresas frescas, junto a un pequeño vaso de zumo que destila frescura.

Con un paso lento, me acerco a la mesa, todavía un poco aturdida por los nervios que recorren mi cuerpo. Al mirar bien, distingo también una pequeña nota escrita con una caligrafía hermosa que dice: Hoy es tu día para brillar, confía en ti.

Al levantar la mirada, veo que Noel aparece en la cocina, cargando una diminuta caja en sus manos. Se me acerca y me la entrega con una sonrisa traviesa. Abro el pequeño envoltorio para encontrar un llavero en forma de estrella que brilla con su propia luz.

—Para que recuerdes que siempre puedes encontrar tu luz —me dice, guiñándome un ojo de manera cómplice.

En ese momento, mi padre se aproxima y pasa un brazo por mis hombros, hablando en un tono que inmediatamente me llena de paz y calma:

—Recuerda ser tú misma, princesa. No necesitas demostrar nada. Ya eres suficiente.

Sus palabras me envuelven y me reconfortan más de lo que me atrevería a confesar.

Desayunamos entre risas y palabras llenas de aliento. Antes de salir, Miranda toma mis manos con cariño y me propone hacer algo juntas:

—Respiremos juntas, ¿te parece? Tres veces.

Asiento con la cabeza, y comenzamos a inhalar y exhalar al mismo tiempo. Noel, el bromista de la casa, se une a nosotras, exagerando cada movimiento y provocando en mí una risa genuina y sincera.

Cuando estamos a punto de salir, mi padre me lanza una mirada cálida, de esas que no necesitan de palabras para transmitir su apoyo incondicional. Me aferro a esa sensación reconfortante, consciente de que, sin importar lo que suceda hoy, no estoy sola en este camino.

Salimos de la cocina, ese lugar donde una vez nos reunimos en la mansión. Mi padre abre la puerta con una sonrisa serena, un gesto que me brinda calidez. Me acomodo en el asiento trasero, justo al lado de Noel. Miranda toma el volante y, en el instante en que el motor cobra vida, una suave melodía llena de armonía y ritmo comienza a resonar dentro del coche, envolviéndonos.

Los primeros minutos transcurren con el único sonido rítmico de las ruedas deslizándose sobre el firme asfalto. La atmósfera es silenciosa, pero para mí no resulta incómoda; más bien, se siente como una calma reparadora, el respiro que precede al importante paso que estoy a punto de dar.

—Hoy será un gran día —anuncia Miranda, dirigiéndome una mirada alentadora a través del espejo retrovisor. Su entusiasmo contagioso me motiva.

—Así es —complementa mi padre—. Estoy seguro de que conquistarás a todos.

Noel, sentado justo a mi lado, se inclina hacia mí y, con una chispa de broma en su voz, susurra:

—Y si no, no te preocupes, ¡yo me encargaré de que te adoren a la fuerza! —exclama mientras finge arremangarse las mangas de su camiseta, como si se preparara para una inminente pelea. No puedo evitar soltar una risa ante su payasada.

Sus ocurrencias aligeran el ambiente, y poco a poco, siento que la tensión se disipa, dejándome más tranquila y enfocada.

Al mirar por la ventana, observo cómo la ciudad despierta con vida. Familias despidiéndose con abrazos, estudiantes que caminan apresurados llevando mochilas repletas de libros, vendedores organizando meticulosamente sus puestos. Todo parece seguir su curso, y de una manera inexplicable, eso me inyecta confianza y me hace sentir que yo también puedo avanzar.

A medida que nos acercamos a la escuela, mi corazón comienza a latir con mayor rapidez. Reconozco el edificio de ladrillos claros, las banderas ondeando suavemente al viento, y el bullicio de alumnos entrando y saliendo por las puertas.

Mi padre estaciona el coche cerca de la entrada y se vuelve hacia mí. Su expresión es seria, pero su mirada está impregnada de amor y apoyo.

—Ashley —me dice con firmeza—. No importa qué suceda hoy, quiero que recuerdes que estamos inmensamente orgullosos de ti. Simplemente sé tú misma, eso es suficiente.

Asiento lentamente, mordiéndome el labio para contener la emoción que amenaza con desbordarse.

—Y recuerda —agrega Noel con una sonrisa pícara—, si alguien te causa problemas, dímelo. Yo me encargaré de que no te molesten.

La risa compartida entre los tres crea un pequeño pero poderoso momento que me otorga la fuerza que necesito para afrontar lo que viene.

Respiro hondo, aprieto mi mochila con determinación y abro la puerta del coche. El aire fresco de la mañana me envuelve, despertando mis sentidos y llenándome de una sensación renovada. Hoy marca el inicio de una nueva etapa en mi vida, una historia que estoy lista para escribir.



#4860 en Novela romántica

En el texto hay: amor, familia

Editado: 28.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.