Vampire Killer: El Ojo de Ra

Luces y sombras ( Capítulo 39)


 

LUCES Y SOMBRAS (CAPÍTULO 39)


 

Leo, Vincent y Jessica se habían quedado en un motel después de todo lo sucedido con la CIA y el ejército estaban pensando que hacer. El hermano mayor tenía decidido ir en ayuda de Susana y los demás les había prometido que volvería y él era un hombre de palabra.


 

Jessica y Leo estaban en la misma habitación en cámaras separadas. El conserje del hotel les comentó que solo habían 2 habitaciones, una con una cama y otra con dos camas. Lo normal habría sido darle la cama a la chica.


 

Vincent notaba que los dos se atraían y conociendo a su hermano que era muy listo pero demasiado tímido. Se había fijado que miraba a Leo pero él como siempre no se daba cuenta así que se adelantó y cogió la llave antes que lo supieran los otros dos.


 

Cuando llegaron el ex agente de la CIA y Jessica se llevaron la sorpresa que estarían en la misma habitación pero en camas separadas. Leo por fuera no decía nada pero en su interior era un "auténtico flan" y tuve que concentrarse para que sus piernas no cedieran y se cayera.


 

Leo dejó su maleta mientras la chica le observaba como doblaba impolutamente sus camisas y sonreía pues ella era bastante desastre. Siempre lo dejaba todo escampado por diferentes lugares su fallecida tía se lo decía mucho.


 

Entonces el joven se disculpó y se marchó a hablar con su hermano que estaba fumando un cigarrillo cerca de allí.
 

-¿Por qué has hecho eso?- le preguntó Leo

- ¡No sé de qué hablas!- contestó mirando al cielo haciéndose el tonto

-¡Le tenías que haber dado la habitación a ella sola!

- ¿Te molesta?- dijo Vincent burlonamente

-¡No es eso!- contestó negando con las manos.

-¿Entonces?- se comenzó a reír.

-¡Déjalo!- se marchó a coger una mochila que le faltaba al coche.


 

Jessica se había escondido detrás de una de las plantas y escuchó toda la conversación, y cuando se marchaba para su habitación apareció detrás Vincent.
 

-¿No te han dicho nunca que escuchar conversaciones ajenas es de mala educación?

- Lo siento...

- ¡No te preocupes solo es una broma!. ¿Te gusta mi hermano verdad?.

- Bueno...

-¡Mi hermano es un gran agente bueno era un gran agente!. Inteligente, valiente, sabe defenderse. ¡Aunque tiene sus manías!.- Vincent se encogió de hombros

- ¡Es diferente a los otros chicos que he conocido!. Normalmente más de uno ya se habría intentado aprovechar de mí o quizás me hubiera utilizado.

-¡Chica! ¿qué relaciones has tenido?

-¡Si yo te contara!. Más de uno se ha ido con dolor en las partes bajas y no por lo que piensas.

-¡Ja, ja! – empezó a reírse a carcajadas.

-Pero el parece que no está interesado en mí de hecho he oído que quería que me quedara en la habitación sola.- dijo Jessica mientras miraba hacia al suelo.

- ¡Te puedo decir que conozco a mi hermano y sé que le gustas!. Lo que pasa es que un poco "parado"!. Nunca he visto que mirara a una chica como te mira a ti.


 

Los dos hablaron un poco más hasta que vieron que Leo se acercaba ella se fue la habitación y Vincent empezó a terminar el cigarrillo mientras sonreía y la luz del sol se escondía. Habían decidido cenar en el pequeño bar-restaurante que había cerca del motel.


 

Pero Vincent les dijo que prefería descansar y que cenaran ellos. Que él estaba agotado. Los dos fueron a cenar y por primera vez el joven se soltó un poco quizás fue el vino que había bebido ya que él nunca consumía alcohol pero estaba más abierto que nunca.


 

Incluso empezó a hacerle bromas a Jessica. Ella también había bebido pero bastante más que el agente pues ella estaba más acostumbrada a salir en algunas fiestas y salir con sus amigas y divertirse.


 

Los dos llegaron tambaleándose hasta la puerta 615, apenas podían abrirla después de cuatro intentos y unas cuantas risas entraron, se fijaron que todos los moteles eran iguales con el mismo mobiliario y comenzaron a reírse tontamente.
 

-Chsss ¡vamos a despertar a mí hermano!- dijo con tono de alcoholizado

-¡Es verdad! – sonrió tapándose la boca


 

Ella quería bailar y él decía que no sabía bailar y que además tampoco había ningún club por ahí y ella sacó de su maleta una pequeña radio pequeña la encendió y el locutor dejó de hablar y comenzó a sonar una canción mítica de principios de los 90 y ella empezó a moverse.


-¡Vamos baila conmigo!- levantó la mano Jessica para que la siguiera




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