Vampire Killer: El Ojo de Ra

El más fuerte (Capítulo 43)

 

¿EL MÁS FUERTE? (CAPÍTULO 43)
 

-¿Hablando de mujeres donde está la que estaba contigo?- preguntó Nadie

- La mandé a que fuera a por unas cosas a la ciudad-Contestó María

- Entiendo. ¡Tengo que marcharme!- Levantó su brazo y el hombre desapareció sin dejar ningún rastro.


 

No muy lejos de allí, Leticia estaba tumbada en el suelo llena de magulladuras en la cara mientras se levantaba con esfuerzo y veía como dos seres estaban luchando, y como casi toda la carretera estaba arrasada ante la fuerza de semejantes bestias.


 

El primero lo reconocía era el vampiro que les salvó cuando estaba Leo con ellos y derrotó a esa vampiresa de un solo golpe. El otro era un hombre de aspecto imponente con una camiseta sin mangas y pantalones y botas oscuras.


 

Los dos tenían tenían cortes en brazos, ropas y goteaban sangre. Mientras conducía se había metido sin querer al pasar por allí en la pelea de esos dos seres.


 

El hombre de pelo largo y ojos marrones había ayudado a los otros conductores a que no les pasara nada. Había colocado una barrera en la que estaban todos a salvo y con sus poderes vampíricos había dormido a todos excepto Leticia ya que María le había dado un brebaje para que los poderes de los no muertos no le afectaran.


 

Estaba con los ojos como platos a ver semejante espectáculo dos monstruos luchando contra ellos.El hombre de color se limpió su propia sangre y sonreía.


 

-¡Genial!. ¡Estoy muy contento! Hacía muchísimo tiempo que no disfrutaba así!- su cara era de plena felicidad.

- ¡Este tipo es tan fuerte como decían las leyendas!- se decía para el mismo Ricardo de La Cruz

- ¡Lástima que tenga que terminar!

- ¿De qué hablas?

- ¡Hasta ahora solo he utilizado un poco de mí fuerza!

- ¡No es posible estas de broma!- exclamó Ricardo sin poder creérselo.

- ¡Soy el vampiro más antiguo! ¿De verdad crees que estoy de broma?- comenzó a sonreír.

- ¡No es posible!- dijo extrañado el líder de latinoamérica


 

En ese instante Ricardo lo notó, sintió como el aura de Neo había cambiado, no había duda no había mentido. Y en ese instante el Excluido salió disparado contra su rival al que dio un golpe tremendo que impulsó al hombre contra el lado de la carretera donde aún estaba intacto.


 

Se estampó contra uno de los coches aparcados de alguna de la gente que se había visto envuelta en la pelea y explotó originando que dos automóviles que habían cercanos también estallaran.


 

Originando una visión de fuego y destrucción. Ricardo había intentado cambiar de lugar para no dañar a los humanos pues era un hombre de palabra y juró que ellos no recibirían daño alguno pero su rival no lo se lo había permitido.


 

Se incorporó pasando por las llamas de fuego, su brazo derecho había quedado dañado y sus ropas estaban totalmente chamuscadas por el fuego. Estaba enfrentándose al vampiro más antiguo hasta la fecha y su poder estaba fuera de cualquier duda.


 

No solo eso, si no que nadie le pudo matar solo pudieron encerrarlo en un hechizo por la tremenda fuerza que tenía, ni siquiera sus antecesores pudieron acabar con él y eso que lucharon los 5 más fuertes poderosos de todos los vampiros y ni siquiera ellos pudieron derrotarlo.


 

Fue considerado igual de fuerte y peligroso que Ra y ahora estaba delante de él. Creía que eran leyendas pero estaba claro que eran ciertas.
 

-¡Has luchado bien!. ¡Tengo que reconocerlo!. Pero estás equivocado si hubo una persona que me hizo pasarlo realmente mal.

- ¿Me has leído la mente?- preguntó Ricardo

- ¡Es una de mis capacidades!. Como decía solo hubo una persona que me hizo verdaderamente daño y se convirtió en mí compañero.

- ¡No puede ser!

- ¡Es una verdadera lástima!. Si no fueras un objetivo primordial para nosotros "Los Excluidos" te dejaría vivir para enfrentarnos una próxima vez. ¡Lamentablemente voy a tener que terminar con esto ya!


 

Neo desapareció y apareció detrás de Ricardo que con solo la fuerza de su brazo en un golpe brutal arrancó la cabeza del líder de latinoamérica cayendo al suelo. Al mismo tiempo la barrera que protegía a los humanos se desvaneció por la muerte del vampiro y su cuerpo se convertía en cenizas.


 

El Excluido tenía hambre aunque no había sacado todo el potencial que tenía hacía más de un día que no se llevaba nada a la boca. Giró su cabeza y observó a los humanos que habían allí, estos al ver su mirada diabólica comenzaron a correr asustados. En ese instante se movió a gran velocidad mientras absorbía la sangre de la pobre gente asustada.


 




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