Ashley 
Han pasado varios años desde que comencé mi trayectoria en la universidad. Durante este tiempo, he centrado mis esfuerzos en desarrollar tanto mi crecimiento personal como emocional. Este periodo de mi vida me ha brindado la oportunidad de reflexionar detenidamente sobre mi identidad, de analizar mis aciertos y equivocaciones, así como de aceptar y valorar mis virtudes. Además, he trabajado en sanar heridas emocionales que anteriormente parecían irreparables. Cada experiencia vivida en estos años ha contribuido a un proceso de introspección que me ha permitido avanzar y transformarme en una mejor versión de mí misma. 
Mientras el sol se va ocultando lentamente en el horizonte, me doy cuenta de que, en ocasiones, el proceso de sanar no implica olvidar, sino más bien aprender a vivir con la luz, incluso después de haber atravesado una tormenta. Por eso, tomo la decisión de cantar una canción que exprese lo que siento.
Eres la luz de mi vida, eres todo lo que más anhelo. Cada noche, cuando miro al cielo, te pienso y desearía que me abrazaras en este momento tan especial. Porque cuando estoy a tu lado, siento que estoy protegida.
Eres mi escudo, mi ángel guardián. 
.He tenido una conversación profunda con mi tío, y me ha llenado de satisfacción enterarme de que ha encontrado a una mujer que lo hace verdaderamente feliz. Además, he estado en constante comunicación con Luz, Miranda y mi padre. Estos vínculos han sido fundamentales para mí, brindándome apoyo y compañía en aquellos momentos en los que más los he necesitado. Su presencia en mi vida ha sido un pilar sólido que me ha ayudado a enfrentar y superar las dificultades que se me han presentado.
Esta tarde, he tomado la decisión de tomarme un momento para mí mismo y dar un paseo hacia una plaza serena, un refugio alejado del ruido y las exigencias de la vida diaria. Al llegar, busco uno de los bancos de piedra que se encuentran dispersos por el lugar, y me siento en él, sintiéndome parte de ese entorno apacible. Desde mi asiento, observo con atención el constante vaivén de las personas que pasan a mi alrededor: algunos caminan apresurados, sumidos en sus pensamientos, mientras que otros disfrutan del instante, sonriendo y compartiendo palabras entre amigos.
El ambiente se llena con el canto suave de los pájaros que anidan en los árboles cercanos, su música añade una capa de serenidad al lugar. También me fascina la lenta danza de las hojas, que se mecen suavemente al compás del viento, creando un espectáculo de movimientos armoniosos y naturales que provoca en mí una sensación de paz y relajación. Es un momento en el que me permito simplemente estar, conectando con la tranquilidad que ofrece este rincón alejado del estrés cotidiano.
Cierro los ojos por un breve momento y tomo una respiración profunda, sintiendo cómo el aire llena mis pulmones y me envuelve en una calma serena.
En ese instante, me doy cuenta de que el peso del pasado ya no me causa sufrimiento. He conseguido aprender a mirarme con un amor renovado, con una paciencia que antes me era esquiva. Comprendo que no hay prisa por alcanzar ningún objetivo externo, porque lo que realmente tiene valor se encuentra aquí, en mi interior... en cada paso que doy, en cada decisión que tomo, en cada silencio que he aprendido a escuchar y a valorar. Este viaje hacia el autoconocimiento y la aceptación me permite apreciar la riqueza que reside en mí misma.
Observo cómo el cielo se tiñe de hermosos tonos naranjas y violetas, una paleta de colores que me envuelve en su magia. En ese instante, me percato de algo fundamental: estoy en un estado de completa paz. Esta tranquilidad, que surge desde lo más hondo de mi ser, se siente como la mayor victoria que he conseguido en mi vida. Es un logro personal que trasciende cualquier otro, una sensación de armonía que llena cada rincón de mi alma. 
Estoy a tu lado y siento una profunda paz y tranquilidad que me brindan una gran seguridad.
Anhelo que siempre seas mi héroe y mi refugio, esa persona en la que puedo confiar sin reservas.
Cada noche, espero con ansias tu llamada, deseando escuchar el suave eco de tu voz antes de cerrar los ojos y dormir. Mi deseo es que permanezcas a mi lado para la eternidad.
Eres mi faro en este mundo lleno de maldad, mi luz que brilla en medio de la oscuridad; tu claridad me protege de las adversidades y la desesperación que acechan en el infierno que a veces nos rodea. 
Eres mi guía. Has llegado a mi vida en un momento en el que más lo necesitaba. Siento que tienes la capacidad de protegerme, como lo haría un ángel de la guarda. Cuando estoy entre tus abrazos, experimento una profunda sensación de seguridad y refugio; es como si finalmente encontrara mi verdadero hogar.
Sé que te convertirás en un hermoso recuerdo en mi vida, aunque no estoy segura de cómo te recordaré cuando te vea. Sin embargo, siento que mi alma y mi corazón siempre te llevarán en su memoria; eres mi ángel guardián y siempre lo serás.
Buscaré en mi mente esos momentos hermosos para encontrar tu rostro y tu sonrisa.
Contigo me siento como una niña pequeña, protegida y a salvo; eres mi refugio favorito, el lugar que me brinda seguridad. Gracias a ti, he logrado convertirme en una mujer muy fuerte. 
Eres mi ángel de la guarda, un regalo que me han concedido mis ancestros para que formes parte de mi vida. Representas la luz que siempre brilla en cada uno de mis caminos, iluminando mi andar.
Recuerdo la primera vez que te vi, como si fuera un mensaje divino enviado desde el cielo. En ese momento, supe que estabas destinado a ser una persona crucial en mi vida. 
Eres el ángel guardián de mi existencia, y siento que siempre lo serás. Representas todo lo que he soñado y anhelado en mi vida. Eres ese ser especial que transformó mi vida de manera radical, llevándola a un nivel que nunca imaginé.
Eres todo lo que necesito para encontrar la verdadera felicidad en este mundo. Eres el ángel que ocupa un lugar en mi vida y en mi corazón. Tú has colmado mi ser de pura felicidad y amor, brindándome una alegría que nunca antes había experimentado.