SOLO (CAPÍTULO 16)
Richard abrió los ojos como platos al ver que su tio y su padre John estaban con vida y a él se mismo mucho más joven con un aspecto idéntico a cuando tenía 9 años y su tío Aron le estaba enseñando a escondidas. Él era un hombre de aspecto grueso, pelo corto, que siempre tenía una sonrisa y también era un brujo como su hermana pero no era tan poderoso como su la madre del pequeño. Desde el principio supo que su sobrino tenía poder, fue el único en darse cuenta .
Por eso empezó a enseñarlo a escondidas de sus padres, le instruyó en lo más esencial ya que no era nada poderoso, pero era alguien quien siempre ayudaba a los demás sin dudar el porqué, también le enseñó a ocultar sus poderes aunque se lo quería contar a sus padres.
Un día llegó más pronto de lo normal y escuchó a sus padres hablando entre ellos y la tranquilidad que tenían de que fuese una persona normal. Cuando por fin se había decidido a contárselo oír lo que sus padres decían le hizo cambiar de opinión.
-¡Estoy feliz que Richard no ha heredado poder!. Y puede ser una persona normal. La gente no lo entendería.- respiró aliviada.
- ¡Durante mucho tiempo habéis estado ocultos!. ¡Es lo mejor!, hay mucha gente que tiene miedo a lo que no conoce. ¡Vaya se ha hecho tarde!. Tengo que irme a una misión. ¡Dile a Richard que cuando vuelva nos iremos a pescar!.
Los años pasaron y Richard ya era una adolescente se había obsesionado en que le compraran una pequeña motocicleta además su padre siempre estaba en misiones y apenas pasaban tiempo juntos.
Richard miraba con ojos llorosos lo que sucedía con su yo pasado, sabía perfectamente lo que estaba por ocurrir. John se negó a comprarle la motocicleta y se enfadó con él muchísimo llegando a decir cosas bastante crueles.
-¡Al menos cómprame la motocicleta!. ¡Ya que no pasas apenas tiempo con nosotros!. – exigió el adolescente.
- ¿Así que es eso?. ¡Cuando vuelva iremos a pescar!- le contestó a su hijo.
- ¡Llevas muchos años diciendo lo mismo!. ¡Ya no te creo!.
- ¡Yo en cambio siempre creeré en ti!. ¡Te quiero hijo pero no voy a comprarte la moto!.¡ Aún eres muy joven!. ¡Cuando tengas la mayoría de edad te compraré un coche!.
- ¡Te odio no quiero verte!- se marchó enfadado corriendo.
Esa fue la última vez que habló con su padre con vida, unos días después le dieron la noticia que su padre había fallecido en acto de servicio. Se sentía culpable por haberle dicho que le odiaba y comenzó a llorar.
Su tío estuvo apoyándole y enseñándole aunque su propio sobrino ya era más fuerte que él, hasta que Johan se convirtió en un peligro y sin pensárselo dos veces Aron decidió ir a ayudar a los demás brujos/as aunque sabía que no tenía ninguna posibilidad.
-¿Por qué vas?. ¡Por favor no vayas!.
- ¡No puedo quedarme aquí mientras los míos caen!. ¡Yo no soy así!.
- ¡No vayas!.
Abrazó a su tío con la intención de no dejarle ir, si era necesario utilizaría la magia estaba decidido.
-¡Eres un buen chico!. Pero tienes que dejarme ir. ¡Si no lo lamentaré toda la vida!. Prefiero morir a no hacer nada.
- ¡No!- gritó sollozando.
- ¡Cuida de tu madre!. ¡Por favor!
- ¡No lo permitiré!. ¡Yo solo no puedo por favor no me abandones!.
- ¡Tienes que creer en ti!. ¡Tú puedes hacerlo. ¡Yo creo en ti!
Y en ese instante casi sin mediar palabra antes que su sobrino intentara algún hechizo para retenerle, le golpeó levemente en el cuello en una parte que sabía que lo dejaría inconsciente, John se lo había enseñado tiempo atrás.
En cuestión de segundos después de darle el leve golpe, el adolescente cayó al suelo perdiendo el conocimiento. Mientras su tío se marchaba a una muerte segura como así fue. Cuando Richard se despertó ya no estaba Aron allí, entonces escuchó gritos que provenían de su pueblo.
Un grupo de vampiros estaba atacando a su pueblo, así que luchó contra ellos, su madre vio ahí que no solo había heredado poder si no que casi tenían él mismo. Derrotó a los chupasangres y poco después el cielo que se había oscurecido volvió a tener su color natural pero él sentía que algo había ocurrido a su tío.
Cuando llegaron Jessica, Tetsuo, Daniel y Leticia y le contaron lo que había ocurrido a su madre, ella le dio la noticia su familiar había muerto en combate como otros más. Empezó a llorar desconsoladamente, todas las personas que quería desaparecían por eso al principio tuvo una pequeña depresión y luego se juntó con malas compañías haciéndose rebelde.