Nina golpeó una y otra vez la cama, no podía gritar porque si lo hacía la escucharían y los médicos no tardarían en entrar a ver lo que estaba ocurriendo. Se maldijo una y otra vez, lo había arruinado y lo sabía.
Se levantó y se dirigió al baño, se observó en el espejo, su rostro con esas enormes ojeras, su boca casi sin color, sus pómulos un poco pronunciados. Y lo que era peor para ella, su cabeza rapada, sin su exuberante cabellera negra. Le dolía ver esa imagen en el espejo, le dolía verse sin cabello. Las quimioterapias habían terminado por tirar casi hasta el último pelo, lo que había hecho que decidieran quitarlo todo. Las quimioterapias le estaban quitando la poca vida que tenía, ella sabía que estaba cerca del final. Que diferente era estar en Valle Cielo, ahí tenía todo su cabello completo, negro, largo y hermoso, ahí sus ojos tenían más vida que nunca, ahí su sonrisa era lo coqueta que siempre había sido.
Recordó de nuevo Valle Cielo, y recordó sobre todo a Allie. En verdad la quería, la quería como nunca había querido a nadie y ahora seguramente Allie la odiaba o al menos estaba realmente molesta. Regresó a sentarse a la cama, pensando en cómo podía arreglarlo, tenía que decirle toda la verdad y lo tenía prohibido, pero tenía que decirle de otra manera la iba a perder y eso no iba a permitírselo. Pensó que se lo debían, le debían poder decirle la verdad a Allie. Estaba decidida en la noche en Valle Cielo le diría todo.
***
Llegó como cada noche, sintiéndose mejor que nunca, más fuerte, más sana, más guapa. Volvió a tocarse el cabello y sonrió, ahí estaba donde tenía que estar, donde estaría, si aquella maldita enfermedad no la hubiera atacado.
Caminó por los locales, se encontraba en el área de diversión de Valle Cielo, supuso que por ahí se encontraría con Allie. Comenzó a recorrer los lugares, dudando si entrar en alguno. No veía el bar de los 60’s donde se había encontrado con ella, en cambio, había muchos más de diferentes épocas. Espero un poco, recorriendo las calles y estando al pendiente por si veía a Allie en algún rincón. De vez en cuando se encontraba con alguna cara conocida, quienes la saludaban y ella les regresaba el saludo con una sonrisa. Ya llevaba en Valle Cielo un tiempo considerable, por lo que podía conocer a varias personas, a muchas, a decir verdad, el ser guía también le ayudaba a esto.
Observó el reloj que llevaba en el brazo izquierdo, habían pasado casi 40 minutos de la hora en la que siempre se veía con Allie. Hizo una cara de desconcierto y se detuvo, se recargó en la pared que se encontraba a lado de uno de los bares, perteneciente a la época de los 90’s, podía escucharse cómo sonaba aquella canción desde adentro…
There was a game we used to play
We would hit the town on Friday night
Stay in bed until Sunday
We used to be so free
We were living for the love we had
Living not for reality
Just my imagination
Just my imagination
Just my imagination
It was…
Comenzó a tararearla inconscientemente. Esperó un par de minutos y entró, al parecer ese día Allie no iría.
Se sentó en una mesa que se encontraba casi a la entrada y pidió una cerveza, desde esa mesa podía observarse la calle en el exterior y no sabía si era por su estado de ánimo, pero comenzó a ver la enorme tormenta que caía.
Se concentró tanto en ella, que dejó de prestarle atención al ruido apabullante del bar y no notó cuando el mesero le llevaba la cerveza. La tomó por inercia y le dio un trago sin dejar de observar aquella tormenta, nunca antes en Valle cielo había observado que lloviera así.
Se sumergió poco a poco en sus pensamientos, los cuales estaban invadidos por Allie. Tenía que verla, tenía que contarle y explicarle todo. Era cierto que sentía una vergüenza inmensa porque Allie la viera en la vida real, sin cabello, con su aspecto tan horrible, era algo tonto, lo sabía, pero no podía evitarlo. Aunque esa no era la razón por la cual no le había dicho en que hospital se encontraba, la razón era la que le había dicho, no podía decirle, lo tenía prohibido, según los creadores del programa, eso podía afectar a futuras decisiones de los visitantes a Valle Cielo, las almas no podían conocerse en la vida real.
Nina había respetado esto, no lo había respetado todo, eso era verdad, había roto algunas reglas, que probablemente a cualquier otro guía ya le hubiera costado la eliminación del programa. Pero a ella no, a ella le debían mucho y probablemente nunca la eliminarían de Valle Cielo.
A veces, también era cierto, había abusado de esto, de este cierto poder que tenía. Sobre todo, al principio, al principio solo había ido a Valle Cielo a romper las reglas, a hacer lo que ella quisiera, estaba enojada, estaba realmente molesta con lo que había pasado.