Valle Cielo: La historia de Allie y Nina

Capítulo XIV. Avances

Allie suspiró, había guardado el chip en el cajón del mueble que tenía a lado, y lo cierto era que no sabía si volvería a utilizarlo. Sabía que lo que Evan había dicho era verdad, si no iba más de tres noches a Valle Cielo los médicos se darían cuenta, pero pensó que entonces les diría todo. Y les diría que ella no quería ir de nuevo, que elegía morir y ya. Sintió un escalofrío ante este pensamiento.

 

Había pasado una pésima noche, no sólo por no ir allá y estar pensando en Nina, sino también por su enfermedad, en la madrugada había sentido como todo el cuerpo le hormigueaba y sintió también que, por unos instantes, sus piernas no reaccionaban. Se asustó mucho, pero se negó a apretar el botón de alarma y pensó que esto se le pasaría en pocos minutos como las veces anteriores, pero no había sido así. Toda la madrugada había tenido esta sensación y aún a esa hora de la mañana la acompañaba, aunque ya podía mover un poco la pierna derecha.

 

Estaba asustada, realmente asustada, desde el principio había sabido que su cuerpo fallaría, empezando por sus piernas, había sabido que las piernas ya no iban a reaccionar y de hecho los médicos le habían confesado que se estaba tardando en pasar. Lo sabía, pero saberlo era más fácil que vivirlo y sentirlo.

 

Se incorporó un poco de la cama, con mucho trabajo porque la pierna izquierda no reaccionaba, ni siquiera podía sentirla. Su corazón latió más fuerte que nunca cuando se quiso poner de lado y sentarse y simplemente no pudo. Comenzó a respirar rápidamente, no quería que llegara ese momento, era cierto que saber la razón de todo, hacía más fácil las cosas, pero en ese momento, todo eso era demasiado para Allie.

 

Observó el reloj a su costado, marcaba las 7:39 de la mañana. Aún faltaba más de una hora para que el enfermero le llevara la medicina correspondiente. Comenzaba a tener ganas de ir al baño y negó con la cabeza. No quería ser una inválida, no quería sentirse así.

 

Con mucho trabajo, jaló su pierna inmóvil para sentarse en la cama, y poco a poco se levantó, recargando el peso de su cuerpo en la pierna que si le reaccionaba. Comenzó a dar un paso, más bien un salto, apoyándose en esa pierna, estuvo así avanzando un poco con pequeños saltos hasta que no pudo más y tropezó. Las alarmas de la habitación comenzaron a sonar, esto sucedía cuando algún paciente tenía un accidente, avisándoles a los médicos lo que ocurría.

 

—No, no— maldijo Allie entre dientes.

 

Comenzó a escucharse ruido afuera, diciéndole con esto que algún médico o varios se dirigían a su habitación.

 

Algunas lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, lágrimas que le indicaban que probablemente aquello era ya el inicio del fin.




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