CALMA ANTES DE LA TORMENTA (CAPíTULO 5)
Susana se quedó mirando el castillo majestuoso que estaba encima de una montaña, el viento era fuerte y comenzaba a llover, era la primera vez que estaba allí.
-¿Impresiona un poco la primera vez que lo ves verdad?.- preguntó Ana
- ¡Sí!
Las mujeres subieron la montaña rápidamente con su velocidad y poder. Las dos se acercaron a la gran puerta que había delante de ellas, la vampiresa más mayor puso la palma de la mano sobre ella y la puerta comenzó a brillar con una luz de color morado, y pocos segundos se abrió la puerta.
Las dos pasaron dentro del castillo allí habían 16 personas hombres y mujeres y algunos tenían una especie de pin dorado con vocales otros consonantes.
-Son los Antiguos. Esos que llevan esa especie de emblema son los líderes de cada país en total hay 9 contando al rey de los vampiros 10. –Explicó Ana
-¿Ocho?
- Estas ocho familias son las más antiguas y son las que rigen las normas en sus países todas con el beneplácito del rey de todos.
- No sabía esto...
-Llevas poco tiempo siendo vampiresa.
Susana estaba asombrada estaba en frente de los "Antiguos" mientras la líder de España seguía explicando el nombre de las 9 familias: Albani de Italia, Kahler (Alemania), Lombard (Francia), Walker (Reino Unido), Okoye (África), Smith (Estados Unidos), De la Cruz (Latinoamérica), Serkin (Rusia) y Sánchez (España).
-Como ves yo soy de la familia Sánchez.
-¡Entiendo!. ¿Y los otros que le acompañan?
- Y los otros son sus hombres y mujeres de confianza, sus guardaespaldas por así decirlo.
- ¡Vaya! (Tragó saliva)
- Yo nunca he necesitado una persona para ayudarme siempre lo he hecho yo sola todo. Así que siéntete orgullosa que te haya elegido (comenzó a sonreír)
Las dos se acercaron a los demás líderes y hombres de confianza, saludaron primero de todos a los de la familia de la cruz Ricardo, luego continuaron con los Kahler, seguido de los Smith y los Walker.
Susana se fijó que Ana estaba saludando en orden los que mejor le caían. Llegó a los últimos los Okoye, Serkin, Albani que simplemente se dieron la mano ni se hablaron prácticamente, se podía notar la tensión ente ellos y la líder de España sobretodo con el líder de los Lombard. Un joven de unos 25 años con el pelo largo y castaño, pendientes de aro en sus orejas plateados, ojos marrones, alto y atractivo que llevaba ropa informal una sweeter negro y unos pantalones grises oscuros y unos zapatos a juego se dieron la mano pero en ese instante apareció un joven de pelo largo de color dorado se había hecho una especie de cola de caballo y lo tenía recogido, ojos verdes y vestido de manera sobria con un traje gris, delgado y de estatura normal parecía un modelo de alta costura. Todos hicieron una reverencia al chico excepto la joven vampiresa.
-¡Susana haz una reverencia! – dijo asustada la líder de España
- ¿Cómo?
El joven se acercó a ella y se puso delante de ella, no sabía que hacer estaba claro que era alguien importante.
-¡Veo que tenemos una nueva cara! ¿Cómo te llamas? (Le preguntó en Inglés)
- Mi nombre es Susana
- Encantado yo soy Andrei. ¡Bienvenida!
-¡Gracias!
- ¡Es el príncipe de los vampiros!- le gritó Ana a la joven
-¡Oh lo siento! –Intentó hacer una reverencia pero el muchacho lo evitó.
- ¡No te preocupes!- le dijo sonriendo
En ese instante se dirigió a todos para que entrasen dentro, y en cuestión de segundos estaban sentados en una habitación donde había una gran mesa de madera los líderes estaban sentados mientras sus acompañantes estaban detrás de ellos.
Andrei se sentó en el lugar donde estaba destinado que se sentará el rey, cosa que alertó a todos.
-Mi padre no puede asistir a la reunión está demasiado ocupado
El príncipe comenzó a explicarles en lengua vampírica para que todos entendiesen que últimamente habían aparecido ciertos movimientos tanto en humanos como en brujos en todas las partes del mundo y que vigilaran mejor sus países porque no querían tener que proclamar una nueva guerra.
Todos asintieron y explicaron que lo evitarían y se marcharon excepto la líder de Estados Unidos al que el príncipe le pidió que se quedara. Ella era una mujer de piel canela, ojos marrones, pelo largo y ondulado, de estatura normal, delgada y con una pequeña cicatriz su nombre era Melissa.
Mientras fuera Susana se disculpaba con Ana por no haber hecho la reverencia, la mujer se empezó a reír.
-¡La culpa es mía por no haberte comentado lo de la familia principal los Ardelean
- ¡Quedé como una estúpida!. ¡Todos se quedaron mirando!