Vampire Killer: El Ojo de Ra

Lucha Interior (Capítulo 33)

LUCHA INTERIOR (CAPÍTULO 33)

 

 

Elena se sentía extraña después de lo sucedido con Gabriel, se le había acercado el corazón y había decidido ir a un pequeño riachuelo que había cerca de la granja, allí se lavó la cara, en ese instante en esas aguas apareció la cara de su abuela que llevaba la misma ropa que el día de cuando murió .

 

-¿Qué estás haciendo?- preguntó

-¡Abuela! – exclamó sorprendida Elena

- ¡No puedes enamorarte de él! ¡Él me mató! . Además es un vampiro!

- Lo sé pero no es tan malo como aparenta. Tiene un lado sensible, lo he podido ver. ¡Solo está perdido!.

- Él es malo. ¿No lo comprendes?

- No lo creo.

- Si te enamoras de él te volverás igual.

 

 

El rosto de su abuela desapareció, y la imagen que se reflejaba era de Gabriel y ella besándose. Para poco después los dos atacar a gente inocente.

 

-¿Ves cómo es divertido?- preguntaba Gabriel

- ¡Si lo es!- mientras ella sonreía

 

 

En ese instante se despertó había tenido una pesadilla podía ver cerca de ella a Gabriel durmiendo. Ese sueño era una clara evidencia que interiormente estaba teniendo una lucha de sentimientos por un lado él era el asesino de su abuela y por otro estaba claro que le comenzaba atraer bastante y que no era tan malo como quería aparentar solo era un chico perdido.

 

 

Mientras se debatía en que hacer lo miraba fijamente, poco a después salió sigilosamente sin que el vampiro se diese cuenta arrancó un trozo de madera y fue dirigiéndose donde estaba soñando el chico tiró un hechizo para qué no pudiera escuchar nada. Se acercó lo más que pudo estaba decidida a clavarle esa estaca rudimentaria en el corazón.

 

 

Cuando estaba a punto de clavársela paró miró la cara del español, y las lágrimas cayeron de sus ojos otra vez una lucha interior que no controlaba.

 

-¿Por qué no puedo hacerlo?. ¡Él es el asesino de mi abuela!.

Finalmente se guardó el trozo de madera y se alejó otra vez al sector donde estaba descansando minutos antes y te tiró sobre la paja.

-¡No puedo hacerlo!- se decía para ella misma.

 

 

Todo lo que quedaba de noche se lo pasó llorando porque ella había jurado acabar con los seres oscuros, y no podía hacerlo con ese vampiro. Su sueño era terminar con todos y así poder ser una persona normal que es lo que siempre había deseado tener un marido formar una familia, vivir en una casa en definitiva ser una mujer normal y corriente.

 

 

Desde los 10 años que le fue arrebatada su infancia no había parado de entrenarse y enfrentarse a rivales oscuros. Y el causante de todo estaba acostado cerca de ella si no hubiera existido Gabriel habría podido hacer muchas cosas que no había hecho.

 

 

Él fue el causante de su cruzada contra seres oscuros, y su sueño era ese acabar con todos para poder tener lo que no había podido tener. Pero aun así no podía hacerlo, sentía que si le atravesara el corazón al vampiro su corazón también estallaría en mil pedazos.

 

 

Finalmente pudo dormirse después de mucho llorar y tener una lluvia de sentimientos. Cuando abrió los ojos se fijó en los rayos de sol que entraban, cuando se levantó se fijó que Gabriel ya no se encontraba en el lugar donde estaba descansando toda la noche.

 

 

Salió afuera de la granja y lo vio concentrado moviendo sus articulaciones con leves ruidos de sus huesos.

 

-¡Ya me encuentro mejor!. ¡Buenos días Elena!- sin parar de moverse y sin darse la vuelta.

- ¡Buenos días!. ¡Pensaba que te..!

- ¿Qué me había marchado?- El vampiro no dejó que terminará la frase.

- ... - Elena se quedó sin palabras

 

 

- ¡No!. Hay una familia de vampiros llamados Los Decrue que quieren hacerse con el trono y después acabar con los brujos. Me dan igual los otros pero no quiero que te hagan daño. Además yo te ayudaré con tu misión y tú me ayudaras a mí creo que puedes ser de gran ayuda. ¡Pienso que formamos un buen equipo!- dijo sonriendo.

 

-¿Y quién ha dicho que quiero formar equipo contigo?. Puedo encargarme yo misma, ¿no viste como derroté a Bárbara y tu ni siquiera pudiste hacerle nada?.

- ¡Eso fue suerte!. – dijo burlándose Gabriel

-¡Tienes razón ¡Dijiste que perseguías a tu hermana!. ¿Puedes percibirla?- preguntó Elena

- Si puedo. ¿Por?.

- ¡Creo que vamos a necesitar toda la ayuda posible!- contestó Elena

 

 

Susana y los demás habían parado a descansar en un pequeño pueblo costero, cercano, consiguió bolsas de sangre para ella y Jason que se habían quedado en un casa abandonada cerca de la playa.




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