DONDE TERMINAN LOS LÍMITES (CAPÍTULO 86)
Susana y Laura estaban en el suelo, la más joven estaba noqueada, mientras la vampiresa estaba más herida y estaba perdiendo sangre.
Lucas se había dado cuenta de que lo que estaba pasando, por eso intentaba acercarse a ella, pero Mormo no le dejaba, ya que se movía a una velocidad increíble. También se había percatado de lo que sucedía y no le permitiría ayudarla.
Tetsuo estaba intentando lanzar hechizos, pero Lamia los esquivaba con rapidez. Aunque en un principio parecían que los Nosferatu ganarían fácilmente, nuestros amigos habían igualado los enfrentamientos.
Lucas con su “Madch” al 100%, había empezado a por esquivar los ataques de Mormo con agilidad. Lamentablemente, el superhumano sabía que no podía mantener ese ritmo por mucho tiempo; sus movimientos ya eran más lentos, y la adrenalina comenzaba a flaquear.
Miraba a la hermana de Gabriel de reojo. Tetsuo liberó una esfera de energía de color amarilla, hacia Lamia. Esta giró su cuerpo en un movimiento fluido, esquivando el ataque. Sin embargo, el japonés se movió a gran velocidad y se puso detrás de su rival que no esperaba esa velocidad, clavándole la espada que había creado anteriormente con su poder, clavándosela en la cola. Arrancándole un chillido desgarrador mientras su sangre empezaba a brotar de la Nosferatu.
Lamia se retorció furiosa. Aunque herida, aún tenía fuerza para contraatacar. Su cola golpeó el suelo nuevamente, creando una onda expansiva que hizo tambalear a Tetsuo. Aprovechó el momento para lanzarse hacia él, pero Tetsuo, con una concentración inquebrantable, decidió superar su 100% mientras pronunciaba un conjuro. De su mano surgieron cadenas etéreas que se envolvieron alrededor del cuerpo de Lamia, inmovilizándola. El brujo sentía que su cuerpo le dolía de una manera increíble, había llegado a su límite, pero no podía dejar que esa monstruosa criatura se saliera con la suya, apretaba con toda su fuerza las cadenas. El ser con aspecto de mujer estaba gritando de dolor. Mientras la espada que había creado con su poder, el amigo de Elena estaba sobre el suelo.
Mormo lanzó varios rayos de electricidad con sus ojos, mientras Lucas estaba intentando esquivar los ataques. Los gritos de dolor de su hermana le alertaron y Mormo se dirigió con gran rapidez a atacar a Tetsuo por la espalda.
Lucas respiraba fuerte, mientras miraba a Susana que estaba literalmente desangrándose y veía cómo el ser que hasta hace un momento luchaba contra él, se movía a gran velocidad donde estaba su compañero.
Intentó concentrar todo el “Madch” que le quedaba para salvar al brujo, pero notaba que no tenía suficiente, había llegado a su límite.
¡Tengo que superarlo, tengo que superar mí límite! — gritó con fuerza, y las piernas del español se iluminaron y el suelo comenzó a abrirse, y como si fuera un rayo, se movió antes que Mormo cogiendo la espada creada por el brujo. Y con una rapidez inusitada cortó por la mitad al monstruo.
Lamia, que estaba sufriendo, no podía creer cómo dos simples humanos habían podido vencerlos. Y empezó a escupir ácido a Tetsuo que creó una barrera para que no le afectaran los ataques y como había hecho el español, superó sus propios límites forzando sus brazos para esta vez hacer trizas a la última Nosferatu.
El suelo se había abierto y Lucas ya no podía más, Tetsuo había caído en una parte donde la tierra no estaba tan afectada, no le quedaba poder para poder salvarlo. En ese momento, cuando parecía que sería engullido por el enorme agujero negro que se había originado, alguien le agarró del brazo.
¡No está mal, humano! – escuchó una voz conocida. Mientras sentía que flotaba, era Gabriel quien había llegado; se acercaba a gran velocidad donde estaba su hermana.
Puede que no seas tan debilucho como creía, incluso podrías ser el único humano que podría darle mi bendición para que saliera con mi hermana dijo en tono humorístico mientras con su rapidez se acercó a su hermana.
La conexión como creador le estaba avisando que le quedaba poco de vida, así que le acercó uno de los brazos del humano, mientras le decía que mordiera, así lo hizo y poco después la vampiresa recobró un poco el color. Mientras Lucas, agotado, se había desmayado del esfuerzo con una sonrisa.
¡Gabriel!- —esbozó sorprendida la hermana pequeña.
Hola, hermanita, me alegro de que estés mejor —contestó el vampiro y en ese instante una puerta apareció, solo podía verla el mayor de los Luna y también Tetsuo.
Tengo que irme. ¡Tened cuidado! Esperad a que vuelva — comentó sonriente
El japonés que estaba un poco más lejos, andando normal, gritó con todas sus fuerzas.
¡Trae a Elena!. ¡No puedes fallar! — rugió con fuerza.
El vampiro levantó su dedo pulgar, en señal de que todo estaría bien, abrió la puerta y desapareció. Tetsuo cayó al suelo agotado, le dolía todo, pero estaba feliz.
CONTINUARÁ