Vampire Killer: El Duelo final

El comienzo de todo (Capítulo 21) (Parte 2)

EL COMIENZO DE TODO (CAPÍTULO 2) (CAPÍTULO 21)

 

El soldado del reino de Luxur había seguido a Ra y al pequeño, había visto la capacidad de los niños y había visto que habían más jóvenes con esos dones, decidió marchar a su rey para explicar lo que había sucedido y aterrados ante algo que no comprendían, un ejército de soldados subidos a sus caballos, marcharon de palacio dispuestos a acabar con la amenaza.

 

Regan jugaba con las más pequeños que corrían persiguiéndole, se sumó Malco que hacía cosquillas a la pequeña Judy, Armon observaba todo con los brazos cruzados y con cara de enfado. No podía comprender como era feliz allí, parecía que se había olvidado de su planeta. Decidió marcharse al rio para tomar un poco de aire, se lavó las manos.

 

En ese instante sintió algo extraño, sus sentidos le estaban avisando que había algún peligro, corrió y vio como un grupo de caballeros con sus espadas en alto, mientras otros llegaban con caballos sigilosamente se dirigían donde se encontraban los niños y adolescentes.

 

Dudó unos minutos en atacarlos y avisar a su hermano, pero no hizo nada se quedó sentado el río. Gabriel se quedó sorprendido al ver como de los ojos del imponente hombre salían lágrimas de sus ojos y no paraba de repetir la misma frase.

-¡Lo siento me equivoqué!- decía balbuceando.

 

Mientras los soldados atacaban a los niños que intentaban defenderse sin hacer daño a los caballeros. Regan creo una barrera y salieron inmediatamente expulsados de allí por el poder del hombre de otro lugar, pero tres jóvenes yacían en el suelo muertos. Los caballeros intentaron entrar pero no lo consiguieron de nuevo lamentablemente habían capturado a Malco y a la pequeña Judy.

 

Poco después llegaron Talos, Samantha y Ra que habían marchado para ayudar a un pueblo, a primera hora de la mañana y al atardecer se encontraron a todo el grupo llorando la muerte de tres pequeños.

 

Ra inmediatamente por Malco, empezó a buscarle por todas partes, pero no lo encontró, sus amigos intentaron tranquilizarle, pero cada vez estaba más nervioso. Varios jóvenes les dijeron que había ocurrido, y cuando estaba por marcharse, Regan le dijo que no se moviera.

-¡Alto Ra!.

- … - El joven se paró en saco

-¡Por favor!. ¡No les hagas daño!- suplicó Regan

 

Se podía mascar la tensión en el ambiente, su maestro suplicaba a su alumno que hiciera nada que pudiese hacer daño a la gente, pero el joven Ra apenas escuchaba nada estaba demasiado preocupado por el que consideraba su hermano pequeño y finalmente hizo caso omiso y salió corriendo de allí.

 

Regan pidió ayuda a Samantha y a Talos para que evitaran que hiciera algo que pudiera arrepentirse y fueron en busca de él. Armon llegó y vio que habían tres pequeñas excavaciones de tierra y a su hermano apesadumbrado y triste dentro de la cueva.

 

Él le explicó lo que había ocurrido, eran las pequeñas tumbas de los tres pequeños, y que habían sido atacados.

-¡Te lo advertí hermano!. ¡Los humanos son unos barbaros!.

- ¡Armon necesito estar solo!.

 

Hizo caso a su hermano y salió fuera de la cueva. Mientras Ra corría a gran velocidad utilizando sus poderes, Talos y Samantha le seguían pero un poco más rezagados. El joven cuando llegó al reino de Luxur sintió que algo terrible estaba pasando, así que aún fue mucho más veloz y cuando llego a las afueras donde se encontraba el castillo vio dos cruces en llamas, entonces el alma se partió en dos, al ver que en el suelo se encontraba un regalo que le había hecho a Malco, era una pequeña figurita que el mismo había hecho de barro se encontraba destrozada.

 

Inmediatamente supo que las cruces en llamas y los cuerpos que habían en ellas eran de Judy y Malco, entonces gritó de sufrimiento, levantó sus manos. Incluso Armon que se encontraba allí escondido entre los bosques vio como la rabia de Ra fue implacable destruyendo el castillo y asesinando a todo aquel que pasaba por su lado utilizando su poder.

 

En ese instante aparecieron Talos y Samantha que intentaron que se tranquilizara pero era imposible.

-¿Por qué hay que ayudarlos?. ¿No habéis visto lo que ocurre por ayudarlos?. Atacan lo que no conocen, en lugar de comprender. ¿Por qué tengo que ayudarlos?- gritó.

-¡Es el miedo a lo desconocido!- contestó Talos.

- ¿El miedo?. ¿El miedo?- repitió

-¡Si es miedo!.- intentaron que tomará conciéncia 

-¡Yo les daré miedo!. ¡No les daré terror!. ¡Eso es lo que se merecen conocer el verdadero sufrimiento!. ¡Todos los humanos!.-contestó

-¡Hablas como si tu no lo fueras!- recalcó Samantha

- ¡Ninguno de nosotros lo somos ya!.¡Podemos hacer cosas que ellos solo imaginan! ¡Somos superiores!. ¡Porque voy ayudar a esta raza!. ¡Solo se merecen sufrir!.




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