Vampire Killer: El Ojo de Ra

Perdidos (Capítulo 20)

PERDIDOS (CAPITULO 20) 

 

Los dos se levantaron ilesos, excepto algún corte superficial en las mano ella y en la cara él.

-!Son los tipos esos que te comente! 
- Tenemos que salir de aquí

 

 

Empezaron a escuchar unos pasos, el ex agente vio que tenían bultos sospechosos estaba claro que esos hombres querían encargarse de él.

 

 

Un hombre estaba acercando su mano al bulto, el chico disparo antes que pudiera sacar el arma hiriéndole en una de sus piernas.El otro sujeto también comenzó a balear con su arma pero Jessica paró la bala en el aire y se la devolvió dándole al que los perseguía en su brazo derecho cayendo inmediatamente al suelo.

 

 

Los dos comenzaron a correr por la ciudad, se metieron entre callejones llenos de pintadas y graffitis con frases  y insultos españoles contra el gobierno. Después de todo hacia horas que habían pasado la frontera de Estados Unidos y ahora estaban en México.

 

 

Los dos estaban corriendo cuando de repente Leo se paró. Jessica se quedó extrañada y se fijó que había un gato negro que estaba cruzando donde ellos.

 

-Eres supersticioso?

- Me temo que si- contesto el chico poniéndose una mano detrás de la nuca mientras mostraba una sonrisa nerviosa

 

 

Hasta que el felino no se marcó no comenzaron a correr de nuevo, los dos se introdujeron más y más dentro de un laberinto de calles, de hierros oxidados y gente tirada por la calle.

 

 

Leo se había quedado casi sin municiones y conocía a un vendedor de armas con el que había hecho varias operaciones anteriores que estaba en México.Comenzaba a estar cansado porque aunque estaba entrenado para resistir cualquier situación adversa no había podido descansar ni un solo momento.

 

 

Con dos horas durmiera sería suficiente. La joven también comenzaba a sentirse mareada del cansancio, se dieron cuenta que había una especie de motel bastante cochambroso.

 

 

Pero estaban demasiado agotados para tener exquisiteces, intentarían al menos estar unas pocas horas para recobrar la vitalidad.Entraron y el recepcionista era un hombre sin pelo, con un pequeño bigote y gafas de los años 70, gordinflón y poco arreglado.

 

-¿Qué desean?- intentando ser formal aunque su aspecto indicara otra cosa

- ¡Queremos una habitación para descansar!- contestó Leo con un muy buen español aunque con un cierto acento americano.

 

 

Después de los trámites pertinentes subieron por las estrechas escaleras hacia arriba, si el aspecto del motel dejaba que desear por dentro por fuera era mucho peor. Finalmente abrieron la puerta 49.Ella se tiró sobre la cama y él se quedó en una silla puso sus pies en pose de relajación como si fuera budista.

 

 

-¿Qué haces?- mientras se reía

- Así descanso mejor.

-¡Eres bastante extraño!

- Lo sé.

Poco después los dos se durmieron

 

 

En otro lugar Gabriel estaba concentrado había decidido no dormir, era un ser bastante orgulloso. El sueño y haber perdido contra Elena de un solo ataque le dañó completamente su ego, estaba claro que estos 17 años le habían afectado porque además del ansia de sangre, tampoco controlaba todos sus poderes.

 

 

Después de todo había robado la antigüedad de su creadora que tenía 500 años o más para él mismo, tendría que tener poderes fantásticos. Pensó que nunca había llegado a controlarlos porque fue derrotado antes de poder practicar. Estaba decidido a sacar todo su potencial y romper el hechizo que le aprisionaba.

 

 

Él tenía claro que ese sueño era por el hechizo, y cuando este se rompiera es bruja "se las pagaría todas juntas". Pasaron dos horas y media mientras estaba de pie con los ojos cerrados y concentrado pero conseguía resultados. El sol comenzaba a lanzar sus primeros rayos inagurando un nuevo día.

 

 

Elena se despertó y no vio a Gabriel en la rama del árbol , ando varios metros detrás de un lugar lleno de vegetación y lo vio allí inmóvil con los ojos cerrados.

 

-¿Qué quieres bruja?

- Cuando terminemos de desayunar nos marcharemos de aquí.

- ¡De acuerdo!

- ¿Tú no quieres tomar nada?.

- ¡Si quieres acercarme tu cuello? para que coma

- ¡Creo que no!

- Pues entonces ...¡No gracias!.

 

 

Leo se despertó al escuchar un sonido vio que la ventana del hotel estaba abierta y había una chica de pelo negro y largo de estatura mediana que estaba allí tenía en sus manos el reloj de John que había cogido para dárselo a su hijo.

 

 

Además del brazalete de Jessica, y bajó por las escaleras mientras el ex agente de la CIA le seguía. La joven se despertó por el estruendo y se fijó que no tenía el brazalete y bajó en salto como si fuera una gimnasta hacia abajo donde ya se encontraba Leo y comenzaron a perseguirla.




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