EL ENGAÑO (CAPÍTULO 84)
Levon sonreía confiado mientras avanzaba hacia Susana y Laura. Que se miraban, entre ellas. La llave iluminó sus manos, pronunció unas palabras en otro idioma, y dos bolas de energía roja salieron de ellas. Susana salió disparada con sus garras dispuestas a atacar al hermanastro de Danko, pero solo moviendo su mano izquierda golpeó a la vampiresa con gran brutalidad y con su otra mano expulsaba de un manotazo las dos bolas de energía que salían impulsadas hacia el cielo, y a los pocos segundos explotaban.
Jessica se quedó realmente sorprendida de que hubiera expulsado con su sola mano un ataque tan poderoso. Mientras la hermana de Gabriel se levantaba, bastante dolorida pero dispuesta a seguir.
-¡Espero que tengas algo mejor, si no esto va ser demasiado fácil!.-dijo Levon con una sonrisa torcida, mientras sus ojos brillaban de emoción.
Antes de que pudieran reaccionar, Levon se lanzó hacia ellas como un rayo. Susana intentó bloquearlo, pero su fuerza era abrumadora. Con un solo golpe en el estómago, la lanzó contra el suelo, dejándola sin aire. Laura, rápida, levantó sus manos y comenzó a recitar un conjuro. Sus dedos brillaron con un color más rojizo que el anterior y esta vez una gran bola de energía rojiza, lanzó esa gigantesca ráfaga de energía que impactó directamente en el cuerpo de Levon.
La explosión fue realmente fuerte, provocando que todos los enfrentamientos que estaban cerca de allí pararan durante unos segundos, al sentir la explosión y cómo se sacudía la tierra. El humo se disipó y ahí estaba la sombra del Nosferatu.
-¿Eso es todo lo que puedes hacer?- se burló, revelando que solo le había desgarrado la parte de arriba y tenía algún rasguño.
Las dos chicas, no podían creerlo. Inmediatamente, Levon volvió a desaparecer de su vista. Laura ni siquiera tuvo tiempo de defenderse cuando sintió el puño de Levon golpeándola en el rostro, haciéndola volar varios metros hacia el suelo. Susana, no podía creer que ese ser fuera tan poderoso, sus piernas temblaban, incluso con todo su entrenamiento no podía hacer nada contra él. El enemigo se giró hacia ella, sonriendo con sadismo.
-Voy a acabar con vosotras dos, y ni siquiera me hará falta ponerme serio-.
Susana volvió a recomponerse y furiosa saltó sobre el hermanastro de Danko. Este fue a golpearla, pero consiguió esquivar el ataque, y por fin pudo arañar la cara de su rival.
Mientras, esta vez era ella la que sonreía, y Laura se levantaba con sangre en la nariz y la boca, pero dispuesta a seguir el enfrentamiento.
Pero antes de que pudiera hacer nada, Levon la golpeó en el costado, lanzándola una vez más contra el suelo. Su cuerpo crujió al impactar, y un gemido de dolor escapó de sus labios. Levon no les estaba dando tregua, y ambas lo sabían.
Al otro lado del campo de batalla, Lucas estaba enfrentando a Mormo. Esa criatura serpentina se movía a una velocidad aterradora, sus colmillos buscando la carne del superhumano en cada embestida. Lucas esquivaba cada ataque con destreza, buscando una apertura, pero Mormo no daba ninguna.
-¡Mierda!, tengo que moverme de manera más ágil -dijo Lucas, girando sobre sí mismo y lanzando un golpe directo a la cabeza de Mormo.
La criatura chilló, pero su furia solo aumentaba. Con un movimiento rápido, envolvió su cola alrededor de Lucas, intentando asfixiarlo. Pero este concentró todo su “Madch” en sus brazos y manos y consiguió agarrar la cola del monstruo, saltó y lo golpeó contra el suelo.
A pocos metros de allí, Tetsuo estaba enfrascado en su propio combate contra Lamia. La figura etérea flotaba a su alrededor, atacando con oscuridad pura que parecía consumir el mismo aire. Tetsuo había creado una espada con su “Madch” de color verde. Se había inspirado en su antigua espada y en otras espadas milenarias; su hoja era afilada. Pero cada vez que se acercaba para lanzar un ataque, Lamia se desvanecía en la oscuridad, esquivándolo.
-No puedes tocarme, humano. No eres digno de enfrentarme-susurró Lamia, su voz resonando como un eco en su mente.
-Veremos si sigues diciendo lo mismo cuando te derrote- respondió Tetsuo, con la mandíbula apretada, lanzándose hacia ella con una velocidad aún mayor.
Mientras tanto, dentro de la barrera oscura, Echo había perdido completamente el control. Su cuerpo gigantesco y cubierto de oscuridad arremetía contra Cale, que apenas podía esquivar los golpes furiosos y estaba siendo golpeado por varios lados.
-¡No puede ser! -gritaba Cale mientras recibía un golpe brutal en el estómago que lo dejó de rodillas.
Echo no estaba jugando. Sus ojos, de un rojo intenso. lo miraban con pura rabia mientras se preparaba para asestar el golpe final. Pero antes de que pudiera hacerlo, una explosión de energía resonó desde las afueras de la barrera, sacudiendo todo a su alrededor.
Levon, enfurecido desapareció de la vista de las dos, y dio dos tremendos golpes a las chicas, del que siguieron bastantes golpes, estaba disfrutando de la paliza que estaba propinando a la vampiresa y “la llave”, cuando sintió una explosión se detuvo por un segundo, mirando hacia la dirección de la explosión, y se dio cuenta de que Ciffer y Rose no estaban allí, entonces comprendió que le querían arrebatar uno de los objetos . Susana, aun en el suelo, aprovechó ese breve instante de distracción para levantarse.
-¡No has acabado con nosotras todavía! -gritaron las dos, aunque sabía que sus fuerzas estaban al límit.
Levon no podía permitir perder más tiempo, así que se preparaba para atacarlas un golpe final.
—No te preocupes, pequeña, os voy a destruir a todas.
Laura, con el rostro ensangrentado, se puso de pie a su lado. A pesar de estar herida, levantó las manos una vez más, susurrando un conjuro. La adolescente le dijo a la hermana de Gabriel, que no hiciera nada. Un círculo mágico rojizo se formó a su alrededor, pero Levon no parecía preocupado.