LLEGÓ EL MOMENTO (CAPÍTULO 34)
Damien tenía la ropa destrozada al igual que su rival Keith, los dos estaban agotados y apenas les quedaban fuerzas. El ex maestro de Leo no podía creer que hasta el que hace tiempo fuera un humano sin más, ahora se hubiera convertido en alguien con tanto nivel.
Por eso le hizo saber a su adversario que estaba impresionado. Pero Keith le gritó enfadado que él siempre había creído que era un cero a la izquierda y le había tratado como basura.
-¡Te crees que eres muy fuerte!. ¡Pero nunca llegarás al nivel del maestro Ra!, sé que no voy a ganarte pero al menos te he demostrado que podía ser un demonio mucho mejor que otros brujos, vampiros o super soldados!.- dijo enfurecido el creador de la fórmula del súper soldado.
-¡Enhorabuena!. ¡Pero no estés tan seguro que no superaré a tu maestro!- exclamó el antiguo número uno del FBI.
- ¡Él conseguirá hacer lo que tú nunca pudiste!. ¡Eliminar a Leo!, todo este tiempo siempre has tenido como objetivo superarlo. Pero Ra sí que lo hará. ¡Y morirás sabiendo que nunca podrás probar que eres mejor que él!.
Esas palabras afectaron de tal manera Damien que sacó fuerzas de donde ya no tenía y salió impulsado contra Keith atravesándole el corazón con su mano, finalmente el que había sido su mano derecha tanto tiempo había asesinado por el mismo. Poco después llegó a su límite y comenzó a ver borroso hasta caer al suelo.
El combate había sido duro y los dos habían salido del castillo hasta el bosque que había cerca, era tal la fuerza de los ataques de los dos que el bosque había quedado calcinado, ya no había un mísero árbol y tampoco había vegetación, se había convertido en un lugar sin vida, con ceniza por todas partes.
En el último piso Ra estaba concentrando energía oscura en su mano, pero Armon estaba con las manos caídas pues hacía lo mismo, pero al contrario al malvado demonio su poder era de color verde.
-¿Estás preparado?- preguntó mientras lucía una terrible sonrisa
- ¡Vamos no te tengo miedo!- respondió el ser del otro lugar
Y de su mano salió una pequeña bola negra de solo unos cuantos centímetros que a medida que se acercaba se hacía cada vez más grande, poco a poco su tamaño había aumentado casi 4 veces de lo que era al principio. Cada segundo era más y más terrible y cuando ya no quedaba nada para que esa terrible oscuridad estuviera cerca de él.
El hombre imponente alzó sus manos y dos grandes bolas impactaron originando una gran explosión, está tragó a los dos enemigos mientras desaparecían absorbidos por esa luz cegadora.
Después de unos segundos se pudo ver dos sombras, la barrera que había creado el demonio había sido destruida, incluido la parte del techo y ambos lados de la habitación estaban al aire libre. Ra estaba detrás de Laura a la que había protegido creando otra barrera más fuerte que la anterior, no tenían rasguño ninguno de los dos.
Ra había lanzado un hechizo para que Laura aumentara su velocidad intentando abrir el portal entre mundos. Armón también había conseguido salir ileso pero al contrario que su adversario estaba demasiado cansado, apenas podía respirar.
Lejos de allí la madre de Laura y Leticia corrían intentando evitar enfrentarse al grupo de demonios que estaba atacándolas, pero sus piernas y brazos ya no aguantaban más, no podían ni siquiera utilizar ningún hechizo, estaban exhaustas.
Las dos cayeron arrodilladas mientras los demonios se abalanzaron y cuando pensaban que era el final. Sintieron una especie de torbellino, un aire huracanado y un silencio muy grande.
Al mismo tiempo que una voz conocida les decía que abrieran los ojos. Las dos mujeres los abrieron y vieron que no era otro que Richard.
-¿Estáis bien?- preguntó el joven
- ¡Sí!- las dos respondieron a la vez, mientras sentían que el aura de Richard había cambiado por completo.
-¡Poneos en un lugar a salvo!. ¡Ahora tengo que ocuparme de otros asuntos!. Mamá llévatelas contigo-ordenó el adolescente.
Y las dos mujeres desaparecieron de donde estaban y fueron trasladadas a la nave de Armon, estaban sanas y salvas con la madre de Richard.
Al mismo tiempo Susana estaba inmovilizada Jessica había lanzado un hechizo por la vampiresa y estaba muy mal herida y no podía moverse. Johan se reía y burlaba de hacer equipo con Jessica ya que él se aprovechó de ella tiempo atrás para conseguir poder. Pero la bruja no dijo nada a los comentarios del vampiro. Este se dirigió a la bruja mientras sacaba una estaca que tenía guardada en su pantalón con intención de clavársela.
En ese momento alguien golpeó al vampiro y lo tiró al suelo, ahí estaba Gabriel que sujetaba a su hermana en brazos.
-¡Hola hermanita!. ¿Me has echado de menos?- dijo burlonamente
- ¡Gabriel!- comentó sorprendida la chica.
- ¡Ella no me interesa!. ¡Ocúpate de ella!. Yo tengo cosas pendientes con él.- explicó el español a su hermana mientras la dejaba en el suelo.