Valle Cielo: La historia de Allie y Nina

Capítulo XVI. Revelaciones

El lugar por fuera se veía sumamente grande, muy blanco, igual que el hospital donde se encontraba Nina. Aunque a Nina le pareció que este era mucho más grande. Estaba sumamente nerviosa, tenía miedo de que aquello fuera verdad, que entrara preguntando por Allie y le dijeran lo que no quería escuchar.

 

Resopló temerosa, iba acompañada de Frank, la enfermera que solía estar siempre con ella, la cual ya se había convertido en más que eso, volteo a verla y le sonrió nerviosa, Frank le puso una mano en el hombro en señal de apoyo y asintió. Poco a poco caminaron hacia la entrada del hospital, Nina más nerviosa que nunca. Llegaron a la recepción encontrándose con una enfermera del otro lado, Nina se acercó a preguntarle por Allie.

 

— ¿Allison Carpenter? —preguntó frunciendo el ceño la enfermera mientras buscaba en la pantalla que tenía enfrente.

 

Nina asintió, sentía las manos sudorosas, mordía su labio en señal de todo el nerviosismo que estaba sintiendo.

 

—Mira, allá va su médico, él puede darte datos más certeros —dijo la enfermera, señalando al médico que pasaba caminando del otro lado.

 

Nina todo lo rápido que pudo caminó hacia él, Frank iba detrás de ella en cada paso como le habían encomendado. Al fin llegaron con el médico, Nina un poco agitada porque su cuerpo ya no soportaba ni esa pequeña caminata a velocidad.

 

—Doctor —dijo entrecortadamente por el cansancio que sentía. El doctor se detuvo observándola—estoy buscando a Allie... Allison Carpenter —agregó aún respirando forzosamente.

 

El doctor la observó, aunque no llevaba la bata correspondiente a los pacientes, podía notar que era uno de ellos, pero nunca la había visto en el hospital.

 

— ¿Y tú eres? —le preguntó con amabilidad.

 

—Soy —Nina hizo una pequeña pausa— su novia, Nina—completó con seguridad. Sí, tal vez no lo era, pero así lo sentía en su interior y sobre todo, en su alma.

 

El doctor asintió calmadamente con una ligera sonrisa.

 

—No es día de visitas…—empezó a decir

 

Nina suspiró, eso quería decir que Allie estaba ahí, viva.

 

Por favor… Necesito verla—comenzó a suplicar Nina.

 

El doctor volvió a sonreír.

 

—Acompáñame.

 

Nina seguida de Frank, lo siguió hasta el fondo de aquel pasillo, al final se encontraban dos habitaciones juntas. Pudo observar que una de ellas parecía muy obscura, ambas estaban cerradas, pero una de ellas en particular se veía sumamente obscura y cerrada con candado.

 

Nina comenzó a sentir que su corazón latía como nunca antes lo había hecho. Suponía que si Allie estuviera… muerta, el doctor se lo habría dicho, ¿no?

 

El doctor llegó a la habitación A-12 y la abrió lentamente. Nina respiró con rapidez, sintiendo que no podía respirar más rápido.

 

—Pasa —le indicó, quedando él afuera.

 

Nina obedeció, comenzó a entrar sigilosamente.

 

— ¿Me esperas afuera? —volteo a ver a Frank, quien le respondió que sí con una sonrisa.

 

Nina observó la cama, con alguien ahí, de espaldas. Observó el cabello miel y no pudo evitar sonreír, caminó acercándose poco a poco. De pronto Allie volteó con los ojos entrecerrados, al parecer estaba despertando. Nina observó que Allie abría un poco más los ojos, observándola con incredulidad. Allie no dejaba de observarla, parecía que no creía quien estaba ahí enfrente de ella.

 

—Hola…—dijo Nina sutilmente con una sonrisa también sutil.

 

Allie permaneció en silencio, sus ojos solo recorrían a Nina, de arriba hacia abajo.

 

—Soy…Nina —volvió a decir, tragando saliva y caminando hasta quedar pegada a la cama, muy cerca de Allie —sé que no me parezco mucho a quien has visto en Valle Cielo, no tengo cabello, estoy más flaca…—comenzó a decir una palabra tras otra demostrando lo nerviosa que estaba. Allie no hablaba, recordándole aquella primera vez que se habían encontrado en Valle Cielo, Nina pensó que, en también en este mundo, Allie parecía muda. Estaba por agregar algo más.

 

—Sé quién eres —interrumpió Allie con un tono extraño para Nina, no podía decir que era de enojo, pero tampoco estaba feliz.

 

Allie no sabía que estaba sintiendo, la tenía ahí enfrente de ella, era Nina, era ella. Había querido tenerla así desde el principio, no podía creerlo. Trató de alzarse un poco, con trabajos y con ayuda de Nina lo logró.




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