PASADO (CAPÍTULO 30)
Gabriel había quedado muy dañado, le estaba costando recuperarse. Estaba tumbado en la paja, con los ojos cerrados, sudando y tiritando al lado de él estaba Elena sentada en el suelo mirándolo.
Él estaba soñando con el pasado cuando se acababa de convertir en un vampiro, lo duró que fue para él matar a la gente, y como fue convirtiéndose en un ser lleno de odio y rencor. Y si al principio tenía alguna reticencia de hacer caso a Sonia su creadora poco a poco comenzó a seguir sus directrices.
Soñaba en la noche que cambió su manera de ver las cosas para siempre. Su creadora le había hecho pasar una pesadilla, haciéndolo sufrir pero también le había dado un poder grande del que podía servirse para hacer pagar a la gente que lo humilló cuando era un niño.
-¡Eres un estúpido!, ¡esto no es un maldición, es un poder que te he dado!- contestó la vampiresa, mientras se tocaba su melena oscura.
- ¡No puedo hacerlo!. ¡Yo no soy así!
- ¡Siendo un vampiro puedes hacer cualquier cosa!, incluso vengarte de la gente que te hizo daño. ¿No te gustaría?.
- No...
- ¡Has dudado!.
- ¿Cómo sabes todo eso?. Yo no te lo he dicho
- Tengo más 500 años, puedo ver las cosas en la mente de la gente. He conseguido esa capacidad.
Después de manipularlo Gabriel decidió llevarse por la venganza y por sus instintos oscuros y el buen chico que solía ser cambió a un ser que disfrutaba con lo que hacía. Acabó matando a algunos de los que se habían burlado de él cuando era pequeño, casi todos habían cambiado de ciudades y pueblos pero los fue cazando de uno en uno.
Hubo un tiempo donde pensaba que podría llegar a ser bueno otra vez, pero solo fue una manipulación de una mujer para acabar con él y su familia. Y su padre pagó las consecuencias. Movido por la rabia quiso destruir a los humanos, por organizó un plan para que le ayudaran "Los Antiguos".
Entregaría a su creadora una zorra manipuladora, al igual que las mujeres que habían sido importantes en su vida excepto su madre y su hermana. Pero ellos se negaron a concederle su deseo. Pero decidió dar una vuelta por el mundo, necesitaba estar solo pasó por Estados Unidos, París, se sentía profundamente deprimido, y creía que nunca una mujer podría quererlo se metió en la cabeza que todas las mujeres eran malas.
Por eso siempre le gustaba asesinar a gente del género femenino, y se dejó llevar por la oscuridad de su interior, volviéndose cada vez peor y tomando como enemigo cualquiera que fuera contra él. Enloqueció queriendo acabar con "Los Antiguos" y llegar a ser el número 1 de los vampiros.
Finalmente Gabriel sus oscuros ojos y vio a Elena que estaba al lado de él, se había quedado dormida, entonces hizo una media sonrisa aunque le dolía cada centímetro de su cuerpo. La española se despertó al mismo momento, los dos cruzaron miradas.
-¡Hola!- dijo sonriendo el vampiro
- ¡Hola!- dijo la chica.
- ¿Te encuentras mejor?
- ¡Si!. ¿Y la bruja psicótica?
-Ya no está.
- ¡Me alegro!. ¡Chica eres fuerte! Ni yo mismo podía haber acabado con ella. ¡Y también quería darte las gracias por cuidarme!
- ¡No he hecho nada!. Solo me he quedado por aquí porque la casa está destruida ¡nada más!. Eso decía pero la verdad es que no se apartó de él ni un solo momento, incluso intentó utilizar magia de curación aunque apenas la controlaba. Era una de sus grandes cuentas pendientes con la brujería pero aun así lo intentó con todas sus fuerzas.
- De todos modos. ¡Gracias!.
- ¡De nada!. – ella se sentía nerviosa
- Yo no soy de hacer el bien. No soy igual que tú. ¡No soy ningún héroe!- mientras se incorporaba dolorido.
- ¡Gabriel!
- ¡Tienes razones de sobras para odiarme!. Podrías haberme matado en aquel momento pero no lo hiciste o dejarme morir ahora y no lo has hecho. ¡Te doy las gracias!
Él se acercaba más a ella hasta que los dos estaban a centímetros de rozar cara contra cara, Elena empezaba a respirar nerviosa cada vez que se acercaba hasta que se levantó.
-¡Creo que ya te encuentras mejor!. Si me disculpas iré a descansar. – la joven se marchó rápidamente.
- ¡Maldita sea Gabriel! ¿Qué haces?. ¿Cómo va querer algo de ti si mataste a abuela?. ¡Olvídate de ella!- se decía el mismo girando la cabeza en forma de negación, mientras se volvía acostar.
Elena no estaba lejos de allí se había tumbado en la paja en otro lugar, allí habían bastantes gallinas sueltas y otros animales correteando. Había intentado controlar sus nervios pero su respiración estaba acelerada.