Sus ojos café claro se posaron en el mar que estaba enfrente de ella, era parecido al que había conocido la noche anterior, pero podía decir que era mucho más bonito, el agua se veía muy clara, nunca antes había visto tanta claridad. Comenzó a caminar por la arena, acercándose cada vez más al mar... De pronto, escuchó pasos atrás de ella y volteó.
—Allie... —saludó Nina afectuosamente.
Allie no pudo evitar que un escalofrío la recorriera. Observó detenidamente a Nina, la noche anterior no se había detenido a hacerlo. Observó su cabello café largo y sumamente lacio, observó sus ojos obscuros y profundos, observó su piel apiñonada y el lunar que tenía muy cerca de la boca, la cual formaba una sonrisa. No pudo evitar que sus ojos recorrieran su cuerpo, observando que era un poco más baja que ella. Observó también que era delgada, como ella. Observó que vestía con un pantalón negro pegado a su cuerpo y una blusa morada con una chamarra negra que combinaba a la perfección y que la hacían ver muy bien. Le gustó aquel cuerpo. Y de nuevo, sintió ese escalofrío.
—Allie... —volvió a saludar Nina, acercándose a ella.
—Ho...hola —respondió nerviosamente Allie al saludo. — ¿Cómo es que apareces aquí... dónde yo estoy? —preguntó confundida.
Nina marcó más aquella sonrisa.
─Tu mente... Tu mente me atrae.
Allie frunció el ceño.
—No entiendo —afirmó.
Nina sonrió más.
—Después lo entenderás. —agregó con seguridad.
Allie se sintió más confundida.
—Ven... —Nina se acercó y la tomó de la mano.
Allie sintió como su corazón se estremecía. Caminaron hacia una roca enorme cerca de aquellas olas del mar, se sentaron en ella.
─ ¿Cómo te sientes? —preguntó Nina haciendo que Allie suspirara, de nuevo aquella pregunta.
Nina la observó y no pudo evitar reír.
—Entiendo... Cuando me preguntan eso, nunca sé qué responder.
Allie sonrió, observando aquel mar, nunca había visto algo así de majestuoso.
Se quedaron algunos minutos en silencio, observando aquello que tenían enfrente y sintiéndose bien, como nunca antes.
—Dicen que... —comenzó a decir Nina— cuando encuentras a alguien con quien puedas quedarte en silencio sin sentirte incomodo... Es porque encontraste a la persona correcta.
Allie la observó algunos segundos. ¿Qué era todo aquello que sentía al estar con esa mujer?
Nina se levantó y jaló a Allie, ambas se metieron al mar, comenzaron a jugar en el agua, sumergiéndose una a la otra, se quitaron la ropa hasta que quedaron en ropa interior.
De pronto, quedaron muy cerca, una enfrente de la otra. El agua las tapaba haciendo que lo único que sobresaliera fueran sus rostros.
Nina comenzó a acercarse más a Allie, colocó una de sus manos en su rostro, ambas se observaban con mucha intensidad. Acercó a Allie hacia ella y unió sus bocas, comenzaron a besarse, primero comenzando a reconocer sus labios, para después intensificar el beso más y más.
La lengua de Nina pidió permiso para entrar en la boca de Allie y pudo entrar, encontrándose con otra lengua, ambas comenzaron a luchar, haciendo que aquel beso fuera cada vez más intenso. Ambas probaban el agua que se mezclaba con sus salivas. De pronto Allie se separó un poco.
—Yo...yo no... —comenzó a decir muy agitada.
—No pienses... Solo déjate llevar —interrumpió Nina, para de nuevo volver a besarla.
Nina tomó a Allie de la mano para que se hicieran a la orilla del mar. Allie no podía creer lo rápido que su corazón latía. Llegaron a la orilla y salieron del mar sin soltarse de las manos, quedaron de frente y de nuevo comenzaron a besarse, era como si ambas tuvieran un imán que les impedían separarse. Poco a poco, fueron recostándose en aquella orilla, sus cuerpos estaban mojados y esto hacía que la sensación fuera más placentera. Nina se colocó arriba de Allie sin dejar de besarla, las manos de Allie comenzaron a recorrer todo el cuerpo de Nina, haciendo que se estremeciera ante el contacto.
No dejaban de besarse, era como si no pudieran dejar de hacerlo, como si sus bocas no quisieran separarse. Nina se separó un poco de la boca de Allie y comenzó a besar su cuello, Allie sintió la lengua de Nina recorriéndola y esto la hizo suspirar, la atrajo más a ella, haciendo que sus cuerpos quedarán lo más pegados posible.