EN LLAMAS (CAPÍTULO 38)
Gabriel estaba desesperado se agarraba la cabeza con fuerza mientras en su mente habían tres escenas que se sucedían la muerte de su padre, cuando era martirizado por Sonia, y su sufrimiento cuando de pequeño sufría bullying.
Sus chillidos de horror cada vez se hacían más grandes y se juntaban con el de Susana, Jules, Jason y Elena. Todos estaban aterrorizados al ver que sus miedos y sentimientos más profundos se repetían dentro de su cabeza. La vampiresa comenzó a llorar sus lágrimas no dejaban de sucederse viendo una y otra vez como su familia moría por culpa de ella por enamorarse de un humano.
Jason suplicaba que era una persona como otra, pero era expulsado de la casa por ser lo que era y ni siquiera podía despedirse de su hermana pequeña. Jules veía como todos sus seres queridos ardían en llamas y se convertían en polvo.
Elena retrocedía cada vez que veía a su abuela acercándose a ella y le echaba en cara que le llegase a gustar un vampiro.
-¡Mereces morir!- dijo la abuela
- ¡Lo siento abuela!-contestó la bruja
Gabriel estaba en el suelo acurrucado sin poder hacer nada mientras apretaba sus puños con rabia. Notaba la respiración de Elena era lo único que le hacía mantenerse cabal de repente notó algo extraño la chica ya respiraba entre cortada como si le hubiese ocurrido algo.
Y por pocos segundos le volvió la cordura y vio como Ciro le había clavado un cuchillo en el estómago de la joven bruja. Cayó una gran cantidad de sangre mientras la chica se desplomó al suelo.
En ese instante algo estalló en él sintió un tremendo odio que se disparaba y comenzó a gritar de rabia. Sus ojos se volvieron del color del infierno y sus colmillos crecieron en cuestión de segundos y las venas de su cara y sus manos se hincharon.
-¡Vas a pagármelas!- dijo enfurecido
- ¿Qué es eso?- preguntó Ciro extrañado
El excluido volvió a levantar los dedos para pero esta vez su poder mental no le hacía efecto a un Gabriel totalmente descontrolado.
-¡No puede ser!. ¿Qué ocurre?. ¡Nadie ha podido evitar mí poder mental!
- ¡Vas a desear no haber venido!
Ciro no sabía qué hacer y empezó a lanzarle cuchillos pero el español unos los esquivó moviendo ligeramente su cuello y otro los desvió con sus manos.
-¡No puede ser!-Exclamó Ciro que no podía creer lo que estaba sucediendo, mientras se restregaba los ojos.
- ¡Prepárate!- dijo Gabriel fuera de sus cabales, mientras hacía ruido con sus dientes de rabia no había duda por fin el poder que había robado a su creadora Sonia estaba al 100% un poder de más de 500 años de antigüedad.
El vampiro salió disparado contra el excluido al que le golpeó con una fuerza increíble de la que salió disparado contra el mar. Gabriel se metió dentro y siguió golpeándolo bestialmente en todos los lugares del cuerpo sin que el otro no muerto pudiera ni siquiera pudiera ver sus golpes.
Uno de esos tremendos golpes lo lanzó nuevamente contra la arena. Ciro se levantó lleno de golpes y pidió una tregua levantando la mano.
-Tú eres el vampiro que intentó crear un ejército para acabar con los Antiguos ¿no?. El que robó el poder de Sonia.
- ... - no contestó mientras salía del agua y se acercaba paso a paso hacía él.
- ¡Nosotros queremos lo mismo que tú acabar con ellos! ¡Únete a nosotros!
- ¡Nunca!. ¡Si tengo que derrotarlos los haré yo solo!. ¡Y no me vengas con gilipolleces hasta hace un momento me habrías liquidado! ¡¿y ahora me vienes con esto?- gritó enfurecido.
En ese mismo instante Gabriel salió disparado contra su enemigo mientras no paraba de golpearle violentamente.
-¿Cómo has osado meterte dentro de mí cabeza?, ¡Cómo has osado dañarme! - dijo Gabriel
- ¡Maldita sea!- exclamó Ciro que no podía evitar los golpes.
- ¡Esto por Elena! ¡y esto por mí!- Gabriel atravesó con su mano el cuerpo de Ciro que no pudo hacer nada por evitarlo aplastó el corazón de su enemigo y sacó su mano.
Ciro comenzó a evaporarse mientras maldecía al vampiro español, primero su brazo derecho se empezó a deshacerse y convertirse en cenizas.
-¡Esto no ha terminado!. Cuando vean que he muerto.- poco después se convirtió en cenizas esparciéndose por la arena.
- ¡Estaré preparado!- dijo Gabriel mientras sus pupilas volvían a ser marrones y su aspecto volvía a ser el normal.